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VIDA POLÍTICA

 ¡ANTE LA IGNORANCIA DE ALCALDES ELECTOS Y REELEGIDOS, QUE DIOS AGARRE CONFESADOS A LOS MORELENSES!…

 

A casi dos meses de haber tomado el cargo de presidentes municipales, hay muchos que todavía piensan que son candidatos de elección popular, otros que asumen la titularidad del Cabildo con la idea de ser deidades y los que antes de todo acomodaron a sus familias.

Pero también están los que repiten, cuyos colaboradores menores piensan que ya estarán de por vida en el cargo porque por ellos también la ciudadanía emitió un voto.

Son contados con los dedos de una mano los ediles que realmente conocen su función, que traen consigo un proyecto de gobierno con políticas públicas reales, con capacidad de responder a la sociedad.

Y aun así no hay un solo alcalde que tenga un programa de desarrollo social conocido por las comunidades, ni los mismos concejales de los hoy conocidos municipios indígenas de Hueyapan, Coatetelco y Xoxocotla.

Es más, los presidentes municipales electos como los reelectos han demostrado ignorancia legal, porque dentro de sus leyes de ingresos presentadas pretenden cobrar impuestos que corresponden hacerlo al gobierno federal.

Hay otros como los concejos de los municipios indígenas que a pesar de que algunos de sus integrantes fueron autoridades auxiliares, también están solo acostumbrados a estirar la mano y sin hacer más que pedir, pedir y pedir.

El gran problema en la entidad, es que hay 36 municipios, de los que los presidentes municipales hoy carecen de idea –aunque hayan sido reelegidos- sobre como ampliar sus bases de contribución sin violar el marco legal.

La Comisión de Hacienda y Presupuesto Público del Congreso local hace unos días evidenció tesoreros que pretendían cobrar impuestos del gobierno federal como derechos municipales, violándose flagrantemente la ley.

Incluso hay alcaldes que sin consultar al Poder Legislativo habían solicitado créditos bancarios, para sobre endeudar a los ciudadanos para presuntamente resolver problemas financieros.

En sí, los presidentes municipales que tomaron protesta los últimos días del año pasado y el primero de enero de la actual anualidad, tienen todavía un poco de tiempo para responder los compromisos asumidos.

Sin embargo, un 80 por ciento de los 33 municipios en donde hubo una elección formal de sus autoridades asumieron el compromiso de trabajar con la sociedad, sin que al momento ninguno responda.

Igual pasa en los tres municipios indígenas en donde todavía sus concejales desconocen qué es un Programa Operativo Anual, cómo hacer un censo de contribuyentes y como consultar a sus gobernados sobre las obra requeridas.

Es decir, actualmente hay 36 ayuntamientos que operan porque solamente saben estirar la mano, pero desconocen cómo adquirir recursos propios para beneficio de su sociedad.

Por eso hay también dentro de los municipios indígenas que ya plantean el endeudamiento por temor de enfrentar sus vecinos para que colaboren con lo mínimo, para que puedan ofrecer servicios básicos.

En algunos casos hay servidores públicos en donde los presidentes municipales como sus Cabildos son sus súbditos, ahí están en los alcaldes reelectos de Yecapixtla y de Xochitepec en donde pareciera que sus tesoreros son los dueños de las finanzas públicas.

No son solo únicos, hay cuando menos otras 10 municipalidades en donde es un regidor, un o una síndico los que manejan todo un ayuntamiento a su gusto, conveniencia y demás.

También hay otros ayuntamientos en donde la señora sin obtener la gracia del sufragio ciudadano es lo que ella dice, para qué dar nombres y revelar cuáles Cabildos están sometidos a las órdenes de las señoras, de los alcaldes.

De ahí que la Cuarta Transformación en su tercer nivel de gobierno tenga grandes frustraciones, que para el 2021 venga un quinto cambio en donde tampoco los partidos políticos nada tendrán que hacer y, con un amplia posibilidad, de los gobiernos ciudadanos.

Los presidentes municipales entrantes y los concejos tienen un plazo de 70 meses para responder a sus compromisos sociales porque, después, ya nada es igual.

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