Al interior del Partido Revolucionario Institucional ya comenzó la batalla para determinar quién se convertirá en el próximo dirigente nacional, persona en la que recaerá la responsabilidad de guiar a la institución y a sus militantes por un nuevo camino en el cual logren recuperar el poder que han perdido ante sus derrotas
En la víspera del 90 aniversario de la fundación del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el panorama para los bloques de poder dentro del organismo se percibe adverso.
El otrora hegemónico tricolor, se encuentra a menos de seis meses de la renovación de la dirigencia de su Comité Ejecutivo Nacional (CEN).
Un fenómeno que no podría caer en peor momento tomando en cuenta que la nueva presidencia del partido se determinará mediante una votación interna un mes después de las elecciones ordinarias en cinco estados –Aguascalientes, Baja California, Durango, Tamaulipas y Quintana Roo– más las extraordinarias en Puebla. Comicios en donde el PRI se presentará con una estructura reducida.
Inmersos en lo que quizás sea su peor momento en nueve décadas de existencia, los priistas se debaten entre sectores.
Por un lado están los que buscan la unidad del partido en año electoral y por otra, los que desde este mismo instante se perfilan para suplantar a Claudia Ruiz Massieu –actual líder nacional del partido– y tratar de echar a andar de nuevo la maquinaria política que quedó averiada luego de la aplastante derrota que sufrió en julio pasado.
Más allá de la selección de un nuevo dirigente, el reto de este instituto político en 2019 es redefinir el rumbo; brindarle al electorado un nuevo proyecto que logre convertir a las bases y militantes en un organismo unificado
Actualmente, tanto Claudia Ruiz Massieu como el secretario general del partido, Arturo Zamora Jiménez han manifestado su posición de no participar en el proceso de renovación del partido y de estar dispuestos a apoyar para la generación de un proceso transparente y abierto al interior del organismo.
Una cordialidad anticipada para hacerle frente a lo que podrían ser los meses más feroces en cuanto a movimientos internos del Revolucionario Institucional.
PRI vs PRI
Por ahora son tres los nombres que se perfilan con más fuerza para llegar a la máxima silla del partido a nivel nacional: el gobernador de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas; el exgobernador de Oaxaca, Ulises Ruiz y la exgobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco. Todos ellos han hecho públicas sus intenciones de encabezar al tricolor.
Para el gobernador Alejandro Moreno, la promoción de su imagen ha funcionado con un doble propósito: promover la agenda del estado a la par de juntar aliados de cara a la dirigencia nacional del PRI.
El también presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago), ya sumó el apoyo de la exdiputada federal Carolina Viggiano y por ende el de su esposo, el exgobernador de Coahuila Rubén Moreira. Asimismo, Moreno se ha visto beneficiado desde el propio CEN con el apoyo del secretario general adjunto, Ernesto Castillo Rosado.
Ulises Ruiz, uno de los primeros en levantar la mano para darle un nuevo rumbo al partido, no ha logrado asegurar el respaldo por parte de las esferas más jóvenes. Esto debido en buena parte a que Ruiz Ortiz se perfiló como uno de los críticos más importantes de su propio partido en la pasada campaña presidencial, llegando incluso a solicitar el remplazo de José Antonio Meade Kuribreña como candidato oficial y la destitución de Aurelio Nuño como su jefe de campaña.
El tono radical del exgobernador lo ha mantenido alejado dela actual dirigencia del CEN, pero al mismo tiempo ha alineado de a poco a la militancia más reaccionaria.
“El PRI olvidó sus banderas y dejó que extraños lo manejaran como quisieran, es momento de reconquistar a nuestra gente”, expresó.
Por su parte, Ivonne Ortega va por un intento más para presidir al tricolor. De todos los contendientes, la exgobernadora de Yucatán es la única que presume el respaldo de la militancia, abriendo canales de comunicación y compartiendo mensajes sobre los cambios que perfila para la reconstrucción del organismo.
No obstante, tras su separación de la silla máxima del estado de Yucatán en 2012, se le acusó de contribuir al endeudamiento millonario de la región, calculado en 1 mil 858 millones de pesos. Acción que podría disolver de a poco su aspiración.
Los nombres que se perfilan con más fuerza para ocupar la dirigencia nacional del PRI son Alejandro Moreno, Ulises Ruiz, Ivonne Ortega y José Narro
Otros de los personajes perfilados para el proceso de renovación son el exsecretario de Salud y exrector de la UNAM José Narro, una pieza fuerte que podría brindar una dosis de institucionalidad que de momento parece perdida; el exgobernador de Durango y dirigente de la Confederación Nacional Campesina (CNC), Ismael Hernández Deras, además del exsecretario de gobernación y actual senador de la República, Miguel Osorio Chong, de quien no se sabe si buscará la dirigencia o si utilizará su capital político para fortalecer otra candidatura.