La fuerza de Peña, de Elba Esther a Rubén Núñez
Durante años se especuló sobre serias irregularidades en el magisterio, durante años, muchas voces exigieron la acción de la autoridad.
Con el tiempo creció la percepción de que era impostergable poner alto al desfalco del dinero público en educación y al desvío de recursos. Y es que abundaban las evidencias de trampas y pillerías en el magisterio.
Pero también es cierto que nadie creía que un gobierno del PRI —menos el de Peña Nieto— tuviera las agallas para actuar contra líderes magisteriales corruptos e impunes. Nadie imaginó ver presos a esos líderes.
Pero no nos referimos a Rubén Núñez y menos a Francisco Villalobos, jefes de la CNTE, detenidos el fin de semana y en espera de juicio por lavado de dinero. No, en realidad hablamos de la captura de Elba Esther Gordillo, la líder vitalicia del SNTE, detenida el 26 de febrero de 2013 y acusada de lavado de dinero.
Lo curioso es que a tres años, cuatro meses y un día, Gordillo sigue en proceso penal y el sindicato magisterial se convirtió en aliado del gobierno federal para impulsar la reforma educativa.
Y viene a cuento porque, si bien en aquel 2013 nadie creía que Peña Nieto sería capaz de llevar a prisión a la señora Gordillo, también es cierto que ese gobierno hizo lo que nadie en décadas, armar un expediente contra la lideresa que impune ponía en riesgo la reforma educativa.
Y contra lo esperado, la historia se repitió el pasado fin de semana. De nueva cuenta nadie imaginó que el gobierno federal pudiera documentar delitos para llevar a prisión a los líderes de la CNTE, también obstáculos a la reforma educativa.
Nadie creyó que Peña descabezaría a la CNTE y acabaría con el chantaje, el abuso. Las pillerías y la barbarie impuestos por los jefes de la mafia CNTE, en tres décadas.
Y vale el paralelismo entre el descabezamiento del SNTE y la CNTE, no solo para probar que Peña Nieto sigue siendo un Presidente fuerte —lo cual no es usual a estas alturas de un sexenio—, sino para entender lo que viene.
¿Qué pasó en el SNTE sin la señora Gordillo? ¿Qué pasó luego de la decisión del Estado de iniciar un proceso penal contra Gordillo? ¿Y qué ha pasado al interior de ese gremio?
La respuesta la saben todos: no pasó nada. En el SNTE nadie derramó una lágrima por la señora Gordillo, nadie movió un dedo para protestar por su encarcelamiento, nadie se rasgó las vestiduras, promovió manifestaciones y, paradójicamente, nadie salió en defensa de “la profesora”.
En el caso de la CNTE las cosas parecen distintas. Si bien se cortaron cabezas a la hidra, lo cierto es que esa mafia educativa es muy distinta a la que construyó la señora Gordillo.
La CNTE tiene base social e incluso ideológica. Se vincula con grupos de la guerrilla y sus verdaderos jefes no son los voceros Núñez y Villalobos. No, a la CNTE la mueve otro interés y otro objetivo, el interés y el objetivo de la guerrilla.
Además, los radicales de la CNTE —los que apuestan por la destrucción de la naciente democracia mexicana— también tienen aliados políticos. Uno de ellos es López Obrador, que busca el control de la guerrilla. Ese es el principal botín de AMLO al apoyar a la CNTE.
Y también por eso —y en respuesta a la detención de los voceros de la CNTE—,veremos movilizaciones, reacciones violentas, rapiña, intentos desestabilizadores y hasta una previsible campaña de violencia guerrillera.
¿Alguien creyó, en diciembre de 2012, que Peña Nieto tomaría decisiones de estadista al descabezar al SNTE y a la CNTE?
En el cuarto año la fuerza de Peña aún es considerable. ¿Tendrá fuerza para terminar la limpia en la educación?
Al tiempo.
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