Mentiras legislativas
Luego de tres años de abusos y excesos económicos; de saquear al estado y endeudarlo con empréstitos multimillonarios, se fueron con las bolsas llenas de dinero los diputados de la 53 legislatura local -cómplices de Graco Ramírez-. Y de pronto, se vio una luz en el camino con la llegada de los nuevos legisladores encabezados por MORENA, PES y PT. Tristemente, solo bastó medio año para que la sociedad se haya percatado por enésima ocasión, de la ambición desmedida de los disque representantes populares, quiénes han demostrado interés único y exclusivo por el dinero para ellos, familiares y amigos.
INICIO PROMETEDOR (SOLO ILUSIÓN VANA).- La reforma aprobada por la anterior legislatura tenía dedicatoria: Cuauhtémoc Blanco Bravo. Y para ello, se realizaron otras más como la reducción de 30 a 20 diputados locales, bajo el argumento de que era un gasto súper inflado el que tenían y por tanto, requerían bajar el número de legisladores así como de la gente de confianza que cada uno tenía y que junto con el personal sindicalizado, se convertía en una abultada nómina con pocos resultados para los morelenses. Otro argumento que se tenía fue que con estas acciones, se obligaba a la paridad de género tanto horizontal como vertical en las candidaturas y en la conformación de los Cabildos municipales. Hoy, se puede decir que uno de los logros más importantes es que por primera vez en la historia de Morelos, son mayoría las mujeres en el Congreso. Empero, en medio año han demostrado que ellas, al igual que los varones, poco han hecho para cumplir con sus promesas de campaña y convertirse en una opción real y verdadera así como un equilibrio de poderes con el Ejecutivo y Judicial.
En sus primeras declaraciones, las diputadas, entre ellas Ariadna Barrera, se pronunció a favor de revertir los excesos en los que incurrieron sus antecesores, lo dijo públicamente en la tribuna más alta del estado. Hoy, evidencian que han quedado a deber. Ya que hasta la fecha no han realizado una acción única que valga la pena para los morelenses. Se comprometieron a reducir la elevada nómina del Congreso y han incumplido, porque aumentó a más de un centenar de empleados pese a que solo son 20 y no 30 como sucedía anteriormente. Anunciaron que reducirían su presupuesto financiero en el Congreso y en lugar de bajarlo al menos el 30 por ciento –por los diez legisladores menos- lo aumentaron 50 millones de pesos.
Otro de los compromisos fue dar marcha atrás a todos los abusos que cometieron sus antecesores y no han hecho absolutamente nada. Solo, han participado como si el Congreso fuera un circo con shows al acudir a la fiscalía a presentar denuncias mal hechas, carpetas mal integradas y con la opción de que éstas se caigan por lo débil de las mismas. Es como si le estuvieran haciendo un favor a quienes llaman corruptos.
COMPLICIDAD LEGISLATIVA.- Los integrantes de la 53 Legislatura hoy en día se carcajean por la novatez y complicidad que han mostrado los de la 54, en razón de que solo hablan y hablan pero tal parece, no tienen abogados de nivel, preparados y capacitados para presentar una denuncia que los evidencia y obligue primero, a no echarlos abajo y segundo, a que sean enjuiciados por los constantes y permanentes delitos que dicen incurrieron como el robo de dinero público del Congreso, el saqueo financiero del legislativo, compra de vehículos a precios simbólicos que para muchos fue un robo, depósito de recursos millonarios a sus cuentas particulares con recursos del erario, así como el saqueo de muebles, cuadros, lámparas y demás que desaparecieron del edificio de Matamoros 10.
Y es que, hace unos días, tras los anuncios espectaculares de que serían denunciados, perseguidos y encarcelados los ex diputados, muchos de inmediato intentaron poner tierra de por medio, con los emolumentos millonarios que alcanzaron a reunir, buscar poner tierra de por medio como sucedió con Beatriz Vícera Alatriste, quien era presidenta de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, la misma que estaba temerosa de que las querellas fructificarán y por ello, tenía listo su avión con dirección a la isla del encanto a Puerto Rico. Ya todo estaba programado, hasta que la convencieron de que nada pasaría en su contra ni de sus homólogos, porque tenían controlada la Fiscalía General y Anticorrupción, así como a sus sucesores. Al final, se quedó en México y dejó perder el avión.
DOCUMENTOS APÓCRIFOS.- "Ni borrón, ni cuenta nueva", fueron las palabras de Tania Valentina Rodríguez Ruiz, diputada del Partido del Trabajo (PT), quien garantizó que se daría revés a todos los decretos aprobados por la LIII Legislatura. Es decir, ella afirmó de manera contundente: "No nos vamos a vender" y pidió al crear que los apoyara porque dijo: "Que Dios nos acompañe, porque no será fácil regresarle al pueblo lo que nos han quitado". Y los mismos errores, vicios y actos de corrupción cometidos por la 53 es lo que han cometido los de la 54.
Se habló de auditorías al Congreso como se comprometió Keila Celene Figueroa Evaristo, algo que tampoco ha fructificado. Empero, lo que más tuvo eco entre las actuales legisladoras fue la investigación del presunto fraude administrativo que se habría cometido en el Ayuntamiento de Puente de Ixtla, ya que en ese municipio se ofrecieron documentos de al menos 70 personas quiénes intentaron pensiones sin importar que eran papeles apócrifos. Las y los diputados, poco han hecho para esclarecer estos datos, a pesar de que los datos son contundentes poco les ha importado. Sin importar el delito que se comete de la autoridad que otorgar la documentación para que se jubilen y quienes los presentan. A esto se le llama complicidad y al final, lo que impera sigue siendo la impunidad. Julio Espín y sus parientes, son los principales personajes que han sido señalados por el control que ejercieron en Puente, sin embargo, gozan de un manto protector con el actual Congreso. Al final, las pensiones doradas siguen y estos delitos quedaron en el olvido porque para los integrantes de la actual legislatura, hay cosas más importantes como el dinero, por ejemplo, que castigar a quienes saquearon las finanzas del Congreso y del Estado en beneficio de unos cuantos y en perjuicio de la mayoría de morelenses. La conclusión: No pasará nada. Las promesas se las llevó el viento.
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