SEGURAMENTE Pitágoras se volvería a morir si viera cómo funcionan las matemáticas en la política mexicana, donde 59 son más que 640 mil. Y eso no es lo peor.
VARIOS de los senadores que fueron clave para que se aprobara la versión patito de la Ley 3 de 3, no obtuvieron ni de lejos esa votación.
POR EJEMPLO, Pablo Escudero ni siquiera ganó su elección. Llegó al Senado de rebote, como "primera minoría". Por sí mismo, su partido, el PVEM, obtuvo 271 mil 727 votos, pero obtuvo el escaño por ir aliado con el PRI que logró 871 mil 219.
LA PANISTA Adriana Dávila que fue una de las grandes ausentes a la hora buena, se hizo senadora con menos de la cuarta parte del apoyo ciudadano a la Ley 3 de 3: apenas 141 mil votos. Y lo mismo se podría decir del panista Jorge Luis Preciado o de Luz María Beristain y Alejandra Roldán que como candidatas del PRD se quedaron muy por debajo.
Y YA ni hablar de Héctor Larios o Layda Sansores, por los que nadie votó pues son senadores "de lista", o lo que es lo mismo: responden sólo a sus partidos, no a los ciudadanos.
DESPUÉS de la tormenta electoral no llegó la calma al INE. Al contrario: ahí adentro se vive una nueva tormenta.
BUEN REVUELO provocó que, por encima de lo que marca la norma, los consejeros decidieran prorrogar su propia permanencia al frente de las comisiones de ese órgano. El reglamento claramente dice que deben rotarse anualmente.
DE HECHO la decisión se tomó pese a la oposición de los consejeros Pamela San Martín, Benito Nacif y Roberto Ruiz Saldaña; y de los representantes del PAN, PRD y Morena, quienes advirtieron que llevarán el asunto al Tribunal Electoral.
PERO AHÍ no acaban los problemas, pues resulta que el hasta ayer vocero del INE, Alberto García Sarubbi, fue cesado en medio de un mar de versiones: desde ineficacia en el servicio hasta supuestos actos de escándalo.
¿SERÁ que los consejeros electorales necesitan una limpia o un examen de conciencia? Es pregunta.
FINALMENTE, a ocho años de que entró en vigor la reforma penal, hoy a la medianoche estarán en marcha en todo el país los juicios orales.
Y COMO la ocasión lo amerita, Enrique Peña Nieto quiere dar el banderazo de salida en grande: en el Altar a la Patria, rodeado de gobernadores, legisladores, jueces y académicos, en un acto que se llevará a cabo a las 11 de la noche.
POR un nuevo amanecer en el sistema de justicia penal, bien vale la pena un desvelón.