Me recuerda que, “en efecto, los contratos que refiere son extremadamente dañinos para la nación” y que “siete de los gasoductos están detenidos por diversos problemas, pero la CFE se ve obligada a pagar como si estuvieran funcionando…”.
Nada dice de la supuesta “quiebra” de que ha hablado el presidente de la República, afirmación que es falsa: en los tres últimos años la empresa ha tenido utilidades por arriba de 70 mil millones de pesos.
Espero que don Manuel aquilate lo que le paso al costo:
Los contratos no son leoninos: la industria que dirige funciona igual en todo el mundo (en la jerga take or pay) para prestar servicios que por su naturaleza son intermitentes (si se renta un automóvil en Acapulco por tres días pero se decide descansar, ir a la playa, pasear y salir a cenar, se paga el día completo, no únicamente los 30 minutos utilizados).
En el caso de los gasoductos, se paga por tenerlos a disposición en cuanto el sistema eléctrico lo requiera. En el ínterin se puede comercializar la capacidad que no se va a utilizar. Lo importante es tener la infraestructura para evitar apagones o desabasto de combustible.
Se dice también que la CFE no debería pagar por los gasoductos parados por “causas de fuerza mayor” a los que Bartlett alude, pero las cláusulas responden a un principio jurídico comercial internacional (presente en la legislación mexicana por casi un siglo): cuando una de las partes no puede cumplir por causas ajenas justificadas (huracán, conflicto social, escollos jurídicos…), presenta la evidencia a la contraparte. De coincidir en que hay “causa de fuerza mayor”, ambos aceptan continuar con los pagos porque a cambio se establece una contraprestación para el afectado (como cuando un vuelo es cancelado, se pierde tiempo, pero no dinero, porque la aerolínea repondrá el servicio).
La CFE, pues, recibirá el servicio de transporte adicional por el mismo número de meses detenido.
Gracias a los gasoductos se tiene y se tendrá mayor acceso al gas natural más barato del mundo (es de Waha, Texas).
Se deben respetar las reglas habituales en los contratos de todos los países. Sin ellas, nadie construiría. Flaco favor harían a los mexicanos quienes, no queriendo el uso de gas natural, obliguen al consumo de combustóleo, pagando y contaminando mucho más.
Querido don Manuel: el combustible de mayor precio es el que no se tiene.
Lo abrazo fuerte.