Sí, se pintan como son.
Florestán
El secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, y el gobernador del Banco de México, Alejandro Díaz de León, participan en Washington en la reunión de primavera del Banco Mundial (BM) y del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Este encuentro y el de otoño son la cumbre mundial de los secretarios de Hacienda y cabezas de bancos centrales, en que si bien son importantes los discursos públicos, lo más trascendente son sus informes y las reuniones en los pasillos, en una mesa de café, en un privado, en un desayuno, en una comida, en una cena, con sus pares.
El FMI dio a conocer sus previsiones de crecimiento para el mundo, donde alerta de una mala racha, y el caso México no es ni puede ser la excepción.
La cifra para 2019 va en línea con las de los analistas económicos de todas las instituciones financieras mundiales y mexicanas. Y no solo eso.
Van en la misma tendencia que la previsión del Banco de México, que la recortó a un tramo que va de 1.1 a 2.1, lo mismo que Hacienda en los documentos de precriterios económicos para 2020 que envió a la Cámara de Diputados, de 1.1 a 2.1.
Bueno, pues ayer, el FMI hizo pública su previsión para este año a 1.6 por ciento, que a nadie debe sorprender, pues se ubica en el promedio de las proyecciones del Banco de México y Hacienda. La media de 1.1-2.1 es 1.6.
Y al hablar ayer mismo en un seminario del BM, Urzúa sostuvo que lograremos una expansión de 4 por ciento al cierre del sexenio.
Enseguida respondió a analistas: pronosticar cómo estará el desempeño de una economía dentro de cinco años es muy peligroso y se vuelve casi una adivinanza. Y tiene razón, aunque él haya hablado del nivel de crecimiento de México de 4 por ciento al final del sexenio, casi en cinco años.
Lo cito: una adivinanza, que yo quisiera que se cumpliera, pero, y cito a Urzúa, es una adivinanza.
RETALES
1. VA. Ayer le decía que veía lejano el aeropuerto de Santa Lucía por el anuncio de Javier Jiménez Espriú de que en septiembre tendrá el estudio de aeronavegabilidad y en junio el plan maestro. Pues bien, el presidente López Obrador dará el banderazo de la obra el día 29. A ver;
2. FANTASMAS. El Infonavit, que dirige Carlos Martínez Velásquez, tiene 600 mil casas-habitación abandonadas. Fraccionamientos fantasmas, como dos de Mexicali con 12 mil casas y URBIVillas en Tijuana, con ¡20 mil! de las que 5 mil están invadidas. URBI ya quebró, pero dejó el conflicto; y
3. ¿BURROS? En su comparecencia como aspirante a la Comisión Reguladora de Energía, Edmundo Sánchez Aguilar dijo a los senadores que no tenía tiempo que perder con ellos, se levantó y se fue no sin antes llamarlos burros. El Presidente lo volvió a mandar en la terna para los consejeros de Pemex y los senadores, burros pero memoriosos lo rechazaron.
Nos vemos el martes, pero en privado
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