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VIDA POLÍTICA

 LA AGONÍA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y SUS FUNERALES…

 

 

La semana pasada, el aspirante a dirigir el Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional, José Narro Robles mencionó una palabra importante: simulación, por ella el instituto político que pretende dirigir estaría por desaparecer y no es el único, el mensaje fue para todos.

Por esa simple y sencilla palabra hay un descontento social hacia todos los institutos políticos, sobre todo porque reciben millones de pesos y no generan absolutamente nada a favor de las comunidades.

Hoy no solo el PRI está en la lona, también Acción Nacional, el de la Revolución Democrática, del Trabajo, Verde Ecologista, Encuentro Social, Humanista, Movimiento Ciudadano, Socialdemócrata y hasta el propio Movimiento de Regeneración Nacional, así como Nueva Alianza.

Si hoy fueran las elecciones, menos de un 40 por ciento de los ciudadanos saldrían a votar y todo tiene un sustento, que al momento ningún militante de los partidos políticos dentro de los espacios de decisión o del poder ha dado respuestas a las demandas más sentidas de la sociedad.

La desconfianza hacia las instituciones políticas enoja más a un pueblo que hoy demanda igualdad social, porque es notable una crisis financiera, de seguridad y otros en la actualidad.

Son crisis que heredaron, hay que decirlo, los primeros partidos políticos que asumieron el poder y abusaron del mismo, esto incluye a la chiquillada que también fue cómplice de las atrocidades cometidas en el círculo del poder público.

La simulación ha sido el principal factor que ha dañado a México, porque eso también ha generado el incremento en la corrupción, en la impunidad y en la aplicación de la ley en todos sus términos.

Hoy tenemos una sociedad más abierta, más crítica y más participativa que a pesar de que todavía en sus promocionales los institutos políticos tratan de generar campañas de simpatía o de atracción de votos siguen con las mismas frases de antes y posiciones populistas.

Hay figuras políticas que hacen campaña desde ahora y están dispuestas en generar una “imagen” nueva ante la sociedad, que –por cierto- ya no los quiere ver ni en fotografía.

Pero también la sociedad sabe que hoy los partidos políticos son concesiones familiares, tienen un dueño y este aprovecha los millonarios recursos económicos que tienen.

Son escasamente transparentes en el manejo del dinero que sale por la aportación obligatoria de los impuestos ciudadanos, para que los concesionarios de los partidos políticos tengan un nivel de vida demasiado alto.

Actualmente están obligados a presentar de manera pública en qué gastan el dinero que serviría más para becas de alumnos provenientes de familias pobres, o bien para generar fuentes de trabajo en el sector productivo.

La improductividad social, filosófica y de ser propositivos por parte de las instituciones políticas dejan de ser sancionados e incluso son protegidos por la autoridad electoral, porque también ahí tienen inmiscuidos a parientes del dirigente y entre gitanos no se leen la mano.

Esa es la triste realidad de lo que sucede en pleno siglo 21, en donde los politólogos serios hablan de una democracia dirigida y no de una total que permita el arribo al poder a las bases populares.

La ética política, la filosofía, estatutos y reglamentos dentro de los partidos están perdidos, como también sus programas de gobierno y de haber pensadores o ideólogos ahora los pragmáticos.

Son los pragmáticos los que han asumido el poder y los principales simuladores, que dicen que hacen y no hacen nada como decía Mario Moreno “Cantinflas”, quien solía ironizarlos a la perfección.

La ruptura interna en las instituciones políticas también ha traído la pulverización del voto, del financiamiento hacia las instituciones electorales porque para el año 2021 podría haber más de 20 agrupaciones electorales en concurso, más los ciudadanos.

De ahí que la democracia dirigida es hoy parte de la simulación que hay en este país desde hace décadas, desde que Porfirio Díaz parafraseo la frase sufragio efectivo no reelección, que le fuera copiada por Francisco I. Madero.

Simulación y falta de trabajo serio es lo que hoy tiene en fase terminal a los partidos políticos y varios de éstos para el 2021 dirán adiós, sobre todo a las millonarias prerrogativas que tienen.

La sociedad no se deja enredar por una despensa con gorgojos, tampoco con el dinero que dan ni con las frases y discursos demagógicos, hoy quiere soluciones a sus demandas más sentidas.

Y quizá en el 2021 venga un nuevo sistema político que cambie las formas de elección de las próximas autoridades, porque conforme pasan los días la desilusión crece como la pobreza, a pasos grandes.

De hecho, cuando menos a los tres grandes partidos que hubo en el pasado y la eterna chiquillada ya los electores les preparan su funeral, la lápida y el basurero de dónde ir a tirarlos sin que contaminen el medio ambiente. ¡Nada es eterno en esta vida!

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