“YA QUE SE LARGUE EL FISCAL URIEL CARMONA, PERO TAMBIÉN GUARNEROS”: RECLAMO DE TODOS LOS MORELENSES QUE SE DICEN HASTA LA MADRE DE TANTA VIOLENCIA Y MUERTE…
@cuauhtemocb10 @
La falta de dignidad en el servicio público, hace que el hombre esté convertido en un animal corrupto, deshonesto, demagogo y hasta un posible criminal, eso repetía constantemente Don Jesús Reyes Heroles, uno de los mejores politólogos y filósofos que ha tenido México.
El mensaje es directo para el fiscal General del estado Uriel Carmona Gándara, quien a pesar de que la sociedad ha solicitado su renuncia sigue aferrado a un cargo, que desde que fue ungido por las huestes perredistas hoy sabe que como Notario Público no tendrá las mismas ganancias, prebendas ni canonjías.
La corrupción es un emblema que hoy lamentablemente mantiene la Fiscalía General del Estado, que inicia desde su cabeza y pasa por todos sus pasillos, oficinas y corredores.
Sin duda, nunca hubo peor jefe del ministerio público del fuero común que el hoy fiscal pistolitas Uriel Carmona Gándara.No se trata de criticar a un fiscal por solamente hacerlo, hay sustento en su pésima labor como servidor público y desconocimiento sobre la práxis del derecho penal y constitucional.
Quizá sea un buen fedatario porque lo trae de familia, pero también quizá hay sus asegunes porque la notaría pública otorgada por el ex gobernador Graco Ramírez no fue por un concurso correcto, más ahora que la jefa de jefas de los notarios es Patricia Mariscal Vega.
Los morelenses nativos y de residencia hoy no tienen por qué continuar con un fiscal General que solamente causa problemas, incertidumbre social y genera también ingobernabilidad.
El llamado de los profesionistas, de los trabajadores, amas de casa y del pueblo en general hacia el gobierno en sus poderes Ejecutivo y Legislativo es ya cambien al fiscal General.
Sin embargo, pareciera que los oídos sordos del pasado que utilizaron como bunker el Palacio de Gobierno y el Legislativo es una herencia, para quienes hoy ocupan ambos edificios públicos.
La triste realidad de Morelos no puede taparse con espectaculares ni frases bonitas, con discursos simples y menos con posiciones meramente demagógicas, el estado merece un cambio profundo como lo reclamó el pasado primero de julio los electores.
Los electores, el sector productivo que paga impuestos puntualmente, o es sancionado hasta con cárcel, el que genera empleos, inversiones y no está inmiscuido en actos de corrupción exige la renuncia o el cambio del fiscal General.
Uriel Carmona Gándara debe saber que su tiempo al frente del ministerio público terminó, porque con su postura y complicidades con la deshonestidad termino, como todo en la vida tenemos etapas.
En un país o en un gobierno que se autodetermine como demócrata nadie debe ser eterno, ni los mismos magistrados que también hoy son un lastre social y una carga demasiado pesada para la economía del estado, sobre todo la del contribuyente.
Si el fiscal pistolitas tiene dignidad y ética personal, que al parecer desconoce el significado filosófico y hasta simple de ambas palabras, debería presentar su renuncia por el bien del pueblo de Morelos y pedir perdón por sus acciones negativas en perjuicio de toda una sociedad.
Al momento junto con su esbirro y compañero fiscal Anticorrupción, Juan Salazar Núñez, sus errores han sobrepasado, incluso, las violaciones a las leyes locales y del país.
No dan una, si fueran abogados y tuvieran un divorcio en común acuerdo, seguramente lo pierden y todavía reclaman a quienes van por la separación porqué lo hacen sin avisarles con tiempo.
Para el caso del fiscal pistolitas, Uriel Carmona Gándara, no hay una sola investigación realmente seria hacia las personas que han sido asesinadas; ejemplo, está el caso del activista Samir Flores Soberanes.
Su actitud, hasta ahora, de valemadrismo provocó que la sede de los festejos del Centenario luctuoso del General Emiliano Zapata Salazar haya sido cambiado de sede, no porque vayan a insultar al Jefe de la Nación Andrés Manuel López Obrador, porque dentro de la gobernabilidad de un estado y su institucionalidad la realidad es que le pegan a la máxima institución democrática llamada Presidente de la República.
Es el momento ahora de hacer un gran cambio en la Fiscalía General del Estado de Morelos, la corrupción que ahí impera ya tiene hasta la madre a todos los morelenses, sobre todo a las familias de víctimas de esta ola de violencia que hoy azota al estado.
Y es decisión del Ejecutivo y Legislativo hacerlo, el omitir sus obligaciones constitucionales sería un retroceso más para un estado que ya para muchos es fallido, como sucedió con el sexenio pasado que no sólo heredó deudas financieras, corrupción, violencia, también un fiscal General y uno anticorrupción que carecen de capacidad y ética política, incluso hasta personal.
Así es que cuando se vengan las grandes marchas de la sociedad, que nadie dentro de las cúpulas del poder se sienta sorprendido, porque como decía el hoy Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, el pueblo se cansa de tanta pinche tranza y tampoco dejará que sigan matando a su familia.
La gobernabilidad puede perderse en un segundo. Aguas.