Sin ganancias políticas
El memorándum de AMLO no resuelve el conflicto del gobierno con la CNTE.
El presidente sube la apuesta hasta la estratosfera y la dirigencia de la Coordinadora ni siquiera le echa un lazo.
Ellos no quieren un memo, quieren un cambio constitucional en el que se asienten todos sus caprichos.
Eloy López, de la sección 22, adelantó que la movilización seguirá activa hasta que no quede ni una coma de la reforma educativa del sexenio pasado en el texto constitucional.
De modo que el Ejecutivo asume un riesgo, se encara al Poder Judicial, les da municiones a sus críticos sin tener, hasta el momento, ninguna ganancia política.
¿Acaso veremos pronto un memo que invalide al memo original? Es pregunta.
A los tribunales
El caso del memorándum va camino a los tribunales.
Un montón de actores políticos están preparando amparos y otros recursos jurídicos para invalidarlo.
Un exministro de la Suprema Corte, Ramón Cossío, ya dijo que es un documento vulnerable. Otra exministra, Olga Sánchez, ahora es secretaria de Gobernación y le tocará la chamba de que el documento resista los embates de la ley. Una misión imposible, dicen los expertos.
La primera argumentación es contundente: un memo no puede invalidar la Constitución. Quienes lo intenten, por ejemplo los secretarios de Educación, Hacienda y Gobernación, estarán comprando toda clase de pleitos legales.
No estaría mal que al mismo tiempo que comiencen a instrumentar la instrucción presidencial, checaran los teléfonos de varios bufetes de abogados.
El INEE en el limbo
En el Instituto Nacional de Evaluación Educativa no saben si reír, llorar o ponerse a rezar. Están en el limbo.
Su situación era complicada antes del Memo, y les faltan palabras para describir lo que encaran, pues las evaluaciones están agentadas para el mes próximo.
El instituto no ha desaparecido formalmente, tiene encomiendas legales y encara un mandato para que la ley no se cumpla, a pesar de que en sentido estricto es un organismo autónomo y la SEP no puede darle instrucciones.
El embrollo se complica y muy pronto será complicado intentar desenredarlo y responder la pregunta: ¿Cómo nos metimos en este laberinto?
Trabajo en equipo
La renuncia por motivos personales de Simón Levy a la Subsecretaría de Planeación y Política Turística de la Sectur abrió para la dependencia la oportunidad, ahora sí, de trabajar en equipo.
Lo que se dice en la Torre de Presidente Mazaryk es que Levy tenía una agenda personal que casi nunca coincidía con la del resto de la dependencia. Se saltaba las trancas y actuaba como si se mandara solo, pero no.
Por si fuera poco, reportes llegados del lejano oriente hablan de que varias veces quiso dejar a los chinos mirando. Los orientales no lo olvidan.
Su destino estaba marcado desde hace semanas, pero la decisión de su salida se pospuso hasta finalizar el Tianguis.
En lugar de Levy, el presidente López Obrador designó al ingeniero Alejandro Aguilera, experto en estadística turística y parte del equipo de Torruco desde hace años.