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LA CRÓNICA DE HOY: De ninis a jefes de familia y revulsivos en centros laborales

El programa Jóvenes Construyendo el Futuro les ha dado una nueva oportunidad para tener un trabajo que les dé seguridad económica. Los jóvenes se convierten también en revulsivo de los centros de trabajo; el ambiente se torna casi como de escuela.

De ninis a jefes de familia y revulsivos en centros laborales | La Crónica de Hoy
Guillermo no sabía nada de mecánica, es más, no sabe manejar, pero después de tres meses ya puede meterle mano a los carros. Y orgulloso, comenta que la beca de 3 mil 600 pesos “está sirviendo para sacar adelante a mi familia”

Primera de dos partes

 

 

Guillermo, Ángel, Esteban y David. Son nombres de muchachos muy jóvenes con diferentes trayectorias de vida, pero que se han encontrado en un mismo centro laboral, una empresa de mecánica automotriz de buen tamaño en la que se les paga por aprender a la mitad de ellos, y en donde los que ya conocían el oficio están siendo fichados para lo que promete ser una carrera larga y fructífera en el sector.

Eso es lo que Crónica pudo testimoniar durante los primeros meses de la operación en ese punto de Jóvenes Construyendo el Futuro, el programa amlista de apoyo directo a ninis, los jóvenes que ni trabajaban ni estudiaban. Pero hay algo que es quizás más profundo: lo que estos jóvenes relatan que está pasando al interior de sus familias.

Para Guillermo Arturo el asunto es simple: en tres meses se volvió el sustento de la familia gracias a “la beca” de 3 mil 600 pesos mensuales. “Está sirviendo para sacar adelante a mi familia”, relata desde sus 18 de edad vividos en Iztapalapa. Guillermo abandonó la prepa cuando su madre ya no pudo solventar los gastos, como la comida y los pasajes, mucho menos los materiales y útiles de la escuela. Huérfano de padre, Guillermo vive con su madre, quien limpia casas, y dos hermanos de 5 y 8 años, quienes cursan la educación básica.

El joven comentó que al iniciar el año, su propósito fue buscar trabajo para así continuar con sus estudios y poder ayudar un poco en los gastos de la casa, pero luego de buscar empleo como cerillo en una tienda de autoservicio en la que no se quedó, un amigo de su exescuela le comentó del programa Jóvenes Construyendo el Futuro.    

La finalidad de Jóvenes Construyendo el Futuro es brindar capacitación para el trabajo a jóvenes de entre 18 y 29 años, el cual arrancó el 21 de enero pasado. “Uno de mis compañeros me dijo que había un apoyo económico que iba a empezar a dar el gobierno, que había que darse de alta en una página de internet, que era muy rápido, fui a un café internet y busque el programa, pero no hice nada, después le comenté a mi madre y me dijo que me diera de alta…”, comentó Guillermo. 

No sabía nada de mecánica, es más, no sabe manejar, pero con los capacitadores —a quienes llama “maestros”— ya pudo meterle mano a los carros.

Guillermo representaba para su madre un gasto de 20 pesos diarios (lo que le daba para que tuviera algo de dinero). Ahora lleva los 3 mil 600 a la casa para apoyar a su madre y sus dos hermanos.

Y como él, Esteban, una historia ya contada por Crónica, ve en esto un futuro profesional. Esteban es un buen mecánico desde antes, pero la beca le abrió la puerta a la formalidad; en el taller mecánico familiar del barrio, sus familiares le daban en pago lo que se podía. Ahora le interesa incluso menos la beca que la contratación definitiva, formal, que la empresa le ofreció.

En cuanto al centro laboral mismo, algo está pasando con la llegada de los jóvenes. Gerardo es chofer de la empresa, asegura que desde que se puso en marcha el programa Jóvenes Construyendo el Futuro “el taller tiene más actividad, los días se sienten diferentes y como que hasta hay más trabajo”.

HAY CIERTO AMBIENTE DE ESCUELA. Gerardo lleva 15 años trabajando como chofer para la empresa. Asegura que esta invasión juvenil, desde los primeros meses, ha provocado un cambio notable. Ahora el grupo de jóvenes suma 15 elementos. “Ya habíamos trabajado con jóvenes, pero el perfil que traían era diferente, más inquietud y conocimiento de la mecánica, estos chavos la mayoría están en ceros, pero ahí van, le echan ganas”.

Allí en ese grupo está Ángel, de 19 años. Cumplió un mes de capacitación en una empresa automotriz, es de los que entró más tarde. Le gustan los autos y en especial la pintura automotriz. Terminó la prepa, tuvo ocasión de trabajar con uno de sus tíos en hojalatería, meses después se acercó a un taller de autos clásicos, en donde aprendió a pintar autos y en donde, asegura, podría estar su futuro. 

“Pero salí de la escuela y no hacía nada, pero quería trabajar, comprarme ropa, también para ayudarle a mi mamá en los gastos de la casa, empecé a ir con un tío que es hojalatero, con él estuve como tres meses pero ganaba muy poco, como mil al mes, ya después uno de los clientes llevó un carro clásico, platicando con el señor me dijo que conocía una empresa de pintura, que fuera a ver... en esa empresa también tuve poco tiempo porque me quedaba muy lejos de mi casa”, ­narra con entusiasmo. 

La capacitación durará entre cinco y ocho horas diarias, cinco días a la semana. Este proceso podrá extenderse hasta por 12 meses, tiempo en el que los becarios gozarán de cobertura médica por parte del Instituto Mexicano del Seguro Social y de una transferencia de 3 mil 600 pesos mensuales. 

Cada becario podrá participar una sola vez en el programa y recibirá una constancia de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social al finalizar su instrucción.

Ámbito: 
Nacional
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