Veracruz, víctima del sectarismo político
Después de la masacre en Minatitlán va quedando claro que la crisis de violencia en Veracruz se explica, en buena medida, por la incapacidad de Morena para trabajar en un marco mínimo de pluralidad.
El fiscal del estado, Jorge Winckler, ha sido marginado por el gobernador de la entidad y por el secretario de Seguridad Pública para coordinar esfuerzos en la lucha contra la delincuencia y la criminalidad.
¿Resultado de las fobias ideológicas de Morena? En Veracruz se dispararon los secuestros hasta ubicar al estado en el primer lugar nacional de plagios, en el primer lugar de feminicidios y en un festín sangriento de grupos criminales que arrojan matanzas como la ocurrida el pasado viernes.
En su reciente visita a Veracruz, luego de la masacre en Minatitlán, el presidente López Obrador encabezó una reunión de seguridad… a la que no fue invitado el fiscal del estado.
Imposible. No pueden trabajar con quien no sea de Morena.
Lo mismo en temas de seguridad que en la Comisión Reguladora de Energía (CRE), en el Consejo de Pemex, con el INE, la CNDH. No pueden.
¿Alguna vez hemos visto, en estos cinco meses de gobierno, que el Presidente se reúna con los líderes de los partidos opositores?
¿Con los coordinares de los diferentes grupos parlamentarios?
La aversión a convivir en la pluralidad es una característica de los gobiernos de Morena.
Quieren todo el Congreso, todos los gobiernos de los estados, toda la Corte, todos los cargos.
Winckler, el fiscal de Veracruz, fue nombrado por el Congreso estatal para desempeñarse en el cargo, con autonomía, por un periodo no sujeto a los vaivenes sexenales.
No pueden trabajar con él porque no es hoja de su cebolla.
Y el gobernador Cuitláhuac García declaró que el caso Minatitlán se va a resolver “a pesar del fiscal (Winckler)”.
El presidente López Obrador dijo en el puerto que “fue un error” haber dejado a este fiscal, del que no le conoce un solo defecto más que no ser puesto por Morena.
“El hecho de que lo haya dejado el gobernador anterior (lo cual es falso, porque lo eligió el Congreso) y que esté actuando en protección del viejo régimen llama mucho la atención”, dijo el Presidente.
De Morena es el alcalde de Minatitlán. De Morena es el gobernador de Veracruz. De Morena es el Presidente de la República. Y no pueden combatir y prevenir el crimen porque el fiscal no es militante morenista.
Pretexto o ideologización enfermiza, el caso es que los veracruzanos pagan las consecuencias.
El lunes, el secretario de Seguridad Pública de Veracruz, Hugo Gutiérrez, dijo que “se han logrado identificar a algunas personas (participantes en la matanza), de las cuales dos ya manejamos como objetivos. La investigación va muy adelantada”.
Paralelamente, el fiscal Winckler, declaró: “hasta el momento no tenemos ningún apodo o nombre. Si Seguridad Pública los tiene identificados, le vamos a solicitar la informática”.
Y el gobernador Cuitláhuac García expuso, también el lunes, que Minatitlán “se resuelve a pesar del fiscal. Esperamos que el fiscal acelere las investigaciones para que determine quiénes son los culpables y nosotros vayamos por ellos”.
Debajo de esa aversión a trabajar en la pluralidad hay 13 cadáveres ultimados en una reunión el pasado viernes.
Hay una guerra entre Zetas y Cártel Jalisco Nueva Generación.
Hay un estado donde se cometen prácticamente uno de cada tres secuestros que hay en el país.
Hay un estado que concentra el mayor número de feminicidios que se cometen en todo el territorio nacional, por encima del Estado de México que es el más poblado.
No pueden trabajar y coordinarse con los que no son de su partido.
La gente paga las consecuencias de la ideologización y de un pleito del que es ajena.