Con la honrosa excepción de los legisladores del PAN, la Cámara de Diputados aprobó la nueva, pésima y fraudulenta reforma constitucional (mal llamada educativa, esencialmente laboral) para complacer al sector más regresivo, impreparado y caciquil del magisterio: la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, y entierra la esperanza de que casi 26 millones de niñas, niños y adolescentes de preescolar, primaria y secundaria obtengan una educación de calidad.
Para elaborar el mazacote contaron más los corruptos intereses gremiales que el interés superior de la infancia.
Se retorna gran parte del control de la vida profesional de los profesores al sindicato del que forma parte la CNTE, y acaba con reglas que hubieran permitido construir un sistema de calidad a partir de seleccionar a los más preparados educadores, promover a los mejores entre los mejores, evaluarlos para ayudarlos a superarse y sacar del salón de clases, manteniéndoles plazas y prestaciones pero adscribiéndolos a otras áreas, a los que demostraran nula capacidad o absoluta falta de compromiso con su deber.
Las piezas que configuran el regreso al abominable pasado son: a) en lugar de redactar con claridad lo que sucederá con las evaluaciones y concursos, en el texto se introduce la frase “procesos de selección”, dejando su definición para la ley secundaria en donde Morena no requiere los votos de otros partidos. Como es obvio, un proceso de selección puede ser casi lo que sea: concluir los estudios de la Normal, presentar un reporte sin mayor exigencia y hasta una tómbola; b) esos “procesos de selección”, de acuerdo con dos artículos transitorios, tendrán que estructurarse en función de lo determinado por el artículo 123 apartado B de la Constitución… que no incluye las evaluaciones como método único y obligatorio para ingresar y hacer promociones al interior del magisterio, y c) en lo político se complace al sindicato nacional y parcialmente a la CNTE, que siempre quiere más y no dejará de movilizarse, abandonar las aulas, bloquear vías y espacios públicos o vandalizar comercios, sino hasta cuando se cerciore de que en las leyes secundarias se le regrese el control del ingreso a través del pase automático de las normales, los ascensos y los cambios de escuela.
La aprobación de la nueva reforma sería inexplicable sin la previa negociación de esas leyes secundarias con el profesorado faccioso, ya que los diputados pudieron sesionar sin que las hordas provenientes de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán les impidieran el acceso a San Lázaro.
Triste día el de ayer: queda pospuesta para un futuro impreciso y lejano la posibilidad de que México remonte a través de la enseñanza básica de calidad, por la única razón de que la nueva reforma tomó en cuenta todo, menos a las niñas y niños que seguirán expuestos a lo que les mal enseñen profesores chafa.