López Obrador visita por quinta ocasión el Estado, golpeado por la violencia y marcado por la inacción del gobierno local
Andrés Manuel López Obrador aterrizó este mediodía en Veracruz, en lo que se convirtió en su quinta visita a la entidad en 146 días de Gobierno. El Estado, el tercero más poblado del país, se ha convertido en un dolor de cabeza para el Ejecutivo del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). La violencia parece extenderse sin freno por el territorio. En algo más de una semana allí han sido descubiertas 36 fosas clandestinas, ocurrió la matanza de 13 personas —entre ella un bebé de un año— y fue asesinada una alcaldesa de Morena a pesar de que había denunciado públicamente que había recibido amenazas.
El estado de urgencia ha llevado al Gobierno a estrenar con prisas a 1.050 elementos de la Guardia Nacional, un cuerpo de seguridad formado por militares. Marinos de la Armada vestían este viernes el nuevo uniforme mientras vigilaban el municipio de Minatitlán, en la región petrolera, donde el viernes 19 de abril un grupo armado disparó contra los asistentes a una fiesta matando a 13 personas e hiriendo a tres más. “Habrá justicia. A eso venimos”, dijo López Obrador al llegar al aeropuerto de Veracruz, donde era esperado por decenas de personas que le exigieron a gritos el fin de la crisis.
Por la tarde, durante un acto en el pueblo donde se produjo la masacre, el presidente anunció una batería de medidas sociales: subsidios a campesinos cafetaleros y cañeros, créditos ganaderos, ayuda a jóvenes. “Porque no se puede solucionar los problemas de inseguridad solo con la violencia. Tiene que haber justicia. Si tenemos a todos los jóvenes trabajando, así vamos a serenar a Minatitlán y así es como vamos a serenar a México”, dijo prolongando uno de sus lemas de campaña. Y anunció que la primera de las 150 coordinaciones territoriales en las que se organizará por todo el país la futura Guardia Nacional tendrá lugar allí, en Minatitlán.
El presidente había desembarcado en Veracruz junto a un grupo de alto perfil de su gabinete de seguridad, entre ellos el secretario se Seguridad, Alfonso Durazo; y el de Defensa, Cresencio Sandoval. La presencia de autoridades federales pretende deshacer el estupor en el que se encuentran las autoridades locales, perdidas desde hace meses en el encono entre el ejecutivo local, encabezado por el gobernador de Morena, Cuitláhuac García, y el fiscal, Jorge Winckler, votado por el Congreso de Veracruz en 2017, durante el Gobierno del PAN, para un cargo de nueve años.
Este jueves, horas después de que fuera asesinada Maricela Vallejo, una alcaldesa de 27 años del municipio serrano de Mixtla de Altamirano, el gobernador García dijo que el fiscal conocía las amenazas contra ella y no hizo nada para impedir el crimen. Además, reprochó la poca efectividad de la Fiscalía, que solo resuelve el 2% de los casos que investiga. La bancada de Morena fracasó en febrero pasado en su intento de retirar a Winckler de su cargo y someterlo a un juicio político. Los ataques en contra del procurador de justicia han arreciado.
García, quien llegó al poder en diciembre junto a López Obrador, ha pasado los últimos días repartiendo culpas sobre el desastroso estado de inseguridad de Veracruz, que suma más de 500 víctimas de homicidio en cuatro meses. “Cuando sucede un hecho lamentable con pérdida de víctimas humanas critican y dicen: ‘Mira, no resuelven la inseguridad’, pero yo digo: ¿cómo la vamos a resolver? No se resuelve de la noche a la mañana”, dijo también el jueves, mientras responsabilizaba de la catástrofe a la herencia recibida de PAN y PRI, quienes habían gobernado Veracruz hasta el triunfo de Morena en los comicios de julio. Horas después, a dos kilómetros del mitin del gobernador, cuatro hombres armados se enfrentaron con policías militares cuando se negaron a ser revisados. Dos presuntos criminales murieron en el tiroteo.
El presidente de México parece ir en la misma vía que el gobernador de Veracruz. El lunes, criticó abiertamente al fiscal. "Fue un error que el gobernador pasado (Miguel Ángel Yunes) dejara un fiscal", dijo el presidente en el puerto de Veracruz. "El gobernador tiene todo el respaldo por honesto", dijo López Obrador mientras levantaba la mano al gobernador García. Pero ningún bando ha triunfado todavía en Veracruz, donde la sangre sigue imponiéndose a la política.