Exculpa al gobierno estatal de cualquier responsabilidad
Roberto Castrejón Trujillo, quien es líder sindical de la Confederación de Trabajadores de México (CTM) en Morelos, culpó a Bulmaro Hernández y al hijo de éste, Ben Hur, de ser los autores intelectuales del ataque armado, acontecido en Plaza de Armas, de Cuernavaca.
En un video que circula por las redes sociales, insistió en que la balacera (que arrojó dos muertos y dos heridos) fue consigna del “Nuevo Grupo Sindical: “Esto no fue culpa del gobierno… ni de la delincuencia organizada”, si no “obra de ellos”.
De igual forma, manifestó que ellos (los aludidos) recurrieron al crimen para “realizar esto”. Asimismo, expuso que las autoridades actuaron conforme a derecho: “… quisieron buscar un acercamiento (con los comerciantes ambulantes del primer cuadro de la ciudad) y que no hubiesen problemas”.
Visiblemente molesto, Castrejón Trujillo reconoció la labor de conciliación del Ejecutivo y, en otro sentido, responsabilizó a Bulmaro y Ben Hur –del mismo apellido-. Clamó, por tanto, justicia.
Castrejón Trujillo es padre de una de las víctimas, la cual recibió tres impactos de bala. Su deceso se registró, de acuerdo a las autoridades del Instituto Mexicano del Seguro Social, alrededor de las 12:50. Entonces, personal de la Fiscalía General del Estado se trasladó hasta el nosocomio en donde se encontraba, para llevarse el cuerpo inerte; esto, cerca de las 15:00. En breve, se darán los resultados de la necropsia, trascendió.
Cabe exponer que el “Nuevo Grupo Sindical” surgió a través de una ruptura con la CTM.
Al respecto, abogados y legisladores han mostrado su punto de vista en torno a los acontecimientos. Los primeros, hablan de un “estado fallido”; los segundos, urgen al fiscal general, Uriel Carmona Gándara, a que dé celeridad a las pesquisas.
Casi de inmediato, fue detenido Maximiliano “N”, a quien se le asocia con los disparos.
Por la tarde-noche de este miércoles, el gobernador, Cuauhtémoc Blanco Bravo dio una conferencia de prensa, para ultimar detalles sobre el hecho, que propició crisis nerviosas entre las personas que se encontraban, a esa hora, caminando por la plaza, el zócalo y calles aledañas del centro de la capital del estado.