No sólo la pistola usada en el ataque del miércoles
Podrían estar en manos de la delincuencia, como la usada por Maximiliano "N"
Jurídicamente, no existe evidencia del supuesto pago de $5 mil por cometer el crimen
La pistola que utilizó el agresor en el Zócalo de Cuernavaca el miércoles pasado, cuando atacó a cuatro personas (dos de las cuales fallecieron, a consecuencia de sus disparos) desapareció de un cuarto de evidencias de la Fiscalía General del Estado (FGE), se informó el mismo día de los hechos. Lo que no se dijo entonces es que no es sólo ese objeto el "extraviado", sino diversas armas que deberían haber estado ahí y (sin explicación alguna a la fecha) se esfumaron.
Según la información proporcionada este jueves por el fiscal Uriel Carmona Gándara, a su llegada a la Fiscalía, en febrero de 2018, en el marco del proceso de entrega recepción, se detectó que en un cuarto de evidencias había un faltante de diferentes objetos, entre los cuales se enlistaba el arma utilizada para el ataque a las afueras de Palacio de Gobierno (una pistola 9 milímetros, marca Glock), pero no era la única. En realidad, se detectó que faltaba "todo un paquete de armas aseguradas", reveló.
Es decir, se trata de armas que tendrían que ser elementos de prueba en distintas carpetas de investigación, y que en algún momento fueron sacadas de la Fiscalía y podrían estar, igual que la utilizada por Maximiliano "N" (el agresor referido), en manos de la delincuencia, y ser usadas tal como sucedió esta semana.
Ayer, durante entrevista radiofónica en el programa de Denise Mearker, Uriel Carmona aseguró que en el proceso de entrega recepción, a su llegada a la FGE, su administración dejó constancia documental sobre dicho faltante, cuya responsabilidad corresponde a la anterior, y que se abrió una investigación administrativa para saber en quién recae legalmente el señalamiento de esa inexplicable pérdida. Esa pesquisa no ha concluido aún, agregó.
Sobre el número de armas extraviadas, el servidor público dijo desconocer la cantidad exacta, y se limitó a establecer que se trata de “un paquete”.
El funcionario reveló que en este momento ya se sabe quiénes fueron las personas que tenían bajo su responsabilidad los cuartos de evidencias, las cuales pueden enfrentar procesos penales y administrativos por la pérdida de las armas y otros objetos, y cuya identidad debe mantenerse en secreto, mientras se lleva el proceso respectivo; en los próximos días se les fincarán responsabilidades, adelantó.
Sobre el supuesto pago de cinco mil pesos que, según trascendió, se habría pagado al agresor por cometer el ataque, Carmona Gándara aseguró que jurídicamente no se tienen elementos que puedan probar ese hecho por lo que, por el momento, ello no es materia para presentar ante el juez.
Esa versión corrió tras la publicación este jueves en un medio nacional, donde se aseguró que dentro del teléfono celular de Maximiliano "N" se había encontrado un mensaje en el que se probaba dicho pago, además de la orden de asesinar a las dos personas que perdieron la vida en el ataque del miércoles, justo a un costado de la sede del Poder Ejecutivo morelense. Todo esto no fue corroborado por el titular de la FGE.
En la entrevista, el fiscal de Morelos confirmó que no se conoce aún el móvil del crimen, ni la identidad del o los autores intelectuales, ni si hubo algún cómplice del agresor; únicamente se corroboró, “científicamente”, que hubo un solo tirador.