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OBSERVADOR POLÍTICO

El PRI-Morelos, en proceso de extinción

 
 

El que fuera el partido en el poder durante casi 80 años en el Estado y en el país, vive hoy en Morelos una difícil situación difícil de erradicar. El PRI, está enfermo, muy enfermo y tal parece se encuentra al borde del colapso, está literalmente en una situación terminal. Y esto se debe, en gran medida, a los errores, excesos, ambición por el dinero y a los actos de corrupción en que lo ha metido su dirigente, Alberto Martínez González, alias “El Chupes”.
PRI, RIESGO DE PERDER EL REGISTRO.- El Revolucionario Institucional lleva ya 19 años sin gobernar Morelos después de que concluyó una de las peores  administraciones del general y que ocasionó de forma inédita, que Morelos haya tenido tan solo en seis años y unos meses a tres gobernadores. Fue el sexenio de los tres Jorges: Carrillo Olea, Morales Barud y García Rubí.
Durante estas casi dos décadas, el tricolor ha intentado regresar pero todo ha quedado en intentos y hoy, después de haber sido la primera fuerza política en la entidad se ha convertido en “chiquipartido”, un instituto político que tiene casi nula representación que lo ubican como un partido “morralla” con tan solo dos presidencias municipales: Xochitepec y Mazatepec, así como una diputación local plurinominal en la figura de Rosalina Mazari Espín.
Sin embargo, antes, durante y después de las elecciones del primero de julio del 2018 al este instituto político, no se le quitó la maldición que le provocó la llegada de Alberto Martínez González, uno de los personajes que integró la peor legislatura en la historia de Morelos como fue la 53, y que lo único que ha demostrado interesarse es el dinero público para sus intereses personales y de grupo.
Alberto Martínez, prometió que sería presidente del Comité Directivo Estatal del PRI y que renunciaría a la diputación local, y fiel a su naturaleza, incumplió su promesa al mantenerse en los dos cargos hasta que concluyó su diputación. Durante el proceso de elección de candidatos, se enfrentó casi con todos los sectores así como con su abanderado a la gubernatura, el tristemente célebre y corrupto Jorge Meade Ocaranza, quien utilizó todas sus influencias y relaciones con políticos del CEN del PRI, para destituirlo cuando tuvo su percance el Chupes e hizo feo con autoridades municipales. Fue vergonzoso como lo corrieron y peor aún, cómo dejó al partido y sus candidatos en plena campaña política electoral.
Estos errores, abusos, excesos, la ambición por el dinero y la candidaturas de estos dos personajes, tanto Jorge Meade Ocaranza como Alberto Martínez González, fue el preámbulo de la derrota que los llevó a pelear los últimos lugares de la elección del año pasado.
NO APRENDEN DE SUS ERRORES.-  Basta recordar que el candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”, por la propuesta de Andrés Manuel López Obrador, sacó alrededor de 400 mil votos el primero de julio del año pasado, por los 42 mil 427 sufragios que le entregó Jorge Armando Meade Ocaranza al PRI Morelos. Fue una crónica de una derrota anunciada y por ello, se supo de los dos autorrobos que se registraron en pleno proceso electoral cuando sabían que no tenían nada que hacer.
Hoy, pese a todo ello, el PRI sigue enfermo, tal parece tiene cáncer porque su estado de salud es deprimente y tal parece, no hay medicina alguna que pueda salvarlo por la división, la confrontación y la ausencia de un liderazgo que pueda llevarlo a mejor puerto y evitar que los viejos vicios, las prácticas anquilosadas dejen de pernoctar en ese viejo edificio de Amacuzac y Yucatán, que se está cayendo de enfermo y mientras todo eso sucede, los casi 800 mil pesos –en realidad son más de 400 mil porque sigue pagando las multas al Impepac- que maneja a su libre albedrio Alberto Martínez González.
Hoy, cuando el estado se está cayendo a pedazos, el corrupto líder priista no saca la cara, no sale a declarar, no emite un comunicado ni convoca a una conferencia de prensa para manifestar la posición en torno a los hechos de sangre y de violencia que se vive en Morelos. Hoy, el PRI está como nunca, apestado, somnoliento, abandonado, triste y cabizbajo gracias a lo que queda dizque de líder del PRI que hoy siguen teniendo.
AUDITORÍA AL TRICOLOR.- “El único ganador de hoy es el enojo, la molestia y la rabia de nuestra gente por tantos años de malos gobiernos, tomar decisiones con esos sentimientos nos lleva  a cometer errores”, fueron las palabras después de la elección de Alberto Martínez y hoy, todos los sectores y organizaciones están en su contra porque no convoca, no les entrega los apoyos económicos y sigue “nadando de a muertito”, prendiéndole una veladora a sus santos para que en el próximo proceso electoral él se vuelva a registrar como candidato a diputado local por la vía plurinominal. Y mientras todo esto sucede, los sectores: Popular, Campesino y Obrero, así como los movimientos de los jóvenes y las mujeres están pidiendo al cielo que se cumpla el periodo que le queda a Alberto Martínez para que llegue una persona con tamaños, con valor y decisión, honesto y con principios para tratar de sanar a un PRI cancerígeno que está a punto de perder su registro si no se hace algo y aprovechan de los errores que se han cometido. Por lo pronto, la CNOP, CNC, CTM, OMPRI, entre otros están atentos para que se realice el Consejo Político Estatal donde exigirán se realice una auditoría y saber en qué y cómo se está gastando los dineros que recibe de prerrogativas del órgano electoral el líder del PRI.

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