Desde la tarde del miércoles, le dimos a conocer en nuestro sitio web que Emilio Lozoya Austin, exdirector de Pemex, era uno de los nombres de dos exservidores públicos del sexenio de Peña Nieto inhabilitados por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Con la noticia, nos comentan, comenzaron a moverse dos hipótesis en la arena política —donde por cierto no existen las coincidencias. De inicio, nos dicen, es que se trata de una primera llamada a don Emilio por el caso de la empresa Odebrecht, expediente de corrupción que investiga la Fiscalía General de la República, que hasta el momento ha quedado en las aguas de la impunidad en México. Y, como en política no hay coincidencias, le recordamos que el exprocurador general de la República, Raúl Cervantes, quien encabezó una buena parte de las indagatorias del caso Odebrecht, visitó esta misma semana Palacio Nacional. La segunda, nos hacen notar, puede ser el borrón y cuenta nueva que pregona la actual administración federal, con un castigo de 10 años sin poder trabajar en el servicio público por haber proporcionado información falsa en su declaración patrimonial. ¿Usted cree que Lozoya Austin tiene necesidad de trabajar en el gobierno? De ahí la pregunta: ¿La sanción de la 4T a don Emilio es la primera llamada, o el perdón de los pecados? Ya se verá.

El control de daños tras el “Germanazo”

Nos dicen que el presidente Andrés Manuel López Obrador convocó ayer una reunión de emergencia con el gabinete de Salud. En parte, para presentar a Zoé Robledo como el nuevo director del IMSS, pero también para apretar las tuercas a las dependencias de este sector para que apresuren la compra de medicamentos y el abasto gratuito de los mismos en todo el país. Nos comentan que con esa estrategia el presidente busca apaciguar las aguas que dejó la renuncia de Germán Martínez al Seguro Social y evitar que en los próximos días alguien más en su gabinete le vaya a salir con alguna dimisión ¿Habrá algún otro que quiera bajarse del arca de AMLO?

Los apapachos de Morena a Germán Martínez

Si fue sorpresa la renuncia de Germán Martínez al IMSS, su regreso sin mayor problema a la bancada de Morena no lo fue tanto. Aunque algunos morenistas se pusieron bravos en principio, bastó hacerles ver la realidad para que dejaran de malmirar a don Germán. La situación es que la 4T no puede perder un voto en el difícil escenario legislativo que ocurre en el Senado. Así que al exdirector del IMSS le dieron la bienvenida las cabezas de Morena en la Cámara Alta, el coordinador del grupo, Ricardo Monreal, y el presidente del Senado, Martí Batres. Y, por su parte, la presidenta de Morena, Yeidckol Polevnsky, se encargó de enviar el mensaje claro de que el senador Martínez no es un opositor, sino uno de los suyos. Ahora, habrá que ver si los besos y abrazos de bienvenida no harán cambiar las opiniones de quien dijo que el secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, decide como neoliberal, y si aprovechará su escaño para defender al IMSS y exigir un trato humano para sus derechohabientes.

Una sesión de mero trámite

El pleno de la Cámara de Diputados tendrá su segundo periodo extraordinario para aprobar la reforma constitucional de paridad de género y las cuatro leyes secundarias de la Guardia Nacional. Nos aseguran que será una larga sesión en el recinto que preside el morenista Porfirio Muñoz Ledo, pero prevén que este mismo día se acabe con ambos pendientes. Nos adelantan que ninguna de las dos minutas sufrirá modificaciones para que puedan seguir su curso normal: la de paridad de género a los Congresos estatales y las leyes secundarias de la Guardia Nacional al Ejecutivo para su publicación. Sesión de mero trámite, dicen.