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JAQUE MATE

Los 0 y 00
Durante años los funcionarios a cargo de las políticas ambientales de la Ciudad de México se negaron a aplicar el Hoy no Circula a los autos con calcomanía 0 y 00.

Las razones eran pragmáticas. En sus inicios, en 1989, el programa se aplicó de manera generalizada y lo único que consiguió, después de una declinación temporal de la contaminación, fue multiplicar el número de vehículos en circulación.

La tecnología y la inteligencia vinieron al rescate años después. En 1997 las autoridades ambientales determinaron que los vehículos más nuevos, con convertidor catalítico y menores emisiones, podrían circular todos los días. El resultado fue crear un incentivo enorme para adoptar vehículos nuevos menos contaminantes.

Se registró entonces una marcada disminución de la contaminación ambiental. Los autos con nuevas tecnologías contaminaban 80% menos que los más viejos. La rápida adopción de la nueva tecnología por el incentivo de circular todos los días fue crucial para reducir la contaminación.

Muchos políticos tuvieron la tentación de aplicar el Hoy no Circula también a estos autos 0 y 00 debido a que son más nuevos y propiedad de gente más próspera. Para ellos atacar a los ricos es una buena política que consigue votos de los más pobres, que siempre son más numerosos.

Los especialistas, sin embargo, señalaban que restringir la circulación de los vehículos más avanzados aumentaría la contaminación.

Al final, sin embargo, han triunfado los políticos. Después de varios días de contingencia por contaminación de partículas, que los autos no producen, la Comisión Ambiental de la Megalópolis (Came), bajo su nuevo titular, Víctor Hugo Páramo, decidió aplicar nuevas restricciones que incluyen la aplicación del Hoy no Circula a los vehículos con calcomanía 0 y 00 en casos de contingencia ambiental.

Esta decisión tendrá efectos negativos para muchos. Estela González, una mujer de 62 años de Tula, Hidalgo, llamó este 22 de mayo a mi programa de radio para quejarse: “No estoy de acuerdo con el Hoy no Circula porque tengo un enfermo que llevamos al hospital de Nutrición y si nos toca no circular perdemos la cita”.

Muchos se preguntan si podrán salir de la Ciudad de México en fin de semana porque si se decreta una contingencia ya no podrán regresar el domingo o el lunes.

Si la medida por lo menos asegurara una disminución en los índices de contaminación habría quizá que resignarse, pero la experiencia nos dice otra cosa. Las prohibiciones generan conductas de autodefensa.

En algunos casos la gente compra vehículos nuevos o utiliza autos más viejos y contaminantes. Los automovilistas se sienten agraviados además cuando se percatan de que se les piden sacrificios a ellos, pero no se impiden la quema de pastizales, los bloqueos de calles, la quema de carbón en anafres en puestos de comida, la pirotecnia y muchas otras actividades más contaminantes.

Para los políticos el uso de vehículos particulares es un lujo que se puede prohibir, aunque ellos mismos no se bajen de los autos más que cuando hay cámaras enfrente. Para mucha gente, sin embargo, el vehículo no es un lujo, sino una necesidad de trabajo, salud o educación.

Las prohibiciones no han logrado reducir la contaminación más que por períodos breves. Las bajas más importantes, y las que se han mantenido de manera permanente, se han logrado con tecnología y con inteligencia. Pero esto no lo entienden los políticos.

Mucho más
Zoé Robledo es un funcionario con fama de pragmatismo y eficacia, pero se requerirá mucho más que eso para revertir el deterioro en los servicios del IMSS que Germán Martínez Cázares atribuyó a los recortes en el gasto.

Ámbito: 
Nacional