El alcalde está enojado porque se burlan de él. La gente está enojada porque Cuernavaca está mal.
Los #TangaMensajes
Una vez más el presidente municipal de Cuernavaca perdió la compostura y arremetió contra quienes lo critican en las redes sociales y le dejan tangas en las calles, contra todos los que no aceptan su estilo de gobernar y su personalidad, quienes no sonríen con sus ocurrencias, ni comparten su visión de gobierno. La gente está enojada con Antonio Villalobos porque no hace bien su trabajo.
El novel edil capitalino luce enfadado porque supuso que referirse a las “tangas” de las mujeres para hablar de lo que significaba el Cuernavaca de antes sería una ocurrencia genial, pero todo terminó en un comentario de mal gusto que lo ha marcado de por vida.
A nadie le debe extrañar que Antonio Villalobos ande dando tumbos en el municipio, que carezca de proyecto, que no tenga la más remota idea de lo que implica gobernar, ni entienda el significado de respeto institucional. A nadie, insisto, porque la llegada de Villalobos Adán a la presidencia municipal de Cuernavaca fue una casualidad producto del conflicto entre dos grupos políticos. Nadie en la capital de Morelos votó por Antonio Villalobos.
Al “lobito” (como le gusta que le llamen) ninguno lo tomaba en serio en la campaña, era el acompañante incómodo al que todos mandaban a los mandados porque sabían que su capacidad neuronal era limitada y sus ocurrencias desastrosas. Nunca nadie pensó que la suerte fuera a jugarle una mala pasada a los cuernavaquenses con la llegada al ayuntamiento de un personaje sin talento, egocéntrico, vulgar y con el antecedente de haber sido inhabilitado como funcionario de Cuernavaca por acoso, abuso de poder y corrupción.
Pero el problema más grave no es ese, tristemente la capital de Morelos lleva muchos años gobernada por sujetos sin talento, alcohólicos, incapaces, corruptos y ocurrentes; Antonio Villalobos no es mejor o peor que sus antecesores, tuvo (¿tiene?) la oportunidad de hacer un buen papel porque con un poco que haga marcaría una enorme diferencia con el pasado, pero su personalidad y las bufonadas lo han convertido en un hazmerreir político.
El presidente municipal de Cuernavaca debe serenarse antes de que sea tarde y entender que el poder no se comparte, se ejerce solo y se hace de manera responsable. El primer gran error de la actual administración es que hay tres presidentes municipales que toman decisiones, que mandan, que contratan, que hacen negocios y se mueven cada uno por su lado. Imposible que las cosas salgan bien así.
Al gobierno capitalino le falta rumbo, pero también le falta un buen equipo de trabajo; el ayuntamiento está en manos de sujetos que no saben lo que están haciendo, que no conocen a fondo la problemática de la ciudad y solo se mueven en lo superficial, pero aplaudiendo todas las ocurrencias de su jefe. Obras Públicas, Turismo y la secretaría del ayuntamiento son ejemplo de ello.
Al edil le enoja que las redes sociales lo hayan convertido en un payaso, que lo ridiculicen y caricaturicen sus bufonadas; es notorio su enfado por los mensajes en las calles con ropa íntima de mujer, pero debe entender que esto es una forma llamar su atención y reclamarle la carencia de servicios.
Por mucho que eso le enoje y pida regular las redes sociales, el futuro de Antonio Villalobos será el ostracismo si no entiende que detrás de los mensajes no sólo están sus adversarios políticos; lo que tiene que asimilar como presidente municipal es el origen de los reclamos, la desesperación ciudadana ante la multiplicación de problemas y la carencia de satisfactores básicos, como el agua.
En lenguaje bobito: el pedo no es que lo critiquen y le hagan memes, lo cabrón es que la ciudad está de cabeza y la gente está hasta la madre.
Alguno de los tres presidentes municipales que tiene Cuernavaca debe entender el problema antes de que sea tarde; los ataques al munícipe no cobran relevancia por el dinero que invierten algunos en promocionar las burlas, el verdadero motor de esas campañas es la realidad que priva en la ciudad: la falta de agua, la ausencia de obra, la enorme corrupción en la expedición de servicios y por supuesto la imparable inseguridad.
Para que una estrategia funcione (sea política o comercial), debe haber fundamento: los #TangaMensajes pegan porque la gente esta enojada, porque los servicios que proporciona el ayuntamiento son de mala calidad y porque el propio edil se la pasa haciendo política al estilo Juan Salgado Brito. Si el gobierno de Antonio Villalobos fuera como él supone que va, ningún ataque funcionaría.
La tolerancia a la crítica de Villalobos es muy baja y precisamente por eso las burlas se multiplican. El joven político debe salirse de su espacio de confort, dejar de actuar como galán de novela y comenzar a enfrentar con seriedad los problemas que tiene la ciudad.
Para ello debe tomar el control de su ayuntamiento, ser él quien defina la línea de acción y quien marque el rumbo del municipio, no sólo el que da la cara para que se burlen de él. El alcalde tiene de su lado al cabildo y eso es logro propio, porque hizo política y supo convencerlos; en contraparte tiene un gabinete con muchas limitaciones, con gente improvisada y desconocedora de los temas.
El enojo que ha mostrado recientemente Antonio Villalobos tendría que ser el motor que lo impulse a sacar adelante la ciudad, a resolver problemas añejos y cambiar el estatus de las cosas. A pesar de lo complejo que parece no es un reto tan difícil, porque los últimos gobiernos municipales no han hecho nada y cualquier cosa que haga sería más que lo hecho antes.
Prudencia es lo que debe tener el edil Villalobos; en política se valen muchas cosas, menos compartir el poder ni enojarse con la sociedad.
- posdata
Lo que ocurre en Jiutepec en materia de combate a la corrupción es muy parecido a lo que pasa a nivel estatal, con la marcada diferencia que en el municipio el ex alcalde se pavonea, reta a la autoridad y se burla abiertamente de las acciones que emprendieron en su contra.
Manuel Agüero no sólo se siente intocable, presume impunidad y hasta abre negocios sin contar con las licencias correspondientes.
El ex edil perredista ha resultado más bravo que su sucesor a pesar de lo malencarado que siempre luce Rafa Reyes. El regordete ex alcalde presume que anda libre y sin preocupaciones, se pasea en autos lujosos, postea en redes sociales sus viajes al extranjero y se da el lujo de presumir a sus aliados en puestos claves del ayuntamiento. “No tienen nada, no saben nada y no me van a hacer nada” dicen que cuenta a sus allegados.
El tiempo ha dejado de ser un aliado de los nuevos gobiernos; en el caso de Jiutepec la gente comienza a ver con desencanto que el cambio prometido no llega y las promesas de justicia se volvieron aire.
Cada día va en contra de Rafael Reyes, quien además es cotidianamente expuesto en redes sociales por sus altercados en restaurantes. El gobierno municipal quedó en ruinas tras el paso del huracán Manolo: dicen que el perredista se robó todo, que saqueó las arcas municipales y se dio el lujo hasta de crear un nuevo sindicato con sus aliados. Y aún así no le hacen nada.
Rafael Reyes no ha podido responder a sus promesas de campaña, apenas sobrevive al día a día y pierde poco a poco la simpatía que le dejó la elección.
Una y mil veces sea dicho: si los pillos evaden el brazo de la ley, quienes prometieron justicia quedarán como cómplices o como incompetentes.
- nota
El problema delictivo no da tregua en el estado a pesar del esfuerzo institucional; cada día hay embates de la violencia en todos los sectores y los daños se contabilizan con sangre, calidad de vida y empleos.
Recientemente fue la Asociación de Hospitales Privados la que contó públicamente su triste historia. Así lo detalla LaSillaRota:
“Debido a los graves índices de delincuencia que vive Morelos desde hace algunos años, al menos 35 de 110 hospitales privados que existen en la entidad debieron cerrar sus puertas. De acuerdo con los afectados, dichos hospitales cerraron ante las extorsiones y el cobro de derecho de piso.
Romel Flores Virgilio, presidente de la Asociación de Hospitales Privados del Estado de Morelos, reveló que estos cierres de hospitales han ocurrido particularmente en los municipios de Cuernavaca, Cuautla, Puente de Ixtla, Jojutla y Zacatepec.
"Las extorsiones son todos los días y aparte tenemos que pagar derecho de piso, a pesar de que ya no atendemos en las noches, las consultas son sólo en el día, seguimos siendo blando de la delincuencia", dijo.
Flores Virgilio informó que los hospitales que decidieron mantener sus servicios ha modificado su forma de operar, por ejemplo, atienden solo de día, instalaron cámaras de video y contrataron seguridad privada.
Sin embargo dichas medidas han resultado insuficientes para lograr escapar al embate de los grupos delincuenciales.
"Ya no podemos, estamos entre la espada y la pared, es el último grito de auxilio que damos, no se ve el horizonte claro", sostuvo el médico y dueño de una clínica privada en la entidad.
- post it
Morelos enfrenta un momento complejo; quizá el más complejo de su historia moderna. Varios conflictos se conjugan en la actualidad y se combinan con un ambiente de hostilidad social y política que agudiza la crisis y dificulta las soluciones. La violencia, la corrupción, la impunidad y la falta de confianza han derivado en un ambiente de zozobra que no sólo pega en el estado de ánimo de las personas, también se refleja en el desarrollo.
El problema es de fondo: la clase política de Morelos no tiene capacidad, es ignorante, corrupta e indolente a los problemas de la gente; sin distingo de partidos, unos y otros utilizan los cargos públicos y el poder para sacar ventaja propia, beneficios individuales.
Para que el sentido de las cosas cambie, es indispensable que también cambien quienes están a cargo de la toma de decisiones; desde la trinchera ciudadana, desde las calles, desde las redes sociales y desde cualquier sitio es necesario que la gente haga oír su voz, pero sobre todo que participe en el cambio.
Antes de que se regule la libertad de expresión en las redes sociales o comiencen a cobrar impuestos a quienes tienen una página de Facebook, como lo pide el edil de Cuernavaca, hay que alzar la voz.
Aunque se encabronen.
- redes sociales
Así justifica el alcalde Antonio Villalobos su propuesta de regular la libertad de expresión en las redes sociales:
“Vemos como inyectan (recursos) por lo menos en el estado de Morelos, no sabemos de dónde salen, inyectan una gran cantidad de dinero, aproximadamente hemos calculado entre 30 y hasta 75 mil pesos diarios para que ciertas publicidades logren alcances, por mucho, fuera de lo normal.
Le inyectan, le meten dinero, ¿Quiénes son los que lo están haciendo? Los que están denostando a personas, denostando autoridades, ya sea gabinetes, ya sea cabildos, ya sean cámaras, congresos de diputados, de senadores… se van con todo.
Debemos saber quiénes son, ustedes también lo han visto ¿Quienes son los que pagan ciertas publicidades, letreros en anuncios (sic). Ese tipo de libertad de expresión, seudo libertad de expresión, que lo único que hace es mal informar.
Lo que pedimos es que se regularicen ¿Y cómo? a través del Registro Federal de Contribuyentes; ¡Que tributen esas páginas, para tener el nombre y apellido de quienes son los que están pagando!
Se mal informa, se han inmiscuido en temas de mi familia, y me han inmiscuido en temas no gratos.
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