Del malestar que han expresado efectivos de la Policía Federal por lo que consideran tratos indignos, Francisco Garduño Yáñez afirmó que los que se quejan es porque “eran fifís y quieren seguir como fifís…”.
Según él, “es que este tipo de policías estaban (sic) acostumbrados a estar en el Holiday Inn y comer en bufet. Aquí es otra condición: la cuarta transformación”.
Dijo más pero aquí una incontenible reflexión: de ser cierto lo habituados que estaban al hospedaje y alimentación que describe, ¿la 4T se propone tratarlos como animales cada que los necesite?
Y aquí una hiriente calumnia del comisionado, porque degrada a las dos instituciones mejor evaluadas por la sociedad (Ejército y Marina), cuando se pitorreaba de los inconformes: “Tienen las mismas condiciones que las fuerzas armadas. Entonces, si hubiese habido una respuesta positiva de la Policía Federal cuando estaba integrada, no tuviéramos estos problemas. Eran fifís y quieren seguir como fifís”.
¡Chíngale!
¿El divisionario Luis Cresencio Sandoval González y el almirante José Rafael Ojeda Durán admitirán que su personal vive en chiqueros y malcome? ¿Que también son obligados a patrullar en vehículos descubiertos, desarmados y sin impermeables o gabanes?
Trató el comisionado de justificar su desprecio a una institución que desconoce (cepillándose de paso a las fuerzas armadas), haciendo notar que los federales pernoctan en bases militares. Ajá.
Independientemente de que el Ejército y la Marina procuran siempre un trato austero pero digno a sus tropas, los policías… ¡no son militares!
Peor: soldados de tierra, mar y aire, junto con la Policía Federal, están integrando una nueva corporación, la Guardia Nacional, y para efectos de combate al crimen y pacificación del país, aunque por lo pronto haciéndola de bomberos para contener el flujo migratorio, en tanto se acoplan entre sí y los civiles que se están alistando, el único cuerpo sólido con que cuenta el gobierno es la Policía Federal.
Mucho peor: como consta en las declaraciones de quejosos, buena parte de los policías destacamentados en Chiapas no eran “operativos” de la PF, sino que desempeñaban tareas administrativas y de otra índole en la Policía Federal.
Pésimo, muy mal que el comisionado nacional de Migración haga suyo el injustificado menosprecio por una policía eficiente condenada a desaparecer y que ha entregado a México, en el cumplimiento del deber, poco menos de 600 vidas “de fifís” para que, entre millones, Francisco Garduño viva con algo menos de agobio.