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EN PRIVADO

Millones de mexicanos indocumentados en México

 
 

 

 

Los que no dan la cara,
dan la antípoda corporal.

Florestán

Cuando se habla de indocumentados, la gente se refiere automáticamente a nuestros paisanos en Estados Unidos que carecen de documentos para acreditar su estancia legal en ese país.

Siempre he sostenido que a quienes llaman ilegales, son indocumentados, porque las personas no pueden ser ilegales, solo son las conductas, pero esa descalificación se ha importado por ese sentimiento xenófobo creciente en México.

Pero a lo que voy es a los mexicanos indocumentados en su propio país. Me refiero a los millones de menores que carecen de un documento de identidad porque la credencial del INE, antes IFE, se ha convertido en la única acreditación legal, solo accesible a los mayores de edad.

El otro documento es el pasaporte con el que cuenta menos de 15 por ciento de los menores de 18 años. Hay que ver cuántos menores de los pueblos originarios, o de las zonas marginadas, cuentan con ese pasaporte, lo que los deja en la indefensión de la identidad.

Recuerdo que en el siglo pasado se planteó la creación de una tarjeta de identidad, lo que la izquierda rechazó por ser un documento fascista, lo que asustó a los gobiernos priistas.

En tiempos del presidente Felipe Calderón se avanzó en ese carnet de identidad para todos los mexicanos, sobre todo para los menores, lo que se quedó archivado en la Secretaría de Gobernación.

Hoy, en el tercer milenio, en el siglo 21, en la cuarta transformación, el fantasma de los menores sigue igual, lo que permite, tolera y fomenta, que esas niñas y niños, sean presa de los traficantes de personas, entre otros muchos riesgos peores.

Y lo apunto, porque ahora las empresas transportistas, por órdenes del gobierno, piden identificación a todos los que suben a sus autobuses sin considerar que los menores carecen de ese documento y que son las víctimas más vulnerables de la trata de personas y del comercio de niñas y niños, un grave, inhumano pendiente del Estado mexicano.

RETALES

1. BRONX. De no ser por tres senadoras de Morena que llegaron a su escaño vía tómbola, el T-MEC se hubiera aprobado por unanimidad; se trata de esas adalides de Nestora Salgado, Ana Lilia Rivera y la comediante Jesusa Rodríguez;

2. RECESO. Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado, anunció un receso en este período extraordinario hasta el 1 de julio, para sacar los temas pendientes como la reforma a la consulta popular y la revocación de mandato, para los que no tiene la mayoría calificada de 88 senadores. Pero su éxito fue la aprobación del T-MEC con todos los partidos, menos las tres de su bancada; y

3. PISTAS. En la investigación del secuestro y asesinato del joven universitario Norberto Ronquillo, la pista más sólida es su entorno, como en el caso del seminarista Leonardo Avendaño.

Nos vemos el martes, pero en privado

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Ámbito: 
Nacional