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REPORTE ÍNDIGO: Apagones en el sureste, riesgo energético

La falta de infraestructura capaz de llevar gas natural a las termoeléctricas que surten de electricidad a la península de Yucatán ha desatado una crisis, la cual se podría agravar por el intento del Centro Nacional de Control de Gas Natural de llevar a cabo estas obras con un presupuesto mucho menor al original

 

El abasto energético en la península de Yucatán pende de alfileres. Aunque la autoridad ha intentado minimizar la contingencia tras los recientes apagones y fallas en el suministro eléctrico y la declaratoria de una posible emergencia por parte del Centro Nacional de Control de Energía, lo cierto es que estos hechos no son aislados.

El origen de la crisis que se está gestando en la región, advierten fuentes del sector energético, se encuentra en la falta de presión necesaria para bombear y hacer llegar el gas natural que requieren las plantas generadoras de la Comisión Federal de Electricidad, debido a que la actual infraestructura de interconexión está resultando insuficiente para surtir de este insumo a las termoeléctricas.

Como agravante, una pugna entre el Centro Nacional de Control de Gas Natural (Cenagas) y particulares, mantiene detenida una ambiciosa obra que mitigaría en gran parte la insuficiencia de gas natural en la región peninsular debido, aparentemente, a motivaciones políticas y a un supuesto desconocimiento de los procesos de contrataciones y licitaciones públicas por parte de los principales directivos.

Actualmente son tres centrales de CFE en la Península de Yucatán las encargadas de generar energía eléctrica mediante el uso de gas natural

La obra, de acuerdo con el contrato CENAGAS/OBRA/025/2019-P, tiene como objetivo el Suministro, Instalación, Pruebas y Puesta en Operación de Dos Turbocompresores y un Sistema de Regulación, así como la Modernización de los Sistemas de Medición, Sistemas Antisurge, Compresores Centrífugos y Sistemas de Control de la Estación de Compresión Cempoala, la cual en teoría debió empezar a ejecutarse en septiembre de 2018.

Con este proyecto se optimizaría y modernizaría la estación de compresión en Cempoala, Veracruz, para incrementar el flujo y presión de gas natural proveniente de Texas, EU, del gasoducto procedente de Tuxpan y Reynosa hacia la región centro y sureste del país.

Tras un largo proceso de licitación iniciado con la convocatoria emitida el 1 de junio de 2018, la nueva dirección de Cenagas, a cargo de Elvira Daniel Kabbaz  Zaga, decidió terminar anticipadamente el contrato que ya se había firmado con el consorcio integrado por Operaciones Internacionales de Servicios, S.A. de C.V., Oil International Services Inc y Construcciones Rodriguez de Aguascalientes, S.A. de C.V por un monto de 691 millones de pesos para la ejecución de la obra.

La terminación anticipada del contrato con fecha del 17 de abril de 2019 fue notificada el 8 de mayo a las empresas que integran el consorcio.

El argumento de Cenagas fue que las compañías, por intermediación en la compra de los turbocompresores para la obra, estaban cobrando entre un 29 y 34 por ciento más de lo previsto, lo que le representaba al Estado un sobrecosto de 140 millones de pesos.

Sin embargo, según los contratistas, el supuesto sobreprecio fue calculado erróneamente por el órgano, debido a que no se estaban contemplando diversos requerimientos económicos como trabajos y servicios adicionales para el transporte, impuestos de importación, pagos aduanales y ensamblaje de los turbocompresores, los cuáles fueron incluidos en la propuesta inicial bajo los rubros de costos indirectos y que convierte a los contratistas en integradores tecnológicos, capacidad con la que Cenagas no cuenta.

Al momento de esta publicación, el consorcio que ganó el contrato cuenta con una suspensión provisional por parte de un Juzgado de Distrito, y está en espera de la resolución definitiva para saber si continuará o no con la obra en Cempoala, Veracruz.

Ámbito: 
Nacional
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