Un año
El 01 de julio del 2018 la ciudadanía votó por un cambio en México, en conjunto decidimos que era momento de darle un viraje a las cosas, de optar por un camino distinto y buscar un mejor futuro bajo una conducción diferente. Hace un año 30 millones de mexicanos votaron para que Andrés Manuel López Obrador fuera el presidente de México y poco más de 370 mil morelenses eligieron a Cuauhtémoc Blanco Bravo como gobernador de Morelos. Un año después el sentimiento social puede no ser el mismo.
Suponer que el país se puede cambiar de un día a otro o que en un año (siete meses de gobierno federal y nueve en el caso estatal) se revertirían los problemas acumulados a lo largo de mucho tiempo no sólo es incorrecto, en algunos casos puede ser hasta perverso. Los cambios llevan tiempo, sobre todo cuando se trata de cambiar modelos, estrategias y maneras colectivas de actuar y pensar. Si el cambio individual es difícil, imaginemos lo que implica cambiar un país o un estado.
Pero los cambios tienen un principio, un proceso y pueden ser evaluados permanentemente para saber si se va por el camino correcto; a un año de haber decidido dar un giro electoral y con ello transformar la política nacional y estatal, tenemos elementos para valorar si tomamos o no una buena decisión y si los nuevos gobernantes están tomando decisiones inteligentes y con ellas llevándonos por el camino correcto.
No perdamos de vista que el cambio que decidió la gente no fue producto de la casualidad, ni tampoco el resultado únicamente de una propuesta de campaña; lo que sucedió hace un año en las urnas fue la consecuencia de muchos factores, de años de abusos, de equivocaciones y una terrible estrategia de comunicación social. El voto colectivo fue un voto de esperanza y la esperanza se nutrió de un sinfín de errores de quienes hasta hace unos meses conducían el destino del país y del estado.
En el contexto nacional el cambio prometido parte de una base: combate a la corrupción; para el presidente Andrés Manuel López Obrador todo gira en torno a ese problema y todo puede mejorar si se acaba con la corrupción. Localmente la promesa fue similar, pero con un ingrediente extra: cárcel a Graco; para el ex seleccionado nacional lo fundamental, lo que más le pedía la gente, lo que se necesitaba, era hacer justicia y castigar los abusos del gobernador saliente.
Allá y acá el eje de gobierno es la honestidad, pero en ambos casos hay un elemento que ha trastocado todo: la inseguridad. Andrés Manuel López Obrador y Cuauhtémoc Blanco Bravo han tenido que modificar su propuesta inicial para atender un asunto urgente, un tema que se les ha ido de las manos y que ha provocado una convulsión en muchos lados: la violencia.
A nivel nacional el problema delictivo se ha convertido en un problema mayor, los índices de inseguridad se han disparado y la violencia ha marcado récords históricos; prácticamente todo México está en llamas, por todos lados los niveles de inseguridad son altos y desde todos los rincones de México se exigen a los gobiernos que se haga algo contra una oleada violenta que deja ríos de sangre y a miles de familias en el desamparo.
En Morelos el problema también es mayor: aquí vamos más de 760 ejecutados y la forma de actuar de los grupos delictivos es cada vez más impune. La tierra de Zapata enfrenta un problema muy grave en materia delictiva porque el gobierno anterior se coludió con los grupos delictivos, porque la estrategia de seguridad fue una farsa y la estructura policiaca local fue desmantelada al término del sexenio pasado. A eso hay que añadir la influencia delictiva de otras entidades y la ausencia total de los alcaldes en esta batalla.
La violencia y la inseguridad son factores que están pegando muy duro a ambos gobiernos, provocan crisis, restan simpatía a la autoridad y generan molestia en muchas personas. El aumento en los niveles delictivos es sin duda uno de los aspectos que más afecta la imagen de los nuevos gobiernos.
Aunado a estos temas hay otros que también hacen mella en muchas personas y provocan enojo colectivo; la decisión de desaparecer programas de apoyo a estudiantes, investigadores, madres de familia, productores, emprendedores, deportistas, artistas… es otro aspecto que causa mal humor social.
El cambio es para mejorar, dice el gobierno obradorista; la suspensión de grandes proyectos como el Aeropuerto de Texcoco y el impulso de obras como el Tren Maya se combinan con la idea de entregar grandes cantidades de dinero a la gente a través de tarjetas de apoyo. “Ahora el dinero le llega directo a las personas” explican, pero estos apoyos se canalizan sin estrategia, sin determinar a quienes verdaderamente los necesitan, ni tener reglas de operación que vigilen que el dinero no sólo se está regalando.
Este punto también genera un gran desgaste a la administración de Morena; las miles de personas que reciben mensualmente el dinero sin tener que comprobar su uso, ni justificar que lo necesitan están contentas, pero frente a ellos hay millones de ciudadanos que no están de acuerdo con el cambio, porque implicó eliminar programas que sí funcionaban, que daban resultados y que realmente ayudaban a personas que lo requerían.
A un año de gestión hay cosas buenas y malas que observar de los nuevos gobiernos, existen decisiones controversiales, actitudes mesiánicas y la repetición de viejos vicios; pero también hay una nueva forma de ver el futuro del país, un modelo que pretende erradicar la corrupción y apuesta por la ayuda a quienes menos tienen. No todo es bueno, pero tampoco todo es malo.
No se puede cambiar la historia ni la manera de actuar de un país en tan poco tiempo, pero es un año es un lapso razonable para hacer un corte de caja y contabilizar las cosas buenas y las cosas malas.
A doce meses de aquel histórico triunfo electoral cada quien puede hacer su valoración de las cosas, cada uno de nosotros es libre de opinar y sobre todo es responsable de sus actos presentes y pasados.
Personalmente hago una reflexión: sin importar el candidato o el partido que gane la presidencia o la gubernatura, no es bueno que un gobernante tenga todo el poder y su partido controle al ejecutivo y al legislativo; lo mejor es un equilibrio que limite las tentaciones y genere contrapesos.
Los resultados de entregar todo a una sola fuerza política están a la vista.
- posdata
Ayer se puso en marcha la Guardia Nacional; el gobernador Cuauhtémoc Blanco acudió al despliegue de los 70 mil elementos que cubrirán los puntos más sensibles de la república en materia de inseguridad.
A Morelos, según lo dio a conocer hace unos días el jefe de la gubernatura José Manuel Sanz, llegarán 1 mil 200 elementos, mismos que abrían arribado desde anoche.
Los miembros de la Guardia Nacional que apoyarán las labores de seguridad en Morelos estarán en Cuernavaca (300), Cuautla (200), Jojutla (200) y Puente de Ixtla (150); el resto será distribuido en los municipios de la zona metropolitana que registran la mayor incidencia delictiva (Jiutepec, Temixco, Emiliano Zapata y Xochitepec)
Ojalá las cosas mejoren en el país con la puesta en marcha de la GN.
- nota
Hace unos días televisa transmitió un reportaje en donde relata el interés de la delincuencia organizada en el manejo del sistema de agua potable de Cuernavaca; algo similar publicó la semana anterior en su portada el periódico Reforma, haciendo referencia a la intervención de grupos delictivos en el Sapac.
Desde hace tiempo se habla sobre la participación de grupos criminales en diversas áreas de varios ayuntamientos de Morelos; en el caso de Cuernavaca el tema se comenta desde la época de Jorge Morales Barud, a quien algunos atribuyen haberle abierto las puertas del municipio a las organizaciones criminales.
En los últimos meses han ocurrido cosas que advierten que algo malo ocurre en el municipio; en los meses que lleva esta administración la dependencia ha estado en el ojo del huracán: aparecieron narcomantas con cuerpos humanos sin vida o mutilados, han disparado en contra de las instalaciones y reiteradamente dejan mensajes contra el presidente municipal.
La nota difundida por Denise Maerker en su programa Punto de Partida cobra relevancia porque desde el martes pasado el alcalde capitalino Antonio Villalobos ha desaparecido de la actividad pública y encomendó la responsabilidad del ayuntamiento a la síndico Marisol Becerra.
Fue en un cabildo abierto cuando el presidente municipal abandonó intempestivamente una sesión de cabildo por “un problema urgente de seguridad personal de su familia” y hasta ayer el edil capitalino seguía sin aparecer en actos oficiales; nadie ha dicho dónde está y porqué se ausentó.
Esto es lo que difundió Televisa:
“Denis Maerker: Ya hemos visto a grupos criminales traficar con drogas, los hemos visto dedicarse al robo de combustible, al robo de mercancías, a la extorción… pero nunca habíamos visto lo que está ocurriendo en Morelos: que busquen apropiarse del agua. Si, del agua de Cuernavaca.
Es un trabajo de Marco Antonio Coronel y de Adrian Tinoco.
Voz distorsionada: Señor presidente Andrés Manuel López Obrador: investigue quienes son los Villalobos, esa familia que durante toda su vida, la forma de ganarse el dinero ha sido robando, extorsionando…
Reportero: Este grupo criminal se autodenomina Comando Tlahuica opera en Morelos y en los últimos meses se ha enfrentado con autoridades estatales y municipales; uno de sus objetivos es controlar el sistema de agua potable y alcantarillado de Cuernavaca; SAPAC por sus siglas.
Voz distorsionada: No permita que Morelos se convierta en Guerrero o Tamaulipas. Atentamente Comando Tlahuica ¡Presente!
Reportero: Según las autoridades, al tomar el control de SAPAC este comando se haría de más de 300 millones de pesos que al año recauda esta entidad municipal por la gestión del agua potable. También controlaría las tomas clandestinas, las pipas y la nómina, por eso el pasado 2 de octubre perpetraron su primer ataque.
Antonio Villalobos: Mi casa fue rafagueada, a escasos 7 metros de la cámara del C5 entonces las imágenes las tiene el gobierno del estado.
Reportero: Sicarios del Comando Tlahuica balearon la casa del entonces candidato electo de Cuernavaca, Francisco Antonio Villalobos a 3 meses de que asumiera la alcaldía.
Antonio Villalobos: No tengo enemigos, no le debo a nadie, no vendo plazas no soy un defraudador.
Reportero: En noviembre, en conferencia de prensa denunció que este grupo criminal lo amenazó de muerte.
Antonio Villalobos: Por mi cabeza, por la cabeza de una persona de mi familia, y tuvimos todos que retirarnos, precisamente para resguardarnos.
Reportero: A pesar de las amenazas Villalobos rindió protesta el pasado 30 de diciembre como Alcalde de Cuernavaca.
Antonio Villalobos: Enseguida han habido narcomantas con un mensaje fuerte, con una victima.
Reportero: El pasado 16 de enero el comando Tlahuica atacó una de las instalaciones del SAPAC, balaceo la fachada y dejó este mensaje al gobernador Cuauhtémoc Blanco. El grupo sostiene que José Manuel Sanz Jefe de la oficina del Gobernador prometió al comando la plaza de Morelos y le quitó SAPAC. El mensaje lo firma Homero Figueroa, líder del comando que ha acusado al alcalde Antonio Villalobos de haber entregado el Sistema de Agua Potable de Cuernavaca a “El Carrete” Santiago Mazari, cabeza del grupo criminal Los Rojos.
Antonio Villalobos: No lo conozco, no he tenido trato con nadie, no he acordado con nadie.
Reportero: Cuando el Gobernador de Morelos ha sido cuestionado sobre la violencia en el estado, solo se ha limitado a contestar así:
Cuauhtémoc Blanco: No es fácil, no es fácil, imagínate cuantos hay, cuantos delincuentes hay, hay un chingo, es una realidad.
Reportero: Y mientras los grupos criminales disputan el control del agua en Cuernavaca, la organización civil Morelos Rinde Cuentas, advierte que el Sistema de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca está al borde del colapso a pesar de la recaudación anual de 300 millones.
Juan Carlos Valencia: Uno pensaría que esa recaudación se invierte en mejorar las redes de agua potable, pero ya vimos que en los últimos años la inversión vino prácticamente a ser cero.
Denis Maerker: Pues ya vio, se están peleando por el agua y se están pelando de esta manera, con esta violencia.”
El tema es muy grave y no puede pasar desapercibido. Lo que ocurre en el Sistema de Agua Potable de Cuernavaca podría estar pasando en otros organismos de agua municipales. Manejar la administración y distribución del agua no solo es un negocio de cientos de millones de pesos, también implica tener el control de una de las áreas más sensibles para la población y determinante en cualquier administración.
- post it
Y que se cae el sistema informático en Cuernavaca.
Y que se enojan los ciudadanos.
Y que se ponen locochones en las redes sociales.
- redes sociales
La muerte de un vendedor de elotes quedó grabada en una cámara de seguridad y las imágenes circularon en las redes sociales. El conductor iba a exceso de velocidad y, dicen, en estado de ebriedad.
A pesar de todo el asesino enfrentará el proceso en libertad.
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