“Estamos procurando que no haya inflación” para proteger la capacidad de compra del salario; recomienda el Presidente buscar los lugares donde se venda más barato.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, durante la conferencia matutina. (Foto: Cuartoscuro)
Como vía para el crecimiento económico, el presidente Andrés Manuel López Obrador se comprometió a mejorar la distribución del ingreso entre las familias mexicanas.
“Tenemos asignaturas pendientes, como crecer más. Pero no sólo es crecer por crecer, sino también cómo se distribuye el ingreso, porque una cosa es crecimiento y otra cosa es desarrollo. Crecer es que se produzca más riqueza, no necesariamente que ésta se distribuya mejor”, dijo.
Negó un deterioro en la economía popular y presión inflacionaria durante los siete meses de su administración, pese al alza de algunos productos básicos de la dieta familiar.
El gobierno federal sí admitió incrementos, por ejemplo, en el precio de la pechuga de pollo, el aguacate, la naranja y el azúcar, aunque los ligó a factores como demanda doméstica, disminución de la producción nacional y repunte de exportaciones. Todos, están siendo monitoreados para evitar carestía excesiva.
En estados como San Luis Potosí, la pechuga se ha vendido hasta en 142 pesos el kilo, cuando hace un par de meses rondaba los 80 pesos, lo cual ha aumentado el precio promedio en el país en mayo y junio: de 86.65 a 89 pesos con 56 centavos.
La Secretaría de Economía autorizó ya importaciones para estabilizar el mercado del pollo entero.
En su discurso de festejo en el Zócalo, el mandatario presumió indicadores macroeconómicos como el fortalecimiento del peso en relación al dólar, la baja en la inflación con respecto al año pasado, el crecimiento de la inversión extranjera y la cifra histórica en remesas, la mejora en el índice de confianza del consumidor y en las ventas en tiendas departamentales. “Lo disfruté —dijo AMLO—. Fue para decir a los expertos, con todo respeto: ‘Tengan para que aprendan’, tenía ganas de responder, porque estaban dando información desarticulada”.
Este diario, sin embargo, lo cuestionó sobre el porqué estos logros macroeconómicos no se han reflejado en el rendimiento del gasto familiar.
“Son dos niveles, la política macroeconómica y el bienestar del pueblo. Creo que se están logrando las dos cosas, que la economía popular está mejor”.
—¿Está usted involucrado en la microeconomía?, porque antes los presidentes no sabían ni cuánto costaba el kilo de tortillas.
—Sé que lo que más ha aumentado es la pechuga, a 80 pesos el kilo, en promedio.
—¿Va al mercado con su esposa?
—Aparte de lo del mercado y de andar preguntando, soy mirón profesional. Es lo bueno de las giras. Esto del pollo me lo plantearon hace unos días en Neza. Fue una asociación de distribuidores de pollo de la Ciudad de México a pedirme que se hiciera algo, porque se estaba bajando el consumo, ellos tenían sus expendios y la gente no estaba comprando porque estaba muy caro el pollo y no se les atendía; ayer vinieron a las seis de la mañana y se les puso en comunicación con la Jefa de Gobierno.
El Presidente pidió a Ricardo Sheffield, titular de la Profeco, explicar la fluctuación en los precios.
“El pollo, en general, ha mostrado un precio estable este año. Sin embargo, la producción bajó en Guanajuato y Jalisco, lo cual ha hecho que la secretaria (de Economía) Graciela Márquez, autorice para el segundo semestre cupos de importación de pollo, para garantizar la estabilidad en el mercado”.
Pero el promedio de la pechuga de pollo, admitió, sí ha subido…
“La pechuga con hueso y sin hueso ha aumentado su demanda en el mercado doméstico y, como se vende el pollo completo, eso ha hecho que suba un poco el precio de la pechuga. Pero no hay ninguna presión inflacionaria”.
—En algunos lugares se está ofreciendo la pechuga en por lo menos cien pesos —se le comentó al procurador.
—La encontramos en San Luis Potosí en 149 pesos el kilo. Por eso hablamos de promedios, siempre habrá algún expendedor del producto que se pase de rosca.
—¿Tanto abuso?
—Pero es el abuso de algún expendedor. Ahí está el poder del consumidor, el empoderamiento que tenemos: no le compro a él, me cruzo la calle y compro en otro punto.
—El alza de precios no es de algunos días y tampoco es exclusiva del pollo, se está dando en otros productos.
—Estamos monitoreando de manera muy particular la naranja, el azúcar, el pollo y el aguacate. Ya se le informó al Presidente sobre estas circunstancias. En naranja y aguacate son aumentos estacionales. Y en el caso del aguacate también se toma en cuenta una disminución en la producción de 1.2 por ciento y un incremento en la exportación del 7 por ciento, lo cual ha presionado al mercado nacional. Hay muchos lugares y no lejanos, dentro de los principales mercados, donde se pueden conseguir a buen precio estos productos.
Según el presidente López Obrador, la inflación no se ha disparado por el control en el precio de los energéticos: “Estamos procurando que no haya inflación porque así, aunque mejore el salario, no hay capacidad de compra”.
Y en torno a la economía popular, apuntó: “No hay deterioro. Claro, es mucho el rezago: hace 25 o 30 años un salario mínimo alcanzaba para comprar 55 kilos de tortilla; gracias a la política neoliberal hoy, a pesar del aumento del 16 por ciento que no se daba en 36 años, alcanza para seis kilos. Eso en promedio, porque la tortilla va de 10 a 18 pesos el kilo. ¿Cómo recuperar el poder adquisitivo? Tiene que ser un proceso gradual, poco a poco”.