Por qué no es recesión
Pese a los dichos frecuentes respecto al tema, es poco probable que tengamos una recesión en México este año, por los menos si ésta se define en términos de un retroceso consecutivo del PIB por dos trimestres.
¿Por qué entonces el reporte de Bank of America señala que de acuerdo con sus modelos ya estamos en recesión?
Porque hay dos maneras diferentes de medir el ritmo de la actividad económica. La que emplean los Estados Unidos y la que se usa en casi todo el resto del mundo.
La medición “a la norteamericana” compara normalmente datos desestacionalizados de trimestres consecutivos y los anualiza.
Por ejemplo, el Departamento de Comercio reportó que el crecimiento del PIB en EU en el primer trimestre del año fue de 3.1 por ciento, usando la metodología norteamericana.
Si se calculara como en casi todo el resto del mundo, ese crecimiento habría sido de 2.1 por ciento.
En este segundo caso se comparan datos desestacionalizados del primer trimestre de este año contra los del primer trimestre de 2018.
Si en México hiciéramos los cálculos “a la norteamericana”, en el primer trimestre de este año habríamos tenido una caída del PIB de -0.8 por ciento.
Sin embargo, al compararse contra el mismo periodo del año anterior, que es la medición usual en México, tuvimos un crecimiento de 0.1 por ciento.
Es decir, en el primer trimestre no hubo un retroceso del PIB, bajo esta medición. Por lo que no es posible que la economía esté en recesión si se tienen que sumar dos retrocesos consecutivos.
En México, desde la década de los 90 hasta la fecha (periodo en el que se ha hecho la medición del PIB trimestral) hemos tenido tres recesiones.
La primera fue del primero hasta el último trimestre de 1995, durante el primer año del sexenio de Zedillo. La caída más profunda del PIB ocurrió en el segundo trimestre de aquel año, con un desplome de -8.6 por ciento.
La siguiente recesión llegó en tiempos de Fox. Duró cinco trimestres. Comenzó en el segundo trimestre de 2001 y terminó hasta el segundo de 2002. Fue más leve, pues la caída más profunda se presentó en el primer trimestre del 2002, con un retroceso de -1.7 por ciento del PIB.
La tercera también duró cinco trimestres y comenzó en el cuarto de 2008, y se prolongó hasta el cuarto trimestre de 2009. Su punto más profundo ocurrió en el segundo trimestre de 2009, con un retroceso de -7.8 por ciento.
La acumulación de dos caídas trimestrales del PIB no es una definición técnica (como señaló el reporte de Bank of America), sino una definición popular.
En realidad, la definición ‘técnica’ es la de “una declinación significativa y generalizada de la actividad económica, que se extienda por un periodo superior a unos pocos meses, y que se traduce en caídas del PIB, del ingreso real, del empleo, de la producción industrial y de las ventas”.
Así lo señala The National Bureau of Economic Research, institución que ha definido las etapas del ciclo en Estados Unidos.
En México, recientemente, el INEGI ha convocado a un grupo de expertos que definirá el fechado de los ciclos económicos en México donde están, entre otros, economistas como Juan Carlos Moreno Brid, Jonathan Heath, Luis Foncerrada, Ernesto Sepúlveda, entre otros. Ya definirá este cuerpo colegiado un conjunto de criterios.
Pero, por lo pronto, no hay elementos para hablar aún de recesión.