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ESCAPARATE

Sin modelo eficaz para la seguridad

Resulta inconcebible que cuatro años después, ni el gobierno de la República ni el de Morelos dispongan de una estrategia sólida, efectiva y de resultados comprobables para combatir la delincuencia. ¿Conclusión? O están a favor del crimen organizado, de ahí la indefinición e ineficacia, no saben cómo hacerlo o nunca les pasó por la cabeza enfrentar el problema. Lo que sí queda bien claro es que el Mando Único no funciona, y que darle el poder del garrote y de la Fiscalía a gobiernos autoritarios como sucede en la entidad resulta peligroso no sólo por su entreguismo al dictador, sino porque son utilizados para reprimir al pueblo.

Desde principios de año, a raíz del asesinato de la ex alcaldesa de Temixco, cuando por decreto, amenaza e imposición el gobierno de Graco se apoderó del control policíaco de la entidad, los muertos, desaparecidos, los colgados y los feminicidios siguen a la orden del día. ¿Y ahora a quién le echamos la culpa, si los ayuntamientos se han subordinado a lo que dice el dictador?

Las variantes “Único” o “Mixto” para el mando policial en las entidades federativas no resuelve el problema de fondo:

1.- Los controles de confianza de los policías no son públicos y sólo quien los contrata sabe si efectivamente pasaron o no, y conoce sus antecedentes.

2.- Se podría conceder en el hecho de que el problema de la inseguridad data de mucho tiempo si no fuera, precisamente, porque ya pasaron cuatro años y los resultados del combate al crimen son peores.

3.- Los recursos de la federación generales, como los que ex profeso se destinan para la seguridad a los estados y que otrora tenían los municipios y que ya se agandalló también el gobernador no han sido destinados a crear una generación al menos de un cuerpo élite policíaco que hoy estuviese en activo, tampoco se invirtieron en la Academia Estatal o en la formación mediante instancias más consolidadas incluso ene l extranjero.

4.- Ningún modelo aplicado en otros países y/o ciudades que ha tenido éxito ha sido retomado. Su supuesto estudio en otras naciones sólo sirve para las vacaciones del desgobernador y sus allegados, porque o no aprendieron nada o no saben cómo aterrizarlo en la entidad.

5.- Más de cuatro años después, tanto a nivel federal como estatal, nos salen con la barbosada de que el plan originalmente propuesto por el ex Presidente Felipe Calderón sí era el camino porque a los actuales gobernantes:

a) Se les secó el seso.

b) Sólo les funciona para los negocios personales.

c) Nunca quisieron enfrentar el problema y ni idea tenían de ello.

5.- En aquellas entidades en las que, como en Morelos, hay un autócrata en el poder, bajo amenazas a los alcaldes no se aplicará el Mando Mixto, sino conservará el Mando Único.

6.- El Mando Mixto es la ocurrencia de los tontos con iniciativa que consideran que es mejor hacer algo que nada, en lugar de hacer lo correcto, con mecanismos y estrategias probados, en lugar de cualquier tontería.

7.- Puesto que los problemas de inseguridad siguen al alza, es previsible que, por una parte, aumenten los grupos sociales organizados en autodefensas como última estrategia para defenderse de los delincuentes, y por la otra, puesto que está rebasado, el gobierno de Graco siga reprimiendo todo intento de organización social, porque si hoy es para la seguridad, mañana será generalizado para exigir su renuncia no por la vía de un Congreso de agachados.

En síntesis, para el mayor de los problemas que aqueja a la sociedad desde hace años, así estuviesen una década en el poder (¡Dios nos libre!) Graco y Peña, seguirían experimentando con modelos de seguridad a empujones, pero ninguno que les hiciera perder su control, es decir, el instrumento de represión social.

En Estados Unidos, la industria del rifle sigue vendiendo la idea de que todo ciudadano posea un arma es la mejor solución, claro, por las ventas, y es tal su influencia que incluso constituye una de sus enmiendas.

¿La salida en México es armarse, legalmente, para después alegar defensa propia?

Hay que explorar las medidas legales –o ensancharlas empujando reformas en la materia- para que, la sociedad organizada, tome en sus manos su seguridad contra la delincuencia y contra la policía.

Ni el desgobernador, ni el Fiscal, ni la Comisión de Derechos de Graco, mucho menos su secretaria en el Congreso, ni el superpolicía con su Mando Único lo van a resolver.

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