El incremento de las percepciones a una velocidad no vista en los últimos 17 años puede contribuir a generar desequilibrios en el mercado laboral y limitar el margen de maniobra de la política monetaria.
Los salarios en México están creciendo a una velocidad no vista en los últimos 17 años, incluso por arriba de la inflación, situación que está permitiendo mantener su poder adquisitivo.
No obstante, esto también puede contribuir a generar desequilibrios en el mercado laboral y limitar el margen de maniobra de la política monetaria.
El aumento en los salarios negociados directamente entre trabajadores y empresas, en el ámbito de la jurisdicción federal, reportó un aumento promedio de 6 por ciento entre enero a julio del presente año, el mayor incremento para un mismo periodo desde el 2002, de acuerdo con los registros de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS).
En términos reales, una vez descontada la inflación del periodo, el aumento promedio en el periodo fue de 1.8 por ciento, muy por arriba del 0.4 por ciento del mismo lapso de 2018, y además fue la cifra más elevada desde 2002.
De acuerdo con analistas de Banorte, las negociaciones salariales muestran un fuerte ritmo de avance, explicado en gran medida por el alza al salario mínimo, y tras dos años de inflación elevada.
“El dato continúa siendo relativamente alto, el cual consideramos que se sigue explicando en mayor medida por el aumento de 16 por ciento al salario mínimo que entró en vigor en enero. Lo anterior, en conjunto con la desaceleración económica, ayuda a explicar la moderación en la creación de empleos formales”, indicaron en un reporte.
El grupo financiero prevé que las negociaciones podrían mantener su ritmo de avance hacia finales de este año. “El efecto derivado del incremento al salario mínimo continuará jugando un papel importante en las negociaciones de los próximos meses, tomando en cuenta que los trabajadores que aún no han obtenido este ajuste salarial continúan considerándolo. Como resultado de lo anterior, seguimos creyendo que las negociaciones permanecerán sesgadas al alza”, estimaron.
Entre enero julio se realizaron 5 mil 550 revisiones salariales, que beneficiaron a un millón 325 mil trabajadores.
El mayor incremento se observó en los servicios de alojamiento temporal y preparación de comida, con 9.7 por ciento, seguido de la agricultura, con 8.5 por ciento. En contraste, los menores aumentos fueron en empresas relacionas con la electricidad, gas y agua, con 3.4 por ciento, y en servicios educativos, con 3.5 por ciento.
Riesgos inflacionarios
Los salarios son algunos de los riesgos al alza para la inflación mencionados por el Banco de México.
En la última minuta de política monetaria, la mayoría de los miembros de la Junta de Gobierno señaló el riesgo de que, dada la magnitud de diversas revisiones salariales, se generen presiones de costos en la medida en que estas superen las ganancias en productividad.
Un miembro destacó que lo anterior podría afectar al empleo formal y presionar, en particular, a la inflación subyacente.
Otro miembro indicó que preocupa que dichas presiones de costos se estén presentando en la economía en su conjunto y especialmente en el sector manufacturero. Agregó que estas presiones podrían acentuarse a principios del año entrante, en caso de que los salarios mínimos se ajusten por encima de las ganancias en productividad.
Los últimos registros oficiales revelan que la generación de empleo formal disminuyó notablemente en los últimos meses, mientras que la inflación subyacente se ha resistido a mostrar una clara trayectoria descendente.
Así, el comportamiento de las percepciones seguirá encendiendo los focos amarillos tanto para la generación de empleo, en un contexto de bajo crecimiento económico, como para la fijación de la política monetaria del Banco de México.