Los riesgos que vienen del norte
La relación económica que tenemos con Estados Unidos ha dado a México muchas ventajas, pero también tiene sus costos.
El tener como vecino al país con el mercado más grande del mundo ha permitido que en una generación cambien profundamente muchas regiones del país debido al boom de las exportaciones.
Desde que está vigente el TLCAN, las exportaciones no petroleras crecieron 9.5 veces. Esto significa una tasa de crecimiento anual de 9.0 por ciento en promedio.
Si se compara este ritmo con el poco más de 2 por ciento del conjunto de la economía, se aprecia el impacto del crecimiento exportador.
Quizás el sector de la economía que mejor ejemplifica el crecimiento exportador es el del automóvil. Aún con la caída de los últimos dos años y medio en las ventas domésticas, la producción de vehículos creció 3.7 veces desde 1993 hasta el año pasado, lo que equivale a un crecimiento de 5.0 por ciento anual promedio y las exportaciones lo hicieron a una tasa de 7.9 por ciento promedio.
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Ese éxito tiene un costo. El ciclo económico mexicano se ha vuelto altamente dependiente del norteamericano.
Hay episodios como el actual, en el que el jalón de la economía norteamericana en los últimos dos años no ha logrado impulsar a México. Pero tenga la certeza de que, si hubiera un freno en Estados Unidos, seríamos contagiados inevitablemente.
Hoy existe una diversidad de factores negativos que provienen de nuestro vecino del norte, a mi parecer, estos son los más importantes.
1-El riesgo de una guerra comercial con China. En 19 días, comenzaría a aplicarse un arancel de 10 por ciento en EU a 300 mil millones de dólares de importaciones chinas y China ya respondió con medidas cambiarias y suspensión de compras de alimentos de EU.
2-El riesgo de recesión. Los indicadores que anticipan una posible recesión están con luces rojas. El diferencial de tasas de 10 años y tres meses, que es el más aceptado, tiene el nivel más elevado desde el 2007, lo que crea la mayor probabilidad de recesión en los siguientes 12 meses.
3-El T-MEC corre el riesgo de ser rehén electoral. La ratificación del T-MEC (USMCA) en el Congreso de Estados Unidos aún no es segura y podría quedarse pospuesta hasta después de las elecciones si no se logra su ratificación a más tardar en noviembre.
4-Lo impredecible de Trump. Aunque por ahora parece que el presidente de Estados Unidos está satisfecho con la política migratoria mexicana, no hay ninguna garantía de que esa percepción vaya a mantenerse durante la campaña electoral, por lo que la espada de Damocles de los aranceles sigue pendiente.
Y, por si algo faltara para completar el escenario de incertidumbre, la posibilidad de un ‘Brexit salvaje’ podría causar un frenón económico en Europa, como ya lo ocasionó en el Reino Unido, donde el PIB tuvo un registro negativo por primera vez en siete años.
Lo dicho: la otra cara de la moneda del gran éxito exportador es la vulnerabilidad a eventos externos.
Si no logramos que los factores domésticos sean un elemento compensatorio a la situación externa de alto riesgo, pudiéramos enfrentar en 2020 una especie de ‘tormenta perfecta’ cuyas consecuencias para el gobierno y para el país podrían ser impredecibles.