Los riesgos que vienen del sur
El día de ayer le enumeré algunos de los riesgos que vienen del norte en los próximos meses.
Por ejemplo, el riesgo de una guerra comercial entre Estados Unidos y China ante la inminencia de que se impongan aranceles adicionales a 300 mil millones de dólares de importaciones provenientes de China.
Súmele el riesgo de una recesión en Estados Unidos en los próximos doce meses.
Agregue la posibilidad de qué el tratado comercial de México con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) no sea ratificado por el Congreso norteamericano por razones de cálculo electoral de los demócratas.
Ponga sobre la mesa el comportamiento impredecible de Donald Trump y el riesgo de que vuelva a amenzarnos con aranceles.
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Y también tome en cuenta el riesgo de un ‘Brexit salvaje’ bajo el gobierno de Boris Johnson en el Reino Unido, que frenaría la economía de Europa y quizás la del mundo.
Y por si todo esto fuera poco, ahora también se presentan riesgos que vienen del sur.
Particularmente está el caso de Argentina. Ayer tuvimos una caída en la bolsa de ese país de 48% en el índice bursátil de Buenos Aires, algo solo visto en las grandes crisis financieras.
Los resultados electorales que dieron un amplio triunfo a la colalición encabezada por Alberto Fernández y Cristina Kirchner, y que anticipan su probable triunfo en las elecciones presidenciales de octubre son la razón principal de este comportamiento financiero.
De acuerdo con el valor de los llamados “credit default swap”, las probabilidades de una nueva suspensión de pagos de la deuda argentina, crecieron de poco menos de 50 por ciento antes de las elecciones primarias a 75 por ciento a partir del día de ayer.
Ese riesgo creciente incrementó ayer la aversión al riesgo en América Latina, y además del desplome de las acciones argentinas, que en algunos casos deprimió hasta en 60 por ciento los precios, causó caídas importantes en toda América Latina.
A los inversionistas nos les importa la razón por la que un régimen como el de Mauricio Macri haya fracasado.
El tema son las perspectivas.
En el gobierno liberal de Macri hay una caída del PIB de 1.9 por ciento. No puede presumir que luego del régimen populista de los Kirchner, finalmente puso en orden la economía.
La gente hoy es impaciente y exige resultados pronto. Por eso va a perder Macri.
La lección es sumamente importante y poderosa.
Macri ganó por la decepción causada por el régimen de los Kirchner. Había corrupción rampante, pero el crecimiento promedio anual fue de 3.5 por ciento.
Olvídese de la filosofía. La gente regresa a los esquemas que le dieron mejores resultados.
Si el combate a la corrupción con Macri hubiera traído un mayor crecimiento de la economía, el resultado de las elecciones hubiera sido otro.
No, los argentinos no son tan diferentes al resto del mundo, aunque ellos lo crean.
La realidad es que a la gente promedio le interesa mucho menos la lucha contra la corrupción que el desempeño de la economía.
Si López Obrador mira hacia el sur, aprenderá mucho de lo que pasa en Argentina.
Lo esencial no es que no haya algunos listos que se aprovechen de las circunstancias sino que el resultado sea de un buen desempeño de la economía para todos.
Si no es así, los electores lo cobran. Más vale que lo registren.