El tándem en San Lázaro
La responsabilidad del tándem de Morena de San Lázaro, Mario Delgado–Porfirio Muñoz Ledo, es no repetir el numerito de Monreal–Batres del Senado.
De modo que entre los diputados se manejará de otra manera el relevo en la Mesa Directiva, con la idea de que Muñoz Ledo repita en cualquier escenario.
Lo primero es que la oficina de Porfirio difundió entre los reporteros de la fuente una nota en la que se destaca la “espléndida armonía” que hay con el titular de la Junta de Coordinación Política.
La verdad es que hay cuentas pendientes por las críticas consistentes de Muñoz Ledo a la estrategia migrante del canciller Marcelo Ebrard, jefe del grupo al que pertenece Delgado, pero se dejarán pasar.
La prioridad es enviar el mensaje de que la bancada de Morena en la Cámara de Diputados no tiene las fisuras que exhibió su contraparte en Senadores.
Nombre bordado
El INE no podía dejar pasar la abierta propaganda personalizada a favor del Presidente de la República en los uniformes del contingente de Servidores de la Nación,
Tienen bordado en su chaleco distintivo el nombre de López Obrador en color marrón distintivo de Morena. Se pasaron.
El presidente aceptó “sin problema” la decisión del INE.
Sostuvo que los servidores no tienen ningún vínculo con Morena y, ya encarrilado, arremetió contra el instituto.
Dijo que fungió como “florero” frente a los operativos de desvío de recursos públicos a las campañas de partidos. No dijo fechas, de modo que puede asegurarse que se refirió a tiempos previos a la llegada de Lorenzo Córdova como consejero presidente.
Menos mal que aceptó la decisión sin problema, que si no, les tira el florero.
Se busca al trepador y oportunista
El presidente no pudo o no quiso ocultar su molestia por el zafarrancho en la fracción de Morena en el Senado,
Dijo ante la prensa que los cargos no son lo importante, sino la oportunidad de trabajar para el pueblo con profundo amor.
Sin decir nombres, aunque sólo hay dos posibles, Monreal y Batres, dijo que el pueblo sabe quién de ellos es el trepador y oportunista que se quiere colar.
En pocas palabras el presidente dejó solos a los senadores rijosos y le entregó al pueblo la carga de definir quién es quién. El que pierda el pulso político será el que el pueblo descubrió como trepador.
¿Y los cañonazos?
Martí Batres extendió su pleito con Monreal hasta la presentación de un recurso ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del partido para impugnar el proceso.
A pesar de que dijo que hubo “cañonazos” para convencer a los senadores, no pudo precisar cuánto dinero fue y quién lo recibió, con lo que incurrió en una omisión seria, pues tiró la piedra y escondió la mano.
Lo cierto es que Batres se estableció ya como un factor de división, quedó en minoría y se alejó sus compañeros de bancada.