…Pero dice que no es su fuerte la venganza
Creo que tenía razón mi muy querido amigo y colega. El pasado 9 de agosto le conté en estas Historias de Reportero que me mandó un mensaje expresándome que le parecía demasiada coincidencia lo que estaba sucediendo con los involucrados en los “videoescándalos de 2004”, que pusieron en jaque a Andrés Manuel López Obrador cuando era jefe de Gobierno de la Ciudad de México.
En el momento del mensaje de mi amigo, ya había sido detenido Juan Collado, se apuntaba que irían contra Rosario Robles, que revivirían una vieja denuncia contra el empresario Carlos Ahumada y que a Vicente Fox le tocaba un rasponcito por presunta evasión de impuestos. Diez días después Collado sigue en la cárcel, Robles está en prisión y Carlos Ahumada fue detenido en Argentina a petición de la Fiscalía mexicana. Hace diez días le escribí que “no tengo elementos para decir que todo esto es una maquinación desde Palacio Nacional para cobrar saldos políticos pendientes. No lo veo tan diáfano como lo ve mi amigo. Voy más allá: no lo creo”.
Pues ya lo estoy creyendo. Este asunto ya rebasó el límite de las coincidencias. Y eso que no estoy apuntando que el juez contra Robles resultó sobrino de Dolores Padierna y René Bejarano, y además también le tocó llevar un caso que podría significar la cárcel para Cecilia Gurza, esposa de Ahumada. Una coincidencia (más), según el Consejo de la Judicatura Federal.
Por favor, que no me anoten en la lista de los que piensan que Robles, Ahumada o Collado son perseguidos políticos, pobrecitas víctimas. Muy lejos de eso. Pero de que la orquesta está tocando una perfecta sinfonía para el oído del presidente López Obrador, no hay duda.
“No es mi fuerte la venganza”, repite una y otra vez el presidente AMLO. Pues para no serlo, ya están detenidos o en la mira muchos de los que se juntaron para pegarle políticamente con los videos de sus colaboradores recibiendo fajos de billetes del empresario Carlos Ahumada.
Las coincidencias son sospechosas. Que se haga justicia por los abusos de la clase política es el clamor de la sociedad mexicana que llevó a López Obrador al poder. Pero la justicia con dados cargados termina por no ser justicia. Que paguen los que tengan culpas y que se les demuestren con la ley en la mano. La Fiscalía y el Poder Judicial deben actuar con absoluta pulcritud. Si no hay mano negra en la asignación aleatoria de casos a los jueces, como lo afirma el Poder Judicial, entonces el juez Delgadillo Padierna debería jugar al Melate con esa suerte que trae.
SACIAMORBOS:. No es mi fuerte la venganza, pero, como ya expresé en estas Historias de Reportero, hemos visto en las conferencias mañaneras el abierto uso del poderoso aparato del Estado para la intimidación de los que sencillamente se atreven a contradecir al presidente (y eso que no son sus enemigos históricos, ni se empeñaron en impedir su victoria electoral)”.
Ojalá no tome forma esa idea de que oponerse o discrepar del Presidente es algo indebido, ilegal, castigable, perseguible judicialmente. ¿Ese es el régimen que quiere construir?