* RECTOR Y TEÓLOGO
E l gobernador Graco Ramírez se reunió ayer con integrantes de los poderes Legislativo y Judicial, siendo acompañado por varios de sus principales colaboradores. Desarrollado en la Casa de Gobierno, el encuentro tuvo como objetivo enviar un mensaje a los actores políticos locales, contenido en el fondo de los tuits subidos por el titular del Ejecutivo en su cuenta de Twitter: “En Morelos todos pueden manifestarse y ejercer sus derechos, pero con respeto a la ley (…) Hay gobernabilidad democrática construida por todos, aquí se dialoga y se construye comprometidos con la sociedad (…) Mientras en otras entidades se confrontan sectores sociales, en Morelos hay gobernabilidad y se fortalecen las instituciones (…) Aquí no nos dividen las siglas, nos unen las causas de la gente”. E incluyó el “hashtag” #UnidosXMorelos. Ya sabrán cómo se ponen el saco los destinatarios, sobre todo aquellos que quisieran ver a nuestra entidad sumida en ingobernabilidad.
Mientras lo anterior trascendía a través de las redes sociales, sucedía lo mismo con la actividad desplegada por el rector de la UAEM, Alejandro Vera Jiménez, convertido ya en uno de los opositores más beligerantes del gobernador. Participó durante la clausura de la Segunda edición de la Cátedra Ignacio Martín Baró, cuya sede fue la Biblioteca Central de la UAEM, donde una vez más cuestionó el sistema estatal de seguridad pública… con datos de 2014. E indicó que “es necesario despertar la memoria personal y colectiva de los grupos sociales para comprender sus condiciones y la organización comunitaria en función de los intereses colectivos”. Casi, casi se mimetizó con Baró, padre jesuita español nacido en Valladolid el 7 de noviembre de 1942 y asesinado el 16 de noviembre de 1989 en El Salvador -centro de sus operaciones- por la Fuerza Armada de aquel país.
Baró impulsó la Teología de la Liberación, la cual es conocida y practicada por curas católicos todavía vigentes en varios decanatos de Morelos; y es considerado padre de la psicología social de la liberación y principal referente de la psicología social latinoamericana. Fundó el prestigioso Instituto Universitario de Opinión Pública (IUDOP), algo parecido a lo que existió en Cuernavaca a finales de los sesenta y principios de los setenta, conocido como Centro Intercultural de Documentación (CIDOC), instituido por Iván Illich (siendo aún sacerdote católico) y por donde pasó Gregorio Lemercier, el “Cura Rebelde”, ambos afines a la Teología de la Liberación.
El fundamento ideológico de esta corriente social (y política) se sintetiza así: “Mientras los pueblos no cuenten con poder social, sus necesidades serán ignoradas y su voz silenciada”. La revolución a partir del Evangelio. Todo lo antes escrito me hace entender más la frecuente victimización de Alejandro Vera ante los medios de comunicación, quizás recordando sus tiempos de pastor evangélico, pero influido además por Javier Sicilia, quien tiene mucho de jesuita y también pasó por el CIDOC… aunque iba a “gabachear”. Esta es y será la estrategia mediática del rector hacia los comicios de 2018. Tal vez demuestra autenticidad cuando aparenta sufrir el dolor de las víctimas, pero en lo personal me queda clara la forma en que manipula los recursos universitarios para un proyecto electoral.