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SERPIENTES Y ESCALERAS

Psicosis y realidad

La psicosis es causada por los grupos criminales, pero la ingobernabilidad no.

Luego de los hechos violentos del lunes, cuando un comando armado llegó y ejecutó a cinco personas en una central de autobuses de Cuernavaca el gobernador Cuauhtémoc Blanco habló sobre lo que está ocurriendo en el estado. “Lo que vemos es consecuencia de la captura de El Carrete; lo sucedido esta mañana fue un ataque directo, una ejecución, no una agresión contra la población; necesitamos más recursos, apoyo federal y la colaboración de los presidentes municipales para salir adelante”. La psicosis colectiva es causada por los grupos delictivos, dijo el mandatario.

La violencia en Morelos es sumamente grave, más incluso que la desatada después de la muerte de Arturo Beltrán Leyva. Lo que ocurre es algo que no tiene antecedente, que no se alcanza a entender y que las autoridades no son capaces de explicar. El problema delictivo que enfrenta la entidad en enorme, superior a la capacidad de respuesta del estado y mucho más profundo de lo que vemos a simple vista.

“Es urgente que el gobierno federal intervenga para frenar el espiral de violencia y los asesinatos que se cometen a diario en el Estado de Morelos y que han generado un temor social generalizado por el clima de inseguridad” dice la senadora Lucía Guzmán. Y tiene razón.

Lo que vemos es algo que rompe con la estabilidad de todo, no solo afecta la tranquilidad de los ciudadanos y la calidad de vida de la gente, también paraliza la economía, genera zozobra social e incide de manera directa en la gobernabilidad.

La ejecución de 5 personas en una estación de autobuses fue un hecho muy grave que llamó la atención del país y se replicó en algunos medios internacionales, pero lamentablemente es solo un hecho más de violencia, uno de los muchos que ocurren cada día en nuestro estado. Si ese hubiera sido el único incidente violento del año (del mes, de la semana, del día) sería grave, pero lamentablemente fue uno de los 20 atentados con arma de fuego que se registraron en tan solo tres días.

El mandatario estatal puede tener razón cuando afirma que lo ocurrido en la estación de autobuses Estrella de Oro es resultado de la captura de Santiago Mazari “El Carrete”, líder del grupo criminal Los Rojos; es muy probable que muchas de las agresiones y ejecutados que se han contabilizado desde la caída de este hombre efectivamente formen parte de un reacomodo de grupos delictivos y un ajuste de cuentas entre criminales. Pero eso no justifica lo que estamos viviendo.

Morelos se ha convertido en tierra sin ley, en un lugar en donde cometer crímenes es sencillo porque este tipo de actos quedan impunes. Aquí es fácil asesinar, es sencillo extorsionar y es común secuestrar porque desde hace años las autoridades bajaron la guardia y los gobernantes se coludieron con el crimen organizado.

A pesar de todo lo que ocurre en Morelos ni el gobernador, ni el secretario de gobierno, ni el jefe de la gubernatura ni el comisionado de seguridad parecen haberse dado cuenta del tamaño del problema que tienen enfrente. Así parece porque aún con los más de mil asesinatos violentos cometidos tan solo en este 2019 no se percibe ningún cambio de estrategia, ni de personas, ni de actitud. Pareciera que las autoridades esperan que las cosas se resuelvan con el tiempo, con la llegada de la Guardia Nacional o con manejo de medios. Y eso no va a suceder.

El gobernador y su equipo se están jugando el todo por el todo; el estado vive un momento muy complicado en todos los aspectos: la inseguridad ha alcanzado niveles nunca antes vistos y el número de asesinatos cometidos en ocho meses superan a los que se registran en algunos países europeos que están en guerra. Con este panorama se abre la posibilidad de que la gente comience a solicitar un cambio de gobierno y la federación analice seriamente colocar a Morelos como un estado de excepción, es decir, valorar la desaparición de poderes.

El escenario que se ha generado en el estado es sumamente complicado para todos: para el ciudadano que ha perdido la tranquilidad, que entró en psicosis y que ha perdido totalmente la confianza en sus autoridades. Pero también para el gobierno y los representantes populares que pueden seguir la misma suerte que los graquistas, que podrían no solo salir del gobierno, sino ser procesados por su actuación, por sus acciones y por sus omisiones. Si no cambian las cosas pronto, los miembros del régimen actual terminarán igual o peor vistos que sus antecesores.

Cuauhtémoc Blanco no se puede dar el lujo de dejar de ver la realidad que hay en Morelos, ni conformarse con salidas sencillas como echar la culpa a los grupos delincuenciales y pedir ayuda a la federación. Es cierto que el problema de violencia está presente en todo el país, pero olvidan que el desastre político, los conflictos internos del gabinete y las pugnas del ejecutivo con varios sectores no son la constante en el resto de las entidades.

El ejecutivo tiene que analizar correctamente la situación y entender que para resolver el problema de violencia es imperante que el equipo de gobierno actúe como uno solo, que dejen de lado los conflictos internos y cesen las confrontaciones con los diferentes actores políticos y sociales; necesitan involucrar a los alcaldes, sumar a los legisladores locales y federales y tienen que definir de manera conjunta una agenda estatal en la que existan metas, supervisen el trabajo y participen todos.

A menos de un año de haber iniciado su gestión Cuauhtémoc Blanco tiene que pensar en una estrategia de reconciliación, ya no debe continuar por la misma vía ni puede seguir delegando el poder en nadie más. Los tiempos que vive la entidad y el país le exigen cambiar de actitud o lo obligarán a asumir las consecuencias.

Morelos puede ser el primer estado donde el presidente Andrés Manuel López Obrador de un golpe en la mesa, intervenga de manera directa para calmar las cosas, impulse un cambio de gobierno y actúe penalmente en contra de un gobernador y de su equipo.

A pesar de que la crisis es evidente desde hace tiempo, en el gobierno estatal aún no se han dado cuenta.

posdata

Las autoridades han confirmado que una de las personas que fueron asesinadas el lunes pasado en la terminal Estrella de Oro de Cuernavaca es Gabriel León Villa El Gaby”, a quien se le relaciona con la desaparición de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa el 24 de septiembre del 2014.

Este personaje, según una columna publicada en El Universal por Héctor de Mauleón era un sujeto muy activo del cártel de los Guerreros Unidos y fue mencionado reiteradamente en las declaraciones de los involucrados en el Caso Ayotzinapa.

Luego de aquellos acontecimientos El Gaby escaló posiciones dentro del grupo criminal y se hizo cargo de los cargamentos de cocaína, además de que le atribuyeron un gran número de muertes y desapariciones. El Gaby fue detenido por la PGR en 2016 y luego liberado. ¿Por qué lo liberaron?

El lunes pasado, según reportes oficiales y crónicas de medios especializados, El Gaby y sus acompañantes fueron asesinados por sujetos que los esperaron pacientemente hasta que los emboscaron; sabían que llegarían a esa terminal, que venían desarmados y que utilizaron un camión para tratar de pasar desapercibidos.

Estos elementos no cambian las cosas, ni aminoran la gravedad de lo ocurrido, pero ponen en contexto las cosas y explican el porqué de los hechos. Como lo dijo el gobernador: no fueron disparos aleatorios, se trató de un ataque directo.

Desde cualquier ángulo que se observe, Morelos está en llamas.

nota

Esto es parte de lo que el gobernador Cuauhtémoc Blanco dijo luego de la ejecución de cinco personas en una terminal de autobuses y el fin de semana más violento de los últimos tiempos en Morelos.

Sobre la violencia:

No hay semáforo rojo, estoy en contacto con el almirante y el fiscal, lamentablemente esto pasó a las cuatro o cinco de la mañana; esas personas fueron emboscadas, es lamentable, pero tras la detención del personaje ese (Santiago Mazari), se ha acumulado la violencia en Morelos; (la violencia) viene de administraciones pasadas, algunas pactaron, hay pruebas de que la administración pasada estuvo vinculada con la delincuencia organizada y esto es lo que ha generado.

Todos aquí, tanto el almirante como yo aceptamos esta responsabilidad y vamos a seguir luchando, no vamos a pactar, soy una persona de palabra y voy a seguir luchando; así como la federación agarró a una persona muy importante (El Carrete), esta es la consecuencia; no se agarró a cualquiera, se agarró a uno de los fuertes y vamos a seguir con esos objetivos, vamos a agarrar a esos personajes que siguen haciendo daño a Morelos, no vamos a bajar la guardia; necesitamos más policías, hay mucha gente involucrada, con el crimen organizado.

De la psicosis:

Va a ir el secretario Sanz y Pablo Ojeda porque esto es una psicosis generada por la gente mala, la gente que le hace daño a la sociedad; por eso vuelvo a pedir a la gente que denuncie a estos personajes del crimen organizado, que nos ayuden; “Tú vives en una colonia y sabes el movimiento… cuando en una casa o el vecino o equis, venden droga”; queremos que la gente haga una llamada anónima, asuma su responsabilidad, tome el riesgo; “Si la gente no denuncia estos personajes van a seguir haciendo de las suyas; para que se termine esta situación necesitamos urgentemente que denuncien. Vivimos una psicosis de administraciones pasadas y ustedes como medios lo saben, administraciones pasadas pactaron con el crimen organizado, llámese crimen organizado o llámese narcotraficantes, esa es la realidad y vamos a seguir en la lucha, no vamos abajar la guardia”.

De los involucrados:

No puedo dar los nombres, pero no me voy a quedar callado, soy una persona que voy de frente… hay mucha gente involucrada, siempre ha pasado, voy a seguir trabajando, voy a seguir luchando; no te puedo decir pero hay mucha gente involucrada: llámese policía municipal, policía estatal, jueces, fiscales… es una bola de corrupción.

post it

Alejandra Flores fue electa nueva coordinadora del Grupo Parlamentario de Morena en el congreso local. El cambio puede ser para bien de esa fuerza política, aunque también se puede interpretar como un enroque para evitar que la dama asuma la presidencia de la Mesa Directiva. En un año Keila Celene Figueroa no hizo nada bueno, demostró que su llegada a la cámara de diputados fue un error de la democracia y como coordinadora parlamentaria solo dio pena ajena.

A Morena le sobra representatividad social, per le falta orden y liderazgo; ese grupo parlamentario y en general las damas que conforman la 54 legislatura de Morelos han quedado a deber a un estado que confió en ellas, que esperaba un cambio y sigue recibiendo más de lo mismo.

Alejandra Flores ha destacado por ser una de las diputadas más mesuradas de la cámara y podría ser una grata sorpresa como coordinadora. Lo que está en juego para las legisladoras es simple y llanamente su carreta política. Para muchos integrantes de la 54 legislatura este puede ser su debut y despedida en un cargo de elección popular.

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Van más de mil asesinatos violentos en Morelos en 8 meses del año, incluyendo agresiones directas a algunos miembros de la iglesia católica; en 72 horas hubo 20 ataques armados y en tres días se registraron más de 25 ejecuciones.

Sólo por preguntar…

¿En algún momento el obispo volverá a hablar de la violencia y la inseguridad?

… O como dicen algunos miembros del gabinete: “Ya lo tenemos de nuestro lado”

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