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DÍA CON DÍA

El mundo sin reglas y la democracia

En el mundo sin reglas que se impone al mundo, para nadie es más difícil la vida que para los gobiernos con restricciones democráticas.

Putin está a gusto con un mundo donde puede apropiarse de Crimea sin consecuencias y China en otro donde puede expandirse sobre el mar de China.

El presidente Trump disfruta el juego unilateralista de condicionar sus compromisos globales, regañando a la OTAN, declarando la guerra comercial a China o amenazando con un par de ataques nucleares aquí y allá.

El mundo sin reglas es más cómodo para los líderes y estados autoritarios que para los democráticos. Y acaba sembrando en estos últimos la tentación de saltarse sus propias reglas, de tomar atajos por el camino del populismo, o de movimientos y malestares nacionales, ansiosos de saltarse las reglas, sus propias reglas.

Son visibles los síntomas de involución democrática en las democracias representativas de muchos países.

Basta, dice Felipe González, a quien gloso en este espacio desde ayer, “que alguien diga que la democracia está por encima de las reglas institucionales y que están dispuestos por tanto a romperlas, porque lo hacen de ‘manera democrática’. Es lo que se puede oír a Trump, a un polaco, a un húngaro o también al brasileño Bolsonaro. ‘Tengo la mayoría y puedo cargarme un poder judicial independiente’” (El País, 8 /10 /19)

La mayoría da el derecho a cambiar las reglas democráticas, dice González. Lo que no da es el derecho de atropellar las reglas vigentes, o saltárselas, y de poner a la vida pública en el estado de anomia, de falta de reglas o de reglas no respetadas, que vuelve la política global y la política local una arena de pleito a puño limpio.

La falta de respeto por las normas, dice González, es fundamental en la crisis catalana. “La democracia está por encima de las reglas del juego, dicen. No. Las reglas del juego que hemos aceptado se pueden cambiar, pero por los procedimientos previstos para el cambio… Incluso para cambiarlas, tienen que ser respetados los mecanismos previstos”.

¿Suena familiar este asunto de saltarse las reglas? Es porque está sucediendo aquí también, como en el mundo.

hector.aguilarcamin@milenio.com

Ámbito: 
Nacional