Los tres poderes del estado están sumidos en pleitos internos. No hay a cual irle.
Ingobernabilidad
La crisis en Morelos es evidente y no tiene que ver solo con el clima de inseguridad y violencia que se ha arraigado en nuestra tierra desde hace años. Hoy vemos problemas en el Legislativo donde los diputados no han sido capaces de alcanzar acuerdos, en el Ejecutivo con una lucha interna por el poder y en el Judicial donde los magistrados desconocen a su presidenta. El problema es muy serio y es evidente, se llama ingobernabilidad.
Lo que estamos viendo hoy en el estado no lo habíamos visto antes, ni en los peores momentos de gobiernos anteriores; la rebatinga de poder está presente en los tres poderes y se traslada a los municipios, en donde el ambiente es de zozobra por la falta de recursos y resultados en la mayor parte de los ayuntamientos.
En algún punto de los años recientes Morelos perdió el rumbo y se metió a una espiral negativa de la cual hasta el momento no han podido salir. Primero se multiplicó la delincuencia y aumento la violencia y a partir de ahí todo el escenario se complicó, porque los hombres y las mujeres de poder utilizaron la inseguridad para obtener beneficios personales y ganar dinero.
La situación que priva en el estado es anómala y sumamente peligrosa para todos; la descomposición política es absoluta, los problemas que derivan de ello son mucho más profundos de lo que la clase política imagina y sus efectos pueden ser peores de lo que ahora vemos.
Por un lado están aquellos que tienen poder a través de un cargo de elección popular o un puesto público; muchos de ellos, la mayoría quizá, son inexpertos en administración pública y en política, casi todos son personajes distintos a los que comúnmente veníamos en los pasillos de poder y desplazaron a la clase política tradicional morelense.
Por otro están los políticos de siempre, los corridos, los apestados, los desprestigiados y malqueridos que apuestan a la catástrofe para regresar, que se regodean con las crisis y la inseguridad y abonan desde sus parcelas a qué las cosas se compliquen cada día más. Unos y otros provocan lo que hoy estamos viendo: un panorama de descomposición que al final del día genera problemas en todos lados y afecta directamente a los ciudadanos.
No hay forma de que el estado salga adelante con de esta crisis múltiple si antes no hay un cambio en el comportamiento de los gobernantes; ningún camino o estrategia que se trace funcionará si los encargados de conducir los tres poderes del estado siguen metidos en conflictos, internos y externos, si continúan poniéndose piedras en el camino y no atienden de forma inmediata los grandes problemas sociales que provocan las crisis.
En el congreso es notorio el desastre; ni la mayoría femenina ha hecho que las cosas mejoren y por el contrario, la personalidad de las diputadas se ha convertido en un detonante más de conflictos. En la cámara de diputados hay pleitos internos y externos, se vive una rebatinga de poder y también una lucha de egos; los legisladores han sido incapaces de ponerse de acuerdo, son profundamente ineficientes en su trabajo y otra vez se metieron al ojo del huracán por la forma y el camino que utilizan para negociar. No es bueno pero es real: la 54 legislatura de Morelos resultó peor que la anterior.
En el ejecutivo los problemas no son menores, por el contrario, el cisma interno es mayúsculo y ha alcanzado proporciones nacionales. El gobierno de Cuauhtémoc Blanco acapara las miradas y las posibilidades de que salga bien librado de esta crisis son escasas porque hay muchos intereses jugando en su contra. La fama del ídolo del balompié lo ayudó a ganar la elección, pero ahora lo convierten en un referente de la nueva clase gobernante del país y en un elemento incómodo para el proyecto político de la 4T.
Luego está el Poder Judicial donde las pugnas no solo tienen que ver con el manejo de la institución, sino con la impartición de justicia. Desde hace años los magistrados han sido acusados de traficar con el poder, de proteger delincuentes, de vender la justicia, de malversar recursos públicos y de vincularse con la delincuencia organizada. Los magistrados arrastran una terrible fama pública y como si eso no fuera suficiente, ahora están metidos en una deleznable lucha por el poder que los exhibe y evidencia los intereses que hay detrás de sus acciones.
Muchas veces se ha hablado y escrito de la mala fama de los diputados y el desprestigio de la clase política local, pero probablemente la actuación e imagen de algunos magistrados morelenses sea peor.
Para entender el tamaño del problema que vive el estado hay que observar el panorama completo: la crisis no es sólo de inseguridad y violencia, los problemas están directamente ligados a la clase gobernante e involucran a muchos personajes de la vida política morelense; de los activos y de varios que están en la banca.
La violencia y los altos índices delictivos que existen en Morelos no son ajenos a las decisiones que se han tomado en los últimos años desde el gobierno, a la descomposición de los congresos y por supuesto a las decisiones que toman los jueces y magistrados. Es imposible separar un problema de otro y sería errado considerar que todo es culpa de una sola persona o un solo poder.
Más claro: desde el gobierno estatal se han diseñado malas estrategias y se han generado vínculos con la delincuencia; varios diputados han dado blindaje político a delincuentes y algunos, incluso, han llegado a sus curules con el apoyo y patrocinio de cárteles del narcotráfico o grupos criminales. Y el Poder Judicial se ha convertido en el mejor aliado de los delincuentes, pues aunque la policía capture a los criminales, los jueces los liberan.
La crisis múltiple que se vive en el estado de Morelos es muy grave y sus consecuencias son terribles para todos. La pelea entre los políticos no se queda sólo en el control del poder y en el beneficio económico, sus alcances van más allá, provocan inseguridad, causan muertes y trastocan la calidad de vida de miles de ciudadanos.
Reitero: lo que vemos hoy en Morelos se puede explicar de muchas maneras, pero se resume en una cosa: ingobernabilidad.
posdata
Luego de que se hizo público un audio que registra el encuentro entre varios diputados locales con el hermano del gobernador de Morelos el presidente de la Mesa Directiva de la cámara salió al paso de las preguntas de los reporteros y der manera atrabancada confirmó que sí participó en dicha reunión, pero dijo que fue una plática informal, de amigos y en un lugar público, por lo que no representó ningún acto fuera de la ley.
La respuesta del ex alcalde de Jojutla era de esperarse, obviamente no aceptaría que los congresistas reciben línea del ejecutivo (a través de su hermano), ni mucho menos que actuaron al margen de la ley; lo llamativo fue que el diputado dejó entrever que uno de sus homólogos grabó y filtró la charla: “Escuchen el audio y noten qué voz se escucha más clara; saquen sus propias conclusiones”.
La pregunta saltó de inmediato de parte de un reportero:
- Se refiere a la diputada Keila Celene Figueroa.
- Ustedes saquen sus conclusiones.
Además de Ulises Bravo, en la grabación se escuchan las voces de Javier García, Keila Celene Figueroa, Alejandra Flores y Alfonso Sotelo. La voz más nítida es la de la morenista Keila Celene Figueroa.
¿Por qué filtraría la legisladora dicha plática?
nota
La lucha en el Poder Judicial de Morelos es dura, es jurídica y también es política. Según los magistrados inconformes el decreto que revierte el periodo de 20 años aprobado por la legislatura pasada y negociado con el ex gobernador Graco Ramírez, no solo deja fuera de la presidencia a Carmen Verónica Cuevas, también la expulsa de la magistratura que hoy ocupa.
La sentencia ha agudizado la crisis que desde hace tiempo se vive al interior del TSJ y ha expuesto de cuerpo entero a los grupos que luchan por el poder; unos aseguran que frente al decreto hay una suspensión otorgada por un juez federal, por lo tanto las cosas se quedan como están y Carmen Cuevas sigue al frente del Poder Judicial. Para otros las cosas no son así: dicen que la suspensión no la protege y por ello su permanencia en el cargo es una usurpación de funciones, por lo cual presentaron una denuncia ante la Fiscalía.
Lo que vemos no es solo un duelo verbal y legal, es un pleito frontal por el control de uno de los tres poderes del estado, el poder encargado de otorgar justicia a la población.
Graco Ramírez regaló a los magistrados a través del congreso la ampliación de su nombramiento a 20 años y ayudó a Carmen Cuevas a ser presidenta; la concesión no fue gratuita: los magistrados son hoy un blindaje legal para el ex gobernador y sus ex colaboradores.
En este tipo de personajes recae desde hace tiempo la responsabilidad de brindar justicia a la gente de Morelos; a ellos les toca juzgar los delitos y de ellos ha dependido en muchas ocasiones el destino personal y patrimonial de miles de personas. No todos los magistrados son malos, pero por unos pagan todos.
post it
Acuso recibo de la carta aclaratoria que envía el Asesor Anticorrupción del gobierno estatal Gerardo Becerra Chávez (publicada hoy en la edición de El Regional); ahí el funcionario asegura que no dijo lo que dijo y sostiene que en ningún momento declaró que el ex gobernador Graco Ramírez no pudiese ser encarcelado. Y remata: “Yo no hago acuerdos con sátrapas, sabandijas o malnacidos”.
Respondo:
Lo que se ve, se escucha y se entiende es otra cosa, aunque ahora el asesor quiera dar un sentido distinto a sus dichos o utilice la semántica para tratar de confundir. Yo como muchos veo y escucho a un Gerardo Becerra distinto al de siempre, con una actitud que contrasta con la que días antes sobre el mismo tema mostró Cuauhtémoc Blanco y muy (muy) lejos de la actitud que lo caracterizaba cuando en el pasado reciente prometía que “El ladrón” (sic) iría a la cárcel.
Pero más allá de interpretaciones, aclaraciones o semántica me referiré a los hechos: ¿Cuántos graquistas denunciados Gerardo Becerra han sido sancionados? ¿Cuántas de las decenas de demandas que ha interpuesto su oficina han prosperado? Y sobre todo ¿Qué posibilidad real hay de que se cumpla la promesa de encarcelar a los ladrones y hacerlos regresar parte de lo que se robaron?
“El movimiento se demuestra andando”, me dijo en una entrevista hace poco Gerardo Becerra. Ya es momento de que demuestre que su oficina sirve para algo, que su asesoría vale lo que le cuesta al estado y que realmente tiene todos los elementos probatorios y la actitud que siempre ha presumido para encarcelar a los “sátrapas, sabandijas y malnacidos”.
Sin resultados todo lo que se diga sobra. Si no encarcelan a los corruptos, la oficina del Asesor Anticorrupción no tiene razón de existir.
Aquí el link para escuchar la entrevista:
https://www.facebook.com/Eolopachecomx/videos/417695222197022/
redes sociales
La polémica en el Poder Judicial de Morelos es política y jurídica; la jefatura de prensa de Carmen Cuevas afirman que la razón les asiste en tanto que sus opositores opinan en contrario.
Esta es la opinión que emite el magistrado Carlos Iván Arenas:
La Suspensión Provisional que otorgó el Juzgado Octavo de Distrito a la Ex- Magistrada María del Carmen Verónica Cuevas López no la protegió de seguir siendo Magistrada y mucho menos de ser Presidenta del Tribunal, solo el Amparo que promovió fue otorgado para que las cosas se mantengan como están, a partir de la hora y día que promovió el Amparo, a partir de las 9 de la mañana del día 11 de septiembre del 2019, cuando promovió su Amparo ya no era Magistrada y Ni Presidenta, porque el cargo constitucional concluyó legalmente el Miércoles 11 de Septiembre del 2019 a las 12:01 am.
Hoy ya No es Magistrada y mucho menos Presidenta !!!
La exhortamos para que no anteponga sus interés personales y no afecte el interés público y social.
Que prevalezca la legalidad para que se restablezca el Estado de Derecho en bien de la justicia.
Comentarios para una columna sonriente:
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