Unidos por Morelos, el robo del sexenio
A dos años del sismo la tragedia sigue latente y la impunidad continúa.
Era el 19 de septiembre del 2017 y el reloj marcaba las 13.14 horas cuando todo comenzó a moverse y el pánico se generalizó; cientos de casas y edificios empezaron a colapsar y la vida cambió de golpe para millones de ciudadanos que en un minuto perdieron la tranquilidad, su patrimonio o algún ser querido. Fue un sismo de 7.1 grados cuyo epicentro se ubicó al sur del estado de Morelos; años antes, 32 para ser exactos, otro terremoto había cimbrado al país y en ambos casos los ciudadanos fueron los primeros en reaccionar, los primeros en empezar a ayudar a la gente en desgracia. En septiembre del 2017 Morelos vivió dos tragedias: el terremoto y la rapiña gubernamental.
Al conmemorarse ayer esta fecha fatídica en el estado y en el país se realizaron distintas acciones para recordar lo ocurrido y prevenir lo que pudiera volver a pasar. Hasta antes de ese día Morelos no era considerado una zona sísmica, pero luego de aquellos acontecimientos el suelo no ha dejado de moverse, como si desde el centro de la tierra Zapata se retorciera de coraje por tantos y tantos abusos que se cometen en su pueblo.
En el marco de esta fecha el gobernador Cuauhtémoc Blanco hizo un recuento de los daños y de las acciones que se han llevado a cabo para reparar las pérdidas materiales provocadas por el terremoto; también aprovechó el momento para recordar que la desgracia sirvió de pretexto para que se cometieran abusos desde el gobierno:
“Yo recuerdo que vivíamos cosas difíciles y recordamos también cuando esas despensas no llegaban y estos personajes se las robaban, pero siempre he dicho que hay un Dios, hay un Dios que esa administración anterior les hizo tanto daño y lo van a pagar, lo van a pagar porque ustedes quieren justicia y la va a haber, de estos personajes que se robaban las despensas descaradamente, las guardaban para las campañas anteriores y no se vale, son personas que no tienen corazón”
Lo dicho ayer por Cuauhtémoc Blanco no es nuevo, ni tampoco es la primera vez que lo menciona; una y otra vez desde que era alcalde, desde que la tierra se movió y el país entero observó como el gobierno de Graco Ramírez se apoderaba de la ayuda humanitaria, Cuauhtémoc Blanco ha puesto el dedo en la llaga y ha acusado al ex gobernador y a su familia de lucrar con la tragedia, de aprovechar el desastre y de enriquecerse con el dinero de la reconstrucción.
“Ustedes saben lo que la administración pasada hizo, pero vamos a seguir trabajando para que la gente tenga una casa digna; están llegando los fondos federales y están utilizándose como se debe, no como la administración pasada; ustedes recuerden que se robaba las despensas, que (Graco Ramírez) aprovechó para hacer varios desvíos; nosotros en eso estamos trabajando”
Pero a dos años de distancia la crítica del gobernador Cuauhtémoc Blanco a su antecesor no sirve para nada si no se acompaña de acciones concretas para castigar los abusos y remediar los males. Una y otra vez hemos escuchado al futbolista cuestionar a Graco Ramírez, lo hemos visto mostrar enojo por las acciones ilegales y abusivas cometidas en el pasado y hasta presenciado cómo implora a Dios la impartición de justicia.
Hoy Cuauhtémoc Blanco Bravo es gobernador de Morelos y está obligado a actuar, a aplicar la ley y a cumplir no solo con las promesas que hizo en campaña, también a comprobar legalmente lo que afirma como autoridad.
Hagamos un rápido recuento de las cosas: después del sismo del 19 de septiembre del 2019 el gobierno federal destinó una bolsa de más de 5 mil millones de pesos para la reconstrucción inmediata de las zonas afectadas por el sismo; de manera paralela Graco Ramírez y sus diputados cancelaron diversos programas y fideicomisos (incluyendo el Morebús) para concentrar todos los recursos en un fondo estatal de reconstrucción denominado Unidos por Morelos, manejado por Sergio Beltrán Toto. A ese fondo se le destinaron alrededor de 7 mil millones de pesos.
Tiempo después el gobierno de México sumó otros 2 mil millones de pesos al fondo federal para la reconstrucción y de manera paralela acudieron al estado decenas de fundaciones, organizaciones civiles, empresariales y organismos internacionales que de forma altruista canalizaron recursos para la construcción de viviendas y reparación de la infraestructura urbana; la suma de estos apoyos rondaba los 10 mil millones de pesos que fluían a través del fondo Unidos por Morelos.
Sumados los tres fondos: el federal, el estatal y el privado, Morelos recibió más de 24 mil millones de pesos para la reconstrucción de las zonas afectadas. Dos años después quien acuda a la zona cero o a cualquiera de los municipios siniestrados notará que todo sigue igual, que las cosas no han cambiado mucho y que la mayor parte de los afectados sigue sin recibir los apoyos prometidos. La pregunta obligada es: ¿Dónde está el dinero?
El sismo del 19 de septiembre del 2017 fue una doble tragedia para los morelenses: por un lado estuvo el golpe de la naturaleza que en un momento cambió el paisaje y transformó para siempre la vida de millones de personas y por otro lado mostró la maldad de un gobernante que no dudó en aprovechar la desgracia para enriquecerse y utilizó la tragedia para tratar de perpetrarse en el poder a través de su hijo.
Ese tipo de abusos son imperdonable y por eso el gobierno de Cuauhtémoc Blanco no puede pasar por alto las faltas; el desvío de recursos para la reconstrucción no sólo representa un acto de corrupción, también implica una acción inhumana, carente de moral y condenable en la tierra y en el cielo. El gobernador de Morelos no puede quedarse como un simple observador de las cosas ni debe conformarse con una denuncia periodística, tiene que actuar, tiene que aplicar todo el peso de la ley y hacer justicia. Si no lo hace, será cómplice.
“Lamentablemente como te menciono en la administración pasada se desvió muchos recursos y ahí aprovechó muchas mañas que tiene y por eso ahorita la están sufriendo”, dice Blanco.
Los abusos están a la vista. El robo es conocido por todos. El reclamo es generalizado. El gobernador de Morelos no puede quedarse con la crítica mediática, ni mucho menos dejar a Dios la aplicación de la justicia.
Graco Ramírez quedó marcado para siempre porque se robó el dinero de la reconstrucción. Cuauhtémoc Blanco puede compartir ese desprestigio si no aplica la ley y encarcela a los ladrones.
El fondo de reconstrucción fue el robo más grande del sexenio.
posdata
La falta de acuerdos parlamentarios se ha vuelto una constante en la 54 legislatura de Morelos. A lo largo de un año las y los diputados (14 y 6) han ido dando tumbos, sin definir una agenda ni cumplir las metas que ellos mismos se trazaron.
Mes a mes el parlamento morelense ha dado de qué hablar, pero casi siempre se trata de escándalos en los que están involucrados, pleitos internos, pugnas de poder, duelos económicos y siempre falta de acuerdos.
La esperanza en esta legislatura era alta por varias razones: primero porque prometieron aplicar la ley y procesar a sus antecesores, cómplices del ex gobernador Graco Ramírez y causantes directos de muchos de los males que hoy aquejan al estado; segundo porque muchos de ellos emergían de la 4T y representaban la esperanza de una transformación profunda en el ejercicio de poder. Tercero porque en su mayoría eran mujeres y la supremacía del género hacía pensar que no volveríamos a ver las pillerías que comúnmente están asociadas a los hombres.
A un año de distancia el saldo es terrible porque la actividad parlamentaria en lugar de mejorar empeoró, porque la nueva legislatura resultó peor que la pasada y estamos viendo la repetición de los mismos abusos y excesos, solo que con personajes mucho más limitados en lo neuronal y carentes de personalidad.
Hoy ni siquiera las damas de Morena son capaces de ponerse de acuerdo.
nota
La historia la publicó Matha Anaya en su columna de El Heraldo: Cuauhtémoc Blanco quiere tirar la toalla. Ahí narra:
“Hace un par de semanas, el gobernador de Morelos, Cuauhtémoc Blanco, fue a presentarle su “renuncia” a Andrés Manuel López Obrador.
La razón estriba, según expuso al Presidente, en que no recibe apoyo del gobierno federal.
Y el señalamiento principal del exfutbolista, según refieren compañeros cercanos al mandatario estatal, apuntaba hacia la Consejería Jurídica de la Presidencia de la República, concretamente hacia su titular, Julio Scherer:
“Desde ahí se obstaculiza el proceso en contra de Graco Ramírez… y dicen que es por órdenes suyas”, acusó Blanco.
Se quejó también del actuar de los magistrados porque, en vez de ayudar a contener la violencia y la inseguridad, “empeoran las cosas y liberan a los malos”.
A decir de uno de los confidentes del gobernador, Cuauhtémoc llevaba incluso –hasta lo mencionó- su carta de relevo: Jorge Argüelles, diputado federal por Morelos y actual presidente del Partido Encuentro Social (PES) en la entidad.
“Esto ya no es para mí…”, habría concluido Blanco –aunque sabido es que él no gobierna— luego de la irrupción de un comando armado en la Central Camionera de Cuernavaca, dejando un saldo de cinco personas muertas.
Por lo que nos cuentan, la respuesta de Andrés Manuel López Obrador a la declinación de Cuauhtémoc fue enviarlo a coordinarse con “otro miembro” del gabinete…”. Hasta aquí la cita periodística.
Lo escrito por la columnista no tiene sentido legal porque el gobernador no es empleado del presidente y por ello una renuncia no se presentaría ante él; desde una óptica política (si o expuesto fuese real) la renuncia verbal sería el primer paso político rumbo a un proceso ante el congreso local.
Pero más allá de la renuncia (que inmediatamente fue desmentida por Blanco Bravo), lo interesante está en los argumentos que según la columnista habría presentado el jefe del ejecutivo morelense; ahí las cosas si tienen sentido porque lo que se escribe es cierto: 1- Morelos NO está recibiendo apoyo de la federación; 2- Desde la Consejería Jurídica le ponen piedras en el camino, a pesar de que Fidel Giménez y José Silva Bandala son posiciones que el gobernador concedió a Julio Scherer. Y 3- Es evidente que a Graco Ramírez lo están protegiendo desde el gobierno federal.
Sea o no real la historia de la renuncia presentada por Cuauhtémoc Blanco, lo evidente es que es que al gobernador le faltan operadores políticos locales y nacionales, le urge un área de análisis político y necesita poner orden en su equipo.
Supongamos sin conceder: hoy el gobernador de Morelos presentó su renuncia y no se la aceptaron; si no cambian las cosas mañana la destitución puede venir desde México sin preguntarle.
post it
Dice el comisionado de seguridad José Antonio Ortiz Guarneros que el 90 por ciento de los homicidios que se han registrado en Morelos son por la disputa entre bandas delincuenciales, por lo que “los ciudadanos normales no están en riesgo”.
“No podemos negar que existen homicidios dolosos que son los que más llaman la atención, pero los ciudadanos normales no están en riesgo; el 90 por ciento de homicidios tienen que ver con rencillas provocadas por el alcohol o por la lucha del lugar por el narcomenudeo”.
Puede ser que el almirante tenga razón, pero eso no mitiga el clima de violencia generalizado que vivimos en el estado, ni cambia el hecho de que la gente se siente insegura en todos lados. Peor: más allá de la matanza entre bandas están otro tipo de delitos, como la extorsión, el secuestro, el robo en todas sus modalidades, el cobro de piso… y esos ilícitos sí pegan directo a los ciudadanos y gente que nada tiene que ver con la delincuencia organizada o la lucha entre cárteles. ¿Qué nos dirá Guarneros al respecto?
Dicen que el almirante es una buena persona, pero también que es un hombre mayor que ya está cansado y fastidiado. Item más: no conoce el estado, no siente identidad con esta tierra o con su gente y no le interesa arraigarse aquí. A su edad su perspectiva de la vida es distinta y se resume en algo: ya se quiere ir a descansar.
redes sociales
El mensaje es del ex gobernador Graco Ramírez y está publicado en su cuenta personal de Twitter:
La experiencia más difícil. Vivir una tragedia de esa magnitud desconocida para los habitantes de Morelos. La solidaridad y la unión nos permitió empezar la reconstrucción. #UnidosporMorelos
Como dice la canción: hay chivos que tienen madre… pero este ni madre tuvo.
Comentarios para una columna optimista:
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