Incognitapro

SERPIENTES Y ESCALERAS

Cuauhtémoc y la crisis de gobernabilidad en Morelos

Después de la reciente visita de Cuauhtémoc Blanco a Palacio Nacional, en la que el gobernador de Morelos se quejó amargamente por la falta de apoyo federal a su estado y hasta amenazó con dejar el cargo, el presidente Andrés Manuel planteó el tema de qué hacer con la entidad morelense y con el gobernador en una reunión de su gabinete de seguridad. Las cifras y el diagnóstico que le presentaron sus colaboradores hablaba de un estado con serios problemas no sólo de seguridad, sino también de gobernabilidad, ante la debilidad e impericia del mandatario y la existencia de varios grupos que se disputan el control del gobierno estatal.

Fue tan duro el diagnóstico que le presentaron al presidente sobre la situación de Morelos que uno de sus secretarios planteó incluso la posibilidad de tomarle la palabra al gobernador y buscar un proceso constitucional para aceptar su licencia y dar paso a una sustitución constitucional por el Congreso del estado, aunque según la Constitución morelense, al no cumplirse aún los primeros tres años del mandato, el sustituto tendría que convocar a nuevas elecciones. Pero la propuesta fue atajada de inmediato por el presidente con un argumento que dejó claro que, más que la permanencia de Cuauhtémoc Blanco, lo que preocupa en estos momentos en Palacio es el efecto político que tendría su salida del cargo: “No podemos mover a Cuauhtémoc porque eso llevaría a que también salga Cuitláhuac de Veracruz”, se dijo en esa reunión del gabinete de seguridad federal, ante lo cual el tema se cerró y la instrucción fue “enviar toda la ayuda necesaria a Morelos”.

El problema para los morelenses no es sólo la inexperiencia y falta de oficio político de Cuauhtémoc Blanco Bravo, sino la indebida intromisión de su medio hermano Ulises Bravo Molina en los asuntos públicos. Sin tener ningún cargo público que lo justifique, el medio hermano del gobernador está generando una grave crisis al interior de los poderes públicos estatales, que puede conducir a un clima de ingobernabilidad que en nada beneficia a los morelenses.

Hay de hecho una fuerte pugna en el gobierno del estado en el que se reconocen dos grupos: la llamada “Banda de los Güeros” integrada por el jefe de la Oficina del Gobernador, José Manuel Sanz Rivera; el secretario de Movilidad y Transporte, Víctor Aureliano Mercado; el secretario de Hacienda, Alejandro Villarreal Gasca, y el Director de Comunicación Social, Alexander Ismael Piza Metcalfe. En el otro grupo, el que encabeza el medio hermano, Ulises Bravo, destacan el secretario de Gobierno, Pablo Ojeda Cárdenas, excolaborador cercano del exgobernador preso de Veracruz Javier Duarte; el director del IEBEM, Eliasin Salgado de la Paz, así como el director general de Procesos para la Adjudicación de Contratos, el exfutbolista Efrén Hernández Mondragón, quién, según se menciona entre proveedores del gobierno estatal, pide 20% del importe de las adjudicaciones, para entregárselas al jefe del grupo.

Así que la lucha que se libra en el gobierno de Morelos no es sólo por poder político, sino también por el poder económico: el que tenga las mejores posiciones podrá meterle mejor la mano al erario público. Un ejemplo de ello es el próximo nombramiento del Auditor Superior del Estado, en donde está presente la mano de Ulises Bravo que busca colocar a un incondicional suyo en esa posición, Miguel Romano, que le permita controlar y cobrar protección a los alcaldes del estado.

Ante esta confrontación, el gobernador Cuauhtémoc Blanco se encuentra pasmado, no solo por su inexperiencia, sino porque su autoridad ha sido rebasada, tanto por su manejador de siempre, José Manuel Sanz, como por los afectos familiares a su medio hermano Ulises Bravo; quien por cierto fue encargado de despacho de la delegación Coyoacán y durante su gestión fue denunciado por el equipo de la entonces candidata de Morena a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, por organizar la agresión a su equipo y a los asistentes a un mitin que se realizaba en dicha alcaldía.

Mientras esto ocurre, Morelos se ubica como uno de los estados más violentos del país, con un homicidio violento cada siete horas en promedio, una entidad de alto riesgo para las mujeres, sin un proyecto consistente de desarrollo económico que impacte en la generación de empleos, en el apoyo al campo, el impulso a actividades productivas o la instalación de nuevas industrias. En suma, con un gobernador que no gobierna, un gabinete en pugna y la actuación irregular de familiares y allegados a Cuauhtémoc Blanco, en Morelos no solo no hay gobierno, sino que la ingobernabilidad está a la vuelta de la esquina.

NOTAS INDISCRETAS… La reaparición de Vicente Fox en el PAN, después de haber apoyado abiertamente a dos candidatos presidenciales del PRI, Enrique Peña Nieto y José Antonio Meade, sólo confirma la orfandad de liderazgos que tiene el panismo. Porque recurrir al polémico expresidente y presentarlo como un “baluarte”, parece abonar la idea del presidente López Obrador de que sus adversarios están “moralmente derrotados” y tan desesperados que tienen que echar mano de lo que se pueda con tal de llamar la atención. Porque si algo aporta el regreso de Fox al panismo, que recibe al ranchero de las botas en su Consejo Nacional como “hijo pródigo”, además del ruido mediático y político, es la idea de que el expresidente podría convertirse en un “puente” para empezar a negociar una alianza histórica entre el PRI y el PAN con miras a las elecciones intermedias de 2021. Hacia allá apunta el llamado de Fox de que todos se unan “contra la Cuarta Transformación”. Falta ver si en el PRI quieren y pueden hacer una alianza opositora en la que, por primera vez en su historia, se unan con su adversario histórico de la derecha, el partido que nació de la mano de Manuel Gómez Morín y de otros ilustres fundadores, con la única misión de derrocar a la hegemonía priista. Porque a querer o no, esa es la única forma que tendrá la oposición, PAN, PRI, MC y el casi extinto PRD, de enfrentar el poderío del presidente López Obrador y de Morena en las elecciones por el Congreso en el 2021 ¿Tendrán el valor los priistas o les vale?... Una primera reacción al llamado de hacer un frente “todos contra Morena y su 4T” apareció ayer en una nota informativa que reseña la existencia de una “carpeta de investigación” en contra del líder nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, por presunto enriquecimiento ilícito, por la existencia de más 16 inmuebles a su nombre en Campeche, además de una residencia valuada en 46 millones de pesos en la capital del estado que gobernó el ahora dirigente. Aunque el tema no es nuevo, y se lo han sacado ya en varias ocasiones, lo que llama la atención ahora es que se hable de una indagatoria por parte de la Fiscalía General de la República a partir de una denuncia del también priista Ulises Ruiz, excandidato a la dirigencia nacional y exgobernador de Oaxaca. ¿Desde cuando las denuncias de Ruiz son atendidas por el gobierno de López Obrador que siempre ha puesto en duda la calidad moral del exmandatario oaxaqueño? A menos, dicen en el círculo cercano del CEN del PRI, que alguien le quiera “mandar mensajes” a Alejandro Moreno, por la intención de hacer una alianza opositoria con el PAN con miras a 2021. ¿Será? En todo caso, hoy todos los caminos , y todas las investigaciones, apuntan a 2021… Los dados mandan Serpiente. Mal empieza la semana.

Ámbito: 
Nacional
Tema/Categoría: