POR MI RAZA hablará... ¿la CNTE? Por increíble que parezca, en los pasillos universitarios se dice que un admirador de la coordinadora magisterial podría convertirse en secretario general de la UNAM. Se trata de John Ackerman, el marido de ya saben quién.
SEGÚN ESTO, el rector Enrique Graue obtuvo en Palacio Nacional la bendición para reelegirse en el cargo, peeero... tendría que darle la segunda posición más importante al investigador que tanto gusta de andar polarizando en redes sociales.
ORIGINALMENTE se decía que Ackerman quería la rectoría, pero el no ser mexicano por nacimiento le impide estar al frente de la UNAM. ¿Será que desde la Secretaría General buscará operar el cambio de la ley universitaria? En lo que son pumas o manzanas, ya hay quienes se preguntan si la máxima casa de estudios está en riesgo de convertirse en la máxima casa de la CNTE.
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¿CÓMO está eso de que la SEP quiere asignar sin licitación el contrato de su asesor externo de seguros y fianzas? Quienes saben aseguran que el jefe de la Unidad Administrativa, el tamaulipeco Héctor Garza, es quien está maniobrando y que el gran beneficiado sería el despacho regiomontano Alternativas en Riesgos, que en 2017 estuvo inhabilitado tres meses por supuestos malos manejos.
QUIÉN SABE si Esteban Moctezuma está enterado y, sobre todo, de acuerdo con esta jugada. Pero como Garza es considerado un amigo cercano al afecto presidencial, se ve difícil que el titular de la SEP o alguien más se atreva a llamarlo a cuentas.
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LOS QUE ya comenzaron a organizarse son los empresarios de servicios, como restauranteros, limpieza, despachos independientes y hasta desarrolladores de software, agrupados en torno al Frente para la Defensa del Contribuyente. De entrada lo que buscan es que la Cámara de Diputados eche abajo la cacería de las empresas de subcontratación, que pretende hacer la Secretaría de Hacienda por medio de la retención del IVA. De ahí que ya comenzaron a tocar las puertas de los coordinadores parlamentarios en San Lázaro, para hacer ruido, mucho ruido sobre este asunto.
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LA INSISTENCIA de Andrés Manuel López Obrador de marginarse de los foros internacionales ya pasó la factura: ayer el canciller Marcelo Ebrard no pudo hablar en el Christchurch Call to Action, que se llevó a cabo en el marco de la Asamblea General de la ONU, en Nueva York, ya que sólo tuvieron la palabra jefes de Estado. Y dado que el foro convocado por Nueva Zelanda era contra el terrorismo y los discursos de odio, México tenía mucho que decir -y no pudo decirlo- tras el ataque en El Paso.