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COORDENADAS

¿Nos olvidamos del T-MEC?

Tras la declaración de Nancy Pelosi en la que planteó el martes pasado la intención del Partido Demócrata de iniciar un juicio político (impeachment) en contra del presidente Trump, las probabilidades de que se ratifique el Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) se han reducido sustancialmente.

La razón es clara: lo que veremos de aquí en adelante es una guerra encarnizada entre el presidente Trump y los demócratas, en la cual cada uno tratará de obtener las mayores ventajas políticas antes de la campaña electoral del 2020.

A pesar de que teóricamente, los demócratas seguirán enfocados en trabajar para su ratificación, las cosas no se ven sencillas.

El partido de Pelosi tiene mayoría en la Cámara de Representantes, que es la instancia que tiene que determinar si procede el impeachment. Por esa razón, es factible que sí se lleve a efecto.

Pero, con una mayoría republicana en la Cámara de Senadores, lo más probable es que la resolución sea mantener a Trump en la presidencia.

El tema principal no es el resultado del juicio político, sino el efecto que este proceso puede tener en el electorado.

Trump apuesta a aparecer como víctima, y de esa manera fortalecer su posición. Y no es nada difícil que lo logre.

Había existido división en el Partido Demócrata respecto a la conveniencia de lanzar el juicio político. Finalmente, la señora Pelosi consideró que era el momento y que había más ventajas que riesgos al hacerlo. Ese es su criterio.

El problema para nosotros es que el proceso de ratificación del T-MEC en el poder legislativo apenas comenzaba. Y, en el ambiente político-electoral que se va a configurar con el proceso del impeachment, no se percibe un ambiente en el que pueda darse la posibilidad de un acuerdo bipartisano para la ratificación del Tratado… pese a las declaraciones optimistas que se dieron ayer.

Todas las decisiones del Congreso y del Ejecutivo van a estar teñidas de un tono electoral.

Dicen que la esperanza es lo último que muere, por eso el subsecretario Jesús Seade, señaló ayer que sigue viva la expectativa de la ratificación del Tratado.

No puede decir otra cosa el funcionario. Se entiende. Está en su función.

La realidad es que sería un milagro que el Tratado se ratificara.

Lo que hay que buscar con los aliados norteamericanos es que se mantenga vigente el TLCAN y que no se le permita a Trump pretender presionar a través de la denuncia del TLCAN para buscar la ratificación obligada del nuevo tratado.

Tal vez el cabildeo deba cambiar de signo y asumir que el T-MEC no va a salir ni en este año ni en el próximo, y que lo que se requiere es que nuestro actual Tratado siga vigente, sin amenaza.

Para el gobierno de López Obrador también existe un reto.

Había un volumen importante de inversiones foráneas y algunas nacionales, que estaba esperando la ratificación del T-MEC para hacerse efectivo.

Con la expectativa de que eventualmente no pueda concretarse, el reto del gobierno es convencer a las empresas de que no esperen más y que concreten las inversiones.

Algunos esperaban el T-MEC, es el seguro para las inversiones que iban a realizar. Ya no habrá esa garantía.

El gobierno mexicano debe realizar una acción de emergencia para convencer a las empresas de que no esperen.

¿Habrá esa capacidad? Ojalá.

Ámbito: 
Nacional