Morelos es violento, no inseguro
Hay declaraciones son torpes y otras irrespetuosas. Algunas son ambas cosas.
Desde hace años Morelos vive una grave crisis de seguridad y violencia producto de estrategias fallidas, gobiernos cómplices y una clase política más preocupada por pelear el poder que en resolver los añejos conflictos del Estado. Los problemas delictivos de la entidad, empero, no tienen que ver sólo con una lucha de policías y ladrones, sino con la intervención permanente y nociva de actores de poder incapaces, insensibles y que no ayudan en nada a la sociedad.
Un ejemplo de esto último es el delegado federal Hugo Eric Flores, quien hace un par de días afirmó que Morelos “es un estado violento, pero no inseguro”. Las expresiones reflejan su nivel de ineptitud y también exponen el desconocimiento y la insensibilidad de nuestra clase gobernante; esta declaración no sólo merece un análisis especial, también debería obligar al funcionario federal a ofrecer una disculpa pública a todos los morelenses.
Me queda claro que Hugo Erick Flores no quería ser delegado en Morelos, pero aceptó el puesto para mantenerse pegado al presupuesto; su interés sigue siendo obtener el registro nacional del PES, un partido que se formó, nació y creció al amparo de la Secretaría de Gobernación de Miguel Ángel Osorio Chong en la era del PRI y que luego dio el salto a Morena, porque se dieron cuenta que hacia ahí se decantarían la sociedad.
Insisto: Hugo Erick Flores no quería ni quiere estar en Morelos, está aquí porque esa es la posición que le concedió el Gobierno de México, pero no le interesa hacer su trabajo ni atender los problemas de la entidad; prueba de ello son sus prolongadas ausencias y la recurrente torpeza en sus declaraciones. Como funcionario de la 4T Flores Cervantes es una vergüenza para el gobierno del presidente Andrés Manuel López obrador y un lastre para la administración de Cuauhtémoc Blanco Bravo. Pero regresemos a su declaración:
¿Cómo puede un Estado ser violento pero no inseguro? ¿Cómo puede este desgarbado personaje presumir que en la tierra de Zapata te matan, pero no te asaltan? Simplemente no hay manera de entender sus dichos, lo único que podemos hacer es contextualizarlos en voz de un sujeto mediocre de mente (demente) y de presencia, irrespetuoso con el gobierno que le brindó una oportunidad de trabajo e insolente con el estado que le da cobijo.
No es la primera vez que este mediano funcionario tiene este tipo de expresiones sobre la inseguridad y la violencia de Morelos, pero es lamentable que a pesar de la importancia de su encargo público y de que cotidianamente pregona la palabra de Dios, Hugo Erick Flores sea totalmente insensible a los padecimientos de la gente e irrespetuoso con el dolor de sus semejantes.
Desde ningún ángulo es aceptable la declaración del delegado federal, ni siquiera desde la frialdad del escritorio de un burócrata se puede dar crédito una expresión así. Describir a Morelos como un estado “violento pero no inseguro” no sólo es equivocado, sobre todo es grosero con las miles de familias que han sido lastimadas por la violencia. No hay manera de separar la violencia de la inseguridad, ni siquiera en la mente de un Godín con sotana.
Pidamos a Hugo Eric Flores que nos explique desde su peculiar punto de vista el fenómeno que está viviendo Morelos; según él en Morelos te matan pero no te roban y recordando lo que ha dicho él mismo en otras ocasiones, lo que vive la entidad es resultado de la lucha de carteles, del pleito por el territorio y la pelea por la hegemonía del poder de los grupos delictivos.
¿Entonces cómo nos explica las extorsiones, los secuestros, los robos en todas sus modalidades y las agresiones que día a día padecen hombres, mujeres, jóvenes y adultos, empleados y estudiantes, amas de casa, trabajadores y cualquiera que ande en la calle y que nada tiene que ver con los grupos delictivos?
Lo dicho por Hugo Erick Flores es una tontería, una sin razón, es la expresión torpe e insensible de un funcionario federal que casi nunca está en Morelos y que cada vez que abre la boca para opinar complica las cosas y ofende a los demás.
Se supone que los delegados federales nombrados por el presidente Andrés Manuel López obrador en los estados tienen la responsabilidad de administrar correctamente los recursos federales y los programas sociales, que deben cuidarlos, orientarlos a quienes más lo necesitan y aprovecharlos de la mejor manera; pero también tienen la encomienda de coadyuvar a la gobernabilidad y a la estabilidad en los estados para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Nada de eso está haciendo el delegado Hugo Erick: ni ayuda a que la imagen del Gobierno de México sea buena, ni hace un buen trabajo como administrador de los programas federales porque nunca está en Morelos, ni tampoco es un apoyo para el gobierno estatal porque sus expresiones polarizan la opinión pública y perjudican al gobernador Cuauhtémoc Blanco.
El problema de inseguridad y de violencia que se vive en Morelos no es únicamente porque las últimas estrategias de seguridad no han dado buenos resultados, ni solo porque reiteradamente las autoridades se coluden con la delincuencia; la impericia política y la torpeza de algunos políticos y funcionarios abonan a que la situación se agrave cada día.
A Morelos le hacen falta muchas cosas, empezando por una clase gobernante que entienda, se preocupe y quiera a esta tierra y a su gente.
posdata
Tras señalar que es falso que el gobernador Cuauhtémoc Blanco haya colocado a familiares en el gobierno, el delegado federal Hugo Erick Flores afirmó que puede tratarse de fuego amigo, que pudiera ser el ataque de los adversarios del gobernador porque hay una evidente mano política. “Nosotros seguiremos trabajando, porque leyendo el texto hay mucha falsedad, es una mentira y ojalá investigaran bien. Alguien les dio información incorrecta y la están publicado”.
Y continuó:
“No es una información nueva, es una información falsa y hay evidentemente una mano de carácter político porque se comentan muchas cosas que son falsas”.
También habló de lo que sucede en el congreso:
“Existe un golpeteo político desde el Congreso del estado de parte de personas que rompieron el acuerdo de la Coalición Juntos Haremos Historia; es lamentable pero así juegan y no han respetado su palabra”.
Para rematar anticipó que los ataques contra el gobierno de Blanco Bravo seguirán y dijo que es un absurdo la petición de desaparecer los Poderes en Morelos; “eso no va a pasar porque no tenemos la crisis que quieren imaginar y todas esas cosas que están inventando”.
Para entender de lo que habla el delegado federal Hugo Erick Flores recurramos a lo que significa el concepto fuego amigo.
En la jerga militar se denomina fuego amigo o fuego aliado a los disparos provenientes del propio bando; a veces este tipo de incidentes suelen estar producidos por errores o fallas humanas derivadas a fallos en la identificación del objetivo; otras es el ataque de los quienes supuestamente son aliados y militan en el mismo bando.
¿A qué se refiere Flores Cervantes cuando habla de fuego amigo? O más importante aún: ¿A quién atribuye dentro del propio bando de Cuauhtémoc Blanco la información que ha dado pie a este tipo de golpes? ¿Por qué cuando habla del fuego amigo al gobernador incluye también a algunos integrantes del congreso? ¿Será que, como se comenta en los pasillos de poder, también piensa que el patrocinio económico a los ataques que lanzan las diputadas contra el gobernador sale del presupuesto estatal?
Con este tipo de amigos, el gobernador Cuauhtémoc Blanco no necesita de enemigos.
nota
Además de la falta de resultados en materia de seguridad, el gobernador Cuauhtémoc Blanco tendría que echar una revisada al trabajo que hacen sus secretarios.
El problema de confianza y percepción que enfrenta su gobierno está directamente relacionado a la ola de violencia que se ha vivido a lo largo del último año, pero no es ajeno al desempeño de sus colaboradores. Explico:
La discusión pública a lo largo de doce meses ha girado en torno a la inseguridad, los hechos de violencia, las ejecuciones, las extorsiones, el cobro de piso… todo lo que tiene que ver con sangre y actos fuera de la ley. Recientemente se ha añadido a la agenda la polémica en torno a su hermano y la supuesta intervención que tiene en la administración estatal, tratando de hacerlo parecer como el nuevo Gayosso del sexenio.
El punto es que el ejecutivo estatal no pone atención a otros temas en la mesa y sus encargados de comunicación se dedican a malabarear con este tipo de situaciones. Es imposible que la percepción sea buena y se fomente la confianza cuando la narrativa diaria tiene que ver con este tipo de situaciones. ¿En qué momento se comunican cosas buenas o se hace política para evitar que los problemas exploten? ¿Qué cosas buenas hacen los secretarios para generar contraste con las malas noticias?
Si revisara uno a uno el desempeño de las secretarías y de sus titulares, el gobernador se podría llevar desagradables sorpresas que le dejarían ver porqué le ha sido tan complejo gobernar y porqué su figura está tan desgastada.
Preguntemos: ¿Qué ha hecho la Secretaría de Desarrollo Económico en doce meses? ¿Qué nuevos proyectos de inversión tiene en la agenda y qué nuevas inversiones privadas han llegado por el trabajo de la secretaria? ¿Hay alguna agenda conjunta con el sector empresarial para impulsar el desarrollo, fortalecer el empleo y detonar las economías regionales? O como les dijo a los rectores de las universidades privadas: ustedes desarrollen sus proyectos y nos incluyen en su propaganda.
¿Qué ha hecho Turismo para mejorar la imagen del estado y atraer más visitantes? ¿Qué ha hecho la secretaría de Obras además de colocar chapopote sobre el concreto y pavimentar las calles de la capital que no necesitan arreglo? ¿Cuál es el trabajo de los secretarios de Educación, Medio Ambiente y Agua? ¿Qué resultados ha dado su oficina anti corrupción y qué labor de fiscalización ha realizado la Contraloría?
Es comprensible que el gobernador se enfoque en el grave problema de inseguridad y violencia que enfrenta Morelos, pero precisamente por ello se vuelve más importante que las otras áreas trabajen, den resultados y con sus acciones abonen a que la narrativa estatal supere a los temas de sangre.
La labor que permanentemente realizan en el gobierno estatal es de contención, es un intento desesperado de atajar las críticas, matizar los problemas y dejar fuera los hechos de violencia. El problema es que frente a esto no hay mucho más que decir, por eso se vuelve tan complicado mejorar la percepción y mantener la confianza.
Paradójicamente a lo que ocurría en otros tiempos cuando las notas del DIF eran de relleno, ahora las mejores (y casi únicas) notas buenas que genera el estado provienen del DIF, en donde su titular se maneja con una elegante pulcritud y una sensibilidad que no tiene la mayoría de los miembros del gabinete.
Por eso es importante que el gobernador revise lo que pasa en su equipo. Son graves los problemas de inseguridad, por ello es urgente que las demás dependencias hagan cosas que muestren que Morelos es más que violencia.
La crisis e inseguridad ha servido a muchos como una excusa para no hacer su trabajo. Y lo mismo sucede en casi todos los gobiernos municipales.
post it
Tiempos interesantes se observan en el congreso estatal; vemos reacomodos en los órganos de gobierno y un cambio sustantivo en el equilibrio de fuerzas.
Las diputadas leales a Tania Valentina se atrincheraron en un esquema de golpeteo al ejecutivo y la defensa a ultranza de sus lugares en la cámara; la posición es muy cómoda porque se sirven con la cuchara grande del presupuesto legislativo, sacan provecho y utilizan las herramientas y los convenios de comunicación de la Cámara de diputados y frente a la opinión pública se presentan como luchadoras sociales y salvaguardas de la virginidad legislativa.
El plan de ataque del G7 (lo dicen en los pasillos legislativos) ha sido planeado por Javier López, el perverso asesor de Tania Valentina; su ventaja radica en que el G13 no tiene idea de cómo reaccionar, ni se ha dado cuenta de que les están pegando con sus propios medios y recursos. Hasta ahora.
La estrategia de las Tanias es rupestre, pero les ha funcionado: pegan con la izquierda y cobran con la derecha.
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¿Quién hace política dentro del gabinete de Cuauhtémoc Blanco?
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