Morelos no es NI violento, NI Inseguro
Todos los ejecutados pertenecen al crimen organizado, vamos por el camino correcto.
Todavía no se cumplían las doce horas del jueves pasado cuando tres personas ya habían sido asesinadas violentamente en tres distintos puntos del Morelos. Una de ellas fue una mujer, madre de dos hijas, ejecutada cuando iba saliendo de su casa; dos sujetos llegaron directo a dispararle y como siempre sucede en estos casos, huyeron tranquilamente. Las hijas de la dama fallecida desaparecieron luego del sangriento incidente. En diez meses del 2019 más de 1,250 personas han sido privadas violentamente de la vida, todas ellas pertenecientes al crimen organizado, según el delegado federal Hugo Erick Flores.
Esa misma mañana ocurrieron dos asesinatos más, uno en el municipio de Jiutepec, casi en los límites con Cuernavaca y otro en la zona sur del estado. Por la noche, otra vez en la capital, se reportaron disparos en la calle Diez de Abril de la colonia Satélite: dos personas que viajaban en una camioneta fueron asaltados y despojados violentamente de su vehículo por sujetos desconocidos. A la mañana siguiente el propietario de un restaurant de la capital y su hijo fueron baleados dentro de su negocio y los comensales del lugar fueron asaltados a plena luz del día.
A propósito de este tipo de hechos que lamentablemente vivimos todos los días a lo largo y ancho del país, compañeros reporteros cuestionaron al delegado federal Hugo Erick Flores sobre la situación de violencia e inseguridad que persiste en un estado donde más de 1 mil 250 personas han perdido la vida de forma violenta en los primeros 10 meses del 2019.
La respuesta del funcionario sorprendió a propios y extraños, porque expuso una teoría según la cual Morelos es un estado “violento, pero no inseguro”, es decir, bajo la óptica de Hugo Erick Flores en la tierra de Zapata solo se matan entre delincuentes, pero no se agrede al resto de los ciudadanos.
Así lo expuso:
“Desde el gobierno federal hay una línea de no pactar con el crimen organizado y es la línea que hemos seguido; el tema de seguridad es complejo en Morelos pero podemos focalizar claramente que todas las ejecuciones pertenecen al crimen organizado, no van contra la ciudadanía. Morelos es un estado violento pero no inseguro, todavía no hay los resultados que queremos pero estamos camino a ello…
Pareciera muy contradictorio pero Morelos no es un estado en llamas; los datos oficiales que se tienen es que lo único que va a la alza son los homicidios; los secuestros son prácticamente lo mismo y todos los demás ilícitos están a la baja…
Los ediles han “suplicado” la llegada de los efectivos de la Guardia ante la violencia que registra su municipio, pero por el momento Morelos sólo tendrá 450 policías de la GN en tareas de seguridad en el estado…
Morelos es un estado violento, pero no inseguro”
El viernes, luego de que en este mismo espacio cuestioné su opinión y su hipótesis, porque no puedo concebir que la violencia se pueda separar de la inseguridad, ni tampoco creo que las cosas vayan bien en la entidad, ni mucho menos estoy de acuerdo que el ciudadano normal (Guarneros dixit) este a salvo de la delincuencia, Hugo Erick Flores me escribió así desde su cuenta personal de Twitter:
En Morelos NI te matan, NI te roban. La gran mayoría de los homicidios están vinculados al crimen organizado, la violencia es entre miembros de los mismos grupos. Todos los demás delitos, aunque no lo quieras aceptar, van a la baja.
Y así respondí a su tuit:
Explícale eso a los empresarios que cancelaron el festival Sabores #Morelos de #Cuernavaca, o a las miles de víctimas de la inseguridad, o a los comerciantes que son extorsionados, o a las familias que han emigrado de la entidad por la violencia...
Y así reviró el delegado:
Con mucho gusto les explicamos lo que estamos haciendo. Porque es fácil criticar, lo que no es fácil es ponernos a trabajar todos juntos para sacar a #Morelos adelante. Ponle fecha y lugar
Cierro el debate: La convocatoria, la fecha y el lugar la tiene que coordinar y consensar la autoridad con los ciudadanos, porque son ustedes quienes tienen la obligación de brindar seguridad a la ciudadanía. Todos los días escuchamos el reclamo de comerciantes, empresarios, universitarios, trabajadores, amas de casa, estudiantes y personas en general que exigen resultados en materia de seguridad, que quieren soluciones a los graves problemas que viven, que demandan una explicación sobre la situación que estamos padeciendo y piden acciones concretas que ayuden a mejorar la situación.
Pero las respuestas que reciben siempre son las mismas, son declaraciones superficiales u ocurrencias como la de “Morelos es violento, pero no inseguro”.
El delegado federal Hugo Erick Flores puede decir lo que quiera desde su púlpito gubernamental, pero lo que dice no es creíble. Quizá porque este funcionario casi nunca está en Morelos no se ha dado cuenta de la situación que enfrenta la entidad, ni tampoco de los problemas que padecen miles de personas, derivado del clima delictivo y la violencia que con ello viene aparejado.
Es obvio que como está más interesado en revivir a su partido político no escuchó cuando el gobernador Cuauhtémoc Blanco habló públicamente de la grave situación que se siente en la entidad, producto de muchos años de vicios, complicidades y una mala estrategia de seguridad, ni tampoco se dio cuenta que el jefe del ejecutivo estatal (igual que los ediles a los que hizo referencia) solicitó al Gobierno de México que mandara a la Guardia Nacional porque sin ellos resulta imposible enfrentar a la delincuencia. Una frase para que recuerde el momento exacto: “Son un chingo de delincuentes”
Cierto: es más fácil criticar que ponerse de acuerdo, pero es imposible ponerse de acuerdo con funcionarios insensibles y ausentes, que no escuchan, que no entienden y que son incapaces de hacer el mínimo ejercicio de autocrítica y por ello piden al ciudadano que coordine (con fecha y hora) el trabajo que a ellos corresponde, porque es su obligación como servidor público y por ello reciben puntualmente un pago.
Hugo Erick Flores es un pésimo representante del gobierno de Andrés Manuel López Obrador y no ayuda en nada al gobierno de Cuauhtémoc Blanco; es un tipo estrafalario, arrogante, inhumano y profundamente distante del estado al que le corresponde atender. Su actitud no refleja la política que todos los días reitera el Presidente López Obrador, ni concuerda con el pensamiento y las convicciones que pregona un delegado que también es ministro religioso.
Pero démosle una oportunidad:
Que explique a la opinión pública cómo es posible, con todos los hechos delictivos que vemos cada día a lo largo y ancho de la entidad y en todos los estratos socioeconómicos, que en materia de seguridad vamos bien y que estamos cada día mejor, que Morelos es violento, pero no inseguro, que en Morelos Ni te matan NI te asaltan..
Que nos diga a todos con qué bases, más allá de la demagogia que le caracteriza, defiende una hipótesis así y presume una mejoría en la seguridad y en la percepción pública en el tema delictivo, cuando la mayoría de los ilícitos que se cometen en la entidad no se denuncian porque el ciudadano no tiene confianza en sus autoridades.
¿Acaso nos dirá que las personas que son extorsionadas, que los vecinos que por la mañana encuentran su auto sobre tabiques, que todos aquellos que son asaltados en el transporte público o en la calle, que los universitarios que son levantados, que los dueños y comensales de restaurantes que son agredidos y robados, que los propietarios de lotes de autos a quienes piden piso, que los tortilleros a quienes les exigen un porcentaje de cada kilo que venden o que todas aquellas personas que en las casas, en los cafés, en las calles, en las oficinas o en las redes sociales platican un incidente delictivo sufrido de manera directa o indirecta, también son parte de la delincuencia organizada?
El problema de fondo en esta historia no es la pésima declaración hecha por Hugo Erick Flores, es más, conociendo su trayectoria y su capacidad intelectual es comprensible que cometa este tipo de torpezas. Lo grave es su actitud, su insensibilidad, sus ausencias y su falta de compromiso con la entidad; que piense que los morelenses son gente sin inteligencia y que se asuma como un mesías que viene a predicar y a conquistar.
Ahí está el verdadero punto crítico, porque en Morelos tenemos un superdelegado que en lugar de ayudar estorba, en vez de resolver problema los crea y contrario fortalecer la gobernabilidad se ha convertido en una carga política.
El enorme problema que enfrenta Morelos en materia delictiva no es solo consecuencia de la ineptitud de las autoridades policiacas, de años de desatención y complicidades, de malas estrategias de seguridad y actos de corrupción gubernamental, también está directamente relacionado con la actitud e intervención de políticos torpes e ineptos como el delegado federal en cuestión, sujetos que sin saber opinan, que sin entender ordenan y sin identidad se atreven fustigar a un estado profundamente lastimado.
Hugo Erick puede sostener su hipótesis de que Morelos es violento, pero no inseguro, es su derecho. En lo personal no acepto que un fuereño al que no le interesa nada mi estado nos diga que en realidad estamos bien.
Simplemente no lo acepto.
posdata
Las expresiones del diputado independiente José Casas respecto a sus homólogas legisladores no solo fue inapropiado e irrespetuoso, también representó una torpeza política que hizo a un lado el punto más importante de lo que sucedió aquella noche: destituir a Tania Valentina.
Digamos que aunque trompicado, el plan para tratar de poner orden en el poder legislativo y quitar de la Junta Política a una mujer que ya no cumplía con los requisitos legales para estar en esa posición era bueno. Entonces apareció José Casas y todo se complicó de nuevo.
Cierto: antes de que el minúsculo legislador saliera con su Noroñada, las diputadas del G7 hicieron gala de insultos y bajezas, desde la tribuna lanzaron expresiones irrespetuosas, sexistas y poco propias de damas que además, son representantes populares. Aún así la prudencia debió caber en un diputado que sabía la reacción que habría y que debió aguantar la presión para no encender más los ánimos y salvaguardar aunque sea un poco, la dignidad del parlamento.
Pero no, José Casas es incapaz de hacer algo así porque lo suyo siempre ha sido la camorra, porque es un político producto de la circunstancia y carece de la inteligencia y la habilidad para actuar con mesura. La última sesión legislativa fue una cena de negros, un circo de tres pistas, una pelea en el lodo.
Ahora la preocupación de los diputados (empezando por Alejandra Flores) deberá ser bajarle la presión a ese tema, porque por ahí les llegan los golpes. La decisión de remover a Valentina Ruiz de la Junta Política fue aplaudida por muchos, porque se conoce el historial y las mañas de la señora, no así los dichos misóginos de su compañero legislador.
Al parlamento le urge replantear el camino, hacer un ajuste drástico en todas sus estrategias (empezando por la comunicación) y tomar decisiones que los ayuden a reencauzar las cosas por el bien del congreso y para bien de la estabilidad política en el estado.
nota
Cambios vienen en el gobierno, dicen, que sorprenderán a muchos.
Que sea para bien.
post it
El alcalde Antonio Villalobos anunció una inversión de 50 millones de pesos para rescatar el Parque Melchor Ocampo y convertirlo en un polo turístico como Tepoztlán o algunos lugares de Europa.
El parque es bonito, emblemático e histórico, pero muy pequeño o complicado para lo que el presidente quiere; le falta tradición para ser Tepoztlán y le sobra barrio para considerarlo Europa.
¿Por qué no en lugar de andar inventando cosas, simplemente lo remodela, lo ilumina y le da mayor seguridad? ¿Por qué no esos 50 millones de pesos los destina a mejorar la infraestructura urbana, a rescatar a todos los parques de la ciudad, a arreglar las calles, a modernizar la red hidráulica… ¡o pagarle a la CFE para que dejen de cortar la luz y regrese el suministro de agua a las colonias?
Digo, son ideas.
redes sociales
Parecía difícil que después de las grotescas expresiones misóginas y las consecuencias políticas que tuvieron las palabras de Francisco Moreno Merino (le costó su escaño en el senado) volveríamos a ver algo así en Morelos. Ahora aparece José Casas, con el mismo estilo, el mismo lenguaje y hasta el mismo tamaño que el otro diputado.
¿Son cosas de chaparros?
Comentarios para una columna sonriente:
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