Los ofensivos informes de diputados
Al viejo estilo del PRI los diputados locales de los partidos Encuentro Social, Movimiento Ciudadano y el dizque “independiente”, han gastado cantidades exorbitantes de recursos públicos, es decir, dinero que no es suyo para seguir engañando a la gente y sentirse “estrellas” aparentando lo que no son en sus informes legislativos en los que poco les ha importado pagar por llevar acarreados a sus eventos, entregarles su respectiva torta y su refresco así como presentar actividades para entretenerlos todas las horas que tienen que estar y vestir el acto político en cuestión.
Pepe Casas, el diputado que llegó al Congreso cobijado y respaldado por el Partido Movimiento de Regeneración Nacional y que en la primera de cambio, se camufló cual si fuera un camaleón, porque le incomodó que se iba a elegir a Héctor Javier García, “El Gato”, como su coordinador parlamentario -que al final no se concretó el hecho- y posteriormente, decidió pasarse al Partido del Trabajo, donde de fea manera fue corrido por Tania Valentina Rodríguez Ruiz, al momento de que ya no le siguió dando todo lo que le había prometido de espacios dentro del Congreso del Estado y finalmente, decidió declararse “independiente”, sin embargo, en breve estará anunciando su interés de incorporarse a otro grupo parlamentario y por ende, a un partido político distinto para tratar de reelegirse como diputado local para el proceso electoral del 2021 y evitar quedar fuera de la jugada en razón de que Morena le dio la espalda y prácticamente, con la sanción que le aplicó de un año que concluye en diciembre, ha decidido cerrarle las puertas a participar en cualquier proceso interno y obvio, en posiciones electorales para dentro de año y medio. Volviendo al tema de su informe, Pepe Casas, colocó lonas con su desagradable imagen como si fuera artista, pagó a cuando menos 20 comparsas de Chinelos, a la Banda de Tlayacapan y a decenas de unidades del transporte que fueron utilizadas para el acarreo de cientos de ciudadanos al viejo estilo del PRI.
Le tocó el turno a la diputada Maricela Jiménez Armendariz, ex de Encuentro Social y ahora dizque de Movimiento Ciudadano, que cayó en los mismos errores de su homólogo “independiente” y quien destacó, imagínese usted: “su labor para establecer una adecuada planeación en la entidad y los municipios, así como para dar seguimiento de las acciones y objetivos de la agenda 2030 para para el desarrollo sostenible”, cuando su función es cómo lo dice su propio partido –al que ahora pertenece más por interés político y económico que por principios-, para defender los derechos sociales, hacer, proponer y aprobar leyes para vivir en armonía; revisar, modificar, reorientar y aprobar el presupuesto del Gobierno Ejecutivo; vigilar y sancionar desvíos en el gasto público del Gobierno del Estado, Municipios y el mismo Congreso local, a través de la Comisión de Vigilancia y designar a algunos funcionarios como el presidente de la CEDHJ, Consejeros del Instituto de Transparencia, Magistrados, Titular de la Fiscalía, entre otros. Y llevan más de un mes sin sesionar, sin importarles provocar una gravísima parálisis legislativa.
El famoso Ponchito, el ex alcalde de Jojutla al que le taparon varias de las irregularidades durante su periodo como edil desde el Congreso y que ahora, como titular de la Junta Política y de Gobierno, no solo gastó cantidades bárbaras e insultantes en acarrear gente sino que hasta se dio el lujo de contratar a la Sonora Dinamita, que amenizó el ambiente después de que concluyó su informe. Alfonso de Jesús Sotelo Martínez, pese a ser uno quien “detuvo” el reloj legislativo provocando que desde hace más de un mes no puedan sesionar en el Congreso, cínicamente utilizó los recursos públicos del Congreso para quedar bien en su informe y mentir de que impulsar “leyes socialmente justas”.
Y más cínico aún se vio, cuando dijo que logró gestionar de 72 millones de pesos que tenía el Congreso de deuda económica a 23 millones de pesos, lo que representó un 68 por ciento. Lo que no dijo el tal Ponchito, es que el actual Congreso, ejerce un presupuesto multimillonario en razón de que tienen 60 millones más que los 400 que tenían sus sucesores de la 53 legislatura pero con la diferencia que ellos eran 30 por los 20 que actualmente representa la 54. Es decir, tienen proporcionalmente 200 millones de pesos más que la legislatura pasada y todavía tiene la desfachatez de decir que han pagado 49 millones de deudas. Lo que tampoco dijo es que cada diputada proporcionalmente al recurso que perciben este año y que será el mismo del 2020, le cuesta al pueblo de Morelos alrededor de 23 millones de pesos al año. Una barbaridad brutal en tiempos de crisis.
SINOPSIS.- En julio del año 2012, los integrantes de la 52 legislatura local, concretamente el diputado local Jorge Arizmendi García, tras haber presentado la iniciativa de Ley que fue avalada por la mayoría de legisladores se otorgó a la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, el 2.5 por ciento del presupuesto estatal a la UAEM que le permitió un incremento en aquél entonces de hasta 450 millones de pesos para su operación cada año tras la reforma que fue aprobada. Esta decisión, permitió que la UAEM en un sexenio se haya incrementado su matrícula de 20 mil a 40 mil estudiantes de los niveles medio y superior, además de que creció en infraestructura de 100 a 200 mil metros cuadrados y se realizó la contratación de académicos, administrativos y de confianza y se tiene hoy en día, presencia en 22 de 33 municipios de la entidad.
Sin embargo, los años han transcurrido y no hay incrementos significativos en cuanto al presupuesto y las demandas de la UAEM aumentan por la necesidad de seguirle abriendo las puertas a más estudiantes que buscan ingresar, pese a ello, el estado y la federación han hecho oídos sordos a las necesidades que se tienen así como en atender los problemas financieros estructurales y deudas heredadas de varias administraciones anteriores. Por ello, es urgente que no solo los diputados y el gobernador Cuauhtémoc Blanco Bravo, acompañen a la UAEM sino que ellos pongan el ejemplo, de exigirle sí, que haya transparencia, así como programas de austeridad que repercuta en ahorros financieros importantes y que el dinero se ocupe exactamente donde se debe destinar y evitar malos manejos. Todo esto es respaldado por la comunidad universitaria pero ellos tienen también que mostrar interés, ganas de ayudar y aportar para que sea un ejemplo. No solo basta con acompañar sino que contribuyan a generar estabilidad y resolver de una vez por todas, el problema estructural que vive la máxima casa de estudios. Es inaudito y estúpido que traten de darle un mejoral a la UAEM cuando se requiere atender su problema de raíz, con acciones directas y concretas. No se vale amenazar y anunciar que te voy acompañar cuando no se aporta un solo peso para resolver la situación.
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