Ya anda suelto ‘el tigre’
El subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, dijo ayer que la legalización de los autos ‘chocolate’ aprobada por los diputados a través de la adición del artículo 15 transitorio a la Ley de Ingresos de la Federación puede ser una señal equivocada para la industria automotriz.
Puede ser la señal -eso lo digo yo- de que se pueden violar compromisos y afectar a la industria, sin ningún problema.
El diputado de Morena, Manuel López Castillo, de San Luis Río Colorado, Sonora, presidente del Grupo de Amistad con Angola, de última hora, propuso agregar a la Ley de Ingresos este transitorio para establecer que en un plazo de ocho meses se definan las reglas para regularizar los autos introducidos ilegalmente a México.
Yorio enfatizó que ya existe un marco jurídico y regulatorio a través del cual se pueden regularizar los autos usados introducidos al país. Y de hecho, a través de este mecanismo, ya son 103 mil autos los regularizados hasta septiembre de este año.
El punto, en realidad, es que los diputados, sobre todo pero no exclusivamente de Morena, quieren obtener un esquema en el cual los autos ilegales pueden regularizarse sin requisitos ni dificultades. Baste el ejemplo de 2008 cuando se regularizaron poco más de 1 millón. Hoy se quiere que la cifra sea mucho mayor.
El objetivo de esta medida es evidentemente electoral. La secretaría de Hacienda, que no tiene esta visión, está tratando de impedir que se genere una señal negativa para la rama más importante de la industria manufacturera en el país.
El tema de los autos ‘chocolate’ refleja claramente la división que existe en Morena, y en el gobierno, y que se ha expresado de modo muy amplio en los conflictos asociados con la elección de la presidencia nacional de este partido, con el intento ampliamente orquestado para evitar la llegada de Mario Delgado a su presidencia nacional.
Incluso, la carta enviada el día de ayer por el presidente López Obrador a los funcionarios del gobierno evidentemente previene que integrantes de Morena que se encuentran en el aparato público puedan estar tentados de intervenir en el proceso interno de ese partido.
Para qué enviar ahora esta advertencia si faltan muchos meses para las siguientes elecciones constitucionales. Lo que ve AMLO es el riesgo de que los militantes de Morena en el gobierno se lancen al ruedo y generen una crisis mayúscula en el partido y en el propio aparato público.
Es ‘el tigre’ que ya se soltó, al que algunos tratan de amarrar.
Este tema se va hacer manifiesto claramente durante la negociación del Presupuesto.
Cuando el Senado apruebe la Ley de Ingresos, será la señal de salida para que los diputados -sobre todo morenistas- busquen llevar agua a su molino.
Muchos son políticos de muchos años, que saben que para mantener su ascendencia sobre los electores necesitan obras públicas, subisidios o algo que los haga notar.
No se van a querer ir en blanco en materia presupuestal. Los mal pensados van a decir que son los “moches’ versión 4T.
Veremos, a partir del mes de noviembre, cuando empiece la discusión de este tema en la Cámara de Diputados, cómo empieza el jaleo porque la ‘cobija presupuestal’ no alcanza. Si alguien quiere que le tape va a ser a costa de descobijar a alguien.
Veremos si el “tigre”, que anda suelto, no deja sin recursos a muchos.