Acción injerencista
No es la primera vez, ni será la última, que el gobierno de Estados Unidos intenta sacar raja de los momentos vulnerables del Estado mexicano.
No sólo eso, muchas veces las agencias norteamericanas provocan las turbulencias para después aparecer como la caballería salvadora.
No dejaron pasar el episodio de Culiacán para hacer propuestas y recomendaciones cuyo fin último —a nadie sorprende— es meterse donde no los han invitado.
Como cuando habla con respecto a la administración Trump el presidente López Obrador es en extremo cuidadoso, dijo, contenido, que es un acto de “mal gusto”.
Lo es sin duda, pero va mucho más allá. Es una intentona injerencista.
Ya tiene teléfono satelital
Cuando ya prepara otra fiesta para celebrar su primer año en Palacio Nacional, el presidente presumió de que ya, por fin, tiene un teléfono satelital.
De ahora en adelante siempre estará comunicado, incluso en lugares del país donde ni siquiera su “ iPhone 21” capta alguna señal.
Algo se aprendió de la tarde infausta de Culiacán, cuando el presidente, por viajar a Oaxaca en una línea comercial, estuvo sin comunicación a la hora buena.
Una vez corregida esa irregularidad valdría la pena revisar otra, la del avión presidencial. Entre una nave faraónica, como la que se intenta vender desde hace meses, y las líneas comerciales hay un abanico de opciones que pueden revisarse.
Gobernar el agua
La eliminación de la exención de pago de agua es el primer intento serio para que haya gobierno en el manejo del agua.
La decisión de que se pague por el agua no afecta al 99.9 de los productores pequeños y medianos.
Hasta 100 hectáreas de riego no hay problema. Los que deberán pagar son los grandes productores que hasta ahora se servían con la cuchara grande, y como no tienen llenadera ahora se quejan.
“Son un grupo de millonarios que se venían robando el agua”, dijo Alfonso Ramírez Cuçellar, presidente de la Comisión de Presupuesto de San Lázaro, quien además dijo que los recursos cobrados se usarán en la infraestructura hidráulica.
Sandoval investiga a los de casa
La figura de los superdelegados le genera problemas a la 4T.
Durante la comparecencia de la titular de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, se informó que otros 10 de ellos están siendo investigados.
Esto además de Carlos Lomelí, exsuperdelegado en Jalisco, que ya cayó.
Su creación obedeció a dos objetivos. Ahorrar, por el lado práctico, al tener sólo un representante de todas las dependencias del Ejecutivo Federal.
Por el flanco político pretende fortalecer personajes, darles amplia visibilidad, para que llegado el momento sean candidatos de Morena la gubernatura.
Lo cierto es que los superdelegados han creado tensiones adicionales entre los gobiernos de los estados y la federación. Y han sido señalados de incurrir en actos de corrupción.
Otros más están en el radar de López Obrador por meter las manos en el proceso interno de Morena. O sea, nada qué presumir a casa.