Punteros y coleros en los estados
Las cifras macroeconómicas con frecuencia encubren las profundas diferencias que existen en México, pues como en este espacio le hemos insistido, no a todos les está yendo mal. Hay quien tiene buenos resultados.
Esto lo podemos observar tanto a nivel sectorial como a escala regional.
Permítame presentarle el contraste regional, pero no de la coyuntura trimestral, sino de lo que ha ocurrido en los últimos 5 años.
A escala nacional, el promedio del crecimiento en el último lustro fue de 2.2 por ciento.
Catorce de las 32 entidades tuvieron un crecimiento por debajo de esa tasa. Un estado coincidió con ella y 17 crecieron a tasas superiores.
Veamos algunos grupos. Comencemos con los estados ganadores.
En primer lugar, aparece Baja California Sur, que en los últimos 5 años tuvo una tasa de crecimiento de 6.8 por ciento. Un ritmo así implica que en una década crecería un 87.7 por ciento.
El segundo lugar en ritmo de crecimiento corresponde a Quintana Roo, con un promedio de 4.3 por ciento en los últimos cinco años.
Las dos entidades tienen como sello distintivo ser sede de dos zonas turísticas de muy alto dinamismo.
Finalmente, no hay que olvidar que el turismo que se apoya sobre todo en los visitantes internacionales, es en esencia una actividad exportadora de servicios.
Solo como ejemplo, los ingresos turísticos de agosto crecieron en 60 por ciento en dólares y los visitantes internacionales lo hicieron en 22 por ciento.
El tercer lugar de crecimiento, con un promedio de 4.1 por ciento corresponde a Aguascalientes, un estado pequeño, pero con un gran empuje manufacturero, que se apuntala sobre todo en la exportación y en particular en el sector del automóvil.
El cuarto lugar en crecimiento a partir de 2014 corresponde a Yucatán, con un ritmo de 3.7 por ciento. En este caso, se trata de una entidad que ha apalancado la atracción de inversiones sobre todo en la inusual seguridad y que tiene un crecimiento muy destacado en la industria alimentaria, pero también en el sector inmobiliario.
Otras entidades que aparecen con niveles de crecimiento muy superiores al promedio son sobre todo manufactureras y exportadoras, como Querétaro y Guanajuato.
En el otro extremo de la tabla, entre los coleros, aparecen dos estados que por muchos años se apoyaron en el petróleo. Se trata de Tabasco y Campeche.
En ambos casos, durante los últimos cinco años se ha presentado una caída promedio anual de 5.5 por ciento en la actividad económica.
No ha habido hasta ahora capacidad para sustituir la dinámica económica que generaba el petróleo.
Otro estado cuya economía está en la lona es Zacatecas. En el último lustro tiene una caída promedio anual de 0.4 por ciento. Aunque ha atraído algunas industrias, no ha logrado generar una masa crítica para establecer clusters y su actividad minera también está de capa caída.
Otro estado estancado, en términos de crecimiento es Oaxaca, con un nivel de cero en el último lustro.
Uno más que tiene un promedio que está por abajo del 1 por ciento. Se trata de Veracruz, que apenas ha crecido a un ritmo de 0.7 por ciento.
Como ve usted, es muy diferente estar en Baja California Sur o Quintana Roo que en Tabasco o Campeche.
Así como la desigualdad social es un gran problema para el país, también la desigualdad regional es un lastre que cargamos y que solo hasta que haya menos distancia entre las zonas dinámicas y deprimidas, tendremos un mejor país.