La toma de protesta de Rosario Piedra se da entre empujones y la toma de la tribuna del Senado, después de que Morena no cumpliera con la promesa de reponer la votación
Rosario Piedra esperaba con el brazo extendido para tomar posesión como la nueva ómbudsperson de México. La presidenta del Senado, Mónica Fernández, le tomaba juramento a gritos, mientras Gustavo Madero, un veterano legislador conservador, caía al piso por los empujones y los senadores del opositor Partido Acción Nacional (PAN) y Morena, el partido del Gobierno, libraban una batalla campal por hacerse de la tribuna de la Cámara alta. La pelea y el cruce de descalificaciones han sido el colofón de un proceso cuestionado y desaseado para renovar la presidencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH, el equivalente a la Defensoría del Pueblo). El líder parlamentario de Morena, Ricardo Monreal, se había comprometido a repetir la votación de Piedra, ungida el pasado jueves, después de que la oposición acusara fraude y espionaje. En un acto insólito, sin embargo, la bancada de Morena contradijo a su coordinador y rechazó cuatro mociones para reponer la elección, lo que desató el caos en el cierre de la sesión de este martes.
"¡No toque a la presidenta!", le gritaban a Madero, que terminó en el piso. "Así ejerce la democracia Morena", protestó después el senador. La discusión legislativa se saldó con siete horas de acusaciones e insultos, mientras Piedra esperaba en un salón contiguo al pleno. "Siento una profunda vergüenza", ha dicho Emilio Álvarez Icaza, senador independiente, tras anunciar que iba a recurrir la elección de Piedra ante el Poder Judicial. Senadores panistas han adelantado también que presentarán recursos de inconstitucionalidad. El PAN fue el primero en subir el tono del debate con pancartas que rezaban "No al fraude" y "Morena roba votos". El partido de Andrés Manuel López Obrador respondió con el despliegue de una pancarta que decía "El PAN miente". Los conservadores habían amagado con impedir la toma de posesión y tomaron la tribuna al inicio de la sesión.
Días antes, el PAN acusó a Monreal, líder de la bancada del partido del Gobierno, de votar dos veces, aunque después se retractó. Los panistas reclamaron después que Morena no había contado dos votos, lo que permitió que los 76 sufragios obtenidos por Ibarra fueran suficientes para alcanzar la mayoría calificada de dos tercios. Monreal respondió en una rueda de prensa y expuso unas conversaciones de WhatsApp del grupo parlamentario del PAN en las que Marko Cortés, el líder del partido, ordenaba "armar un desmadre" y manchar el proceso. El PAN replicó con una denuncia por espionaje. "No queremos que haya dudas, somos hombres limpios", dijo Monreal antes de iniciar la sesión y tras anunciar que el acuerdo era volver a votar a la terna que incluía a Piedra, Arturo Peimbert y José de Jesús Orozco.
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Piedra, hija de la activista por los desaparecidos Rosario Ibarra de Piedra y excandidata del partido del Gobierno, fue cuestionada por no tener credenciales suficientes para ocupar el cargo y por no ocultar su simpatía por Morena ni por López Obrador porque la CNDH está pensada como un contrapeso al poder político y para defender a víctimas de violaciones de derechos humanos. El presidente mismo dijo que prefería el perfil de Piedra y acusó a los titulares anteriores de la Comisión de ser "alcahuetes". Morena defendió que el PAN no podía tolerar que sus candidatos no hubieran sido elegidos y que se aferró a "patrañas" para socavar el proceso.
Lo que no ha quedado claro es porque Morena no cumplió con la promesa de Monreal de reponer el proceso. Hasta ahora la justificación ha sido el mandato democrático y la libertad de voto de cada legislador, pero eso contraviene las votaciones en bloque que han caracterizado a la mayoría de Morena en esta legislatura. "El fraude se consumó", ha reclamado la panista Kenia López, presidenta de la comisión parlamentaria de Derechos Humanos. "Nuestro apoyo para Rosario Piedra, cuya convicción social, estoy seguro, renovará el quehacer de esa institución", ha respondido Monreal.
"Trabajaré de la misma forma como lo he hecho en los últimos 40 años", aseguró Piedra después del anuncio del Senado el pasado jueves. Tras tres votaciones cuestionadas, las intrigas sobre espionaje y fraude, las pancartas, los gritos y los empujones, las dudas se centran ahora en cómo va a afectar a la legitimidad de la nueva titular de la CNDH, elegida para los próximos cinco años, y si el pleito en el Senado culmine en un arbitraje de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, un hecho nunca antes visto en la elección de un titular de la CNDH.