DESPUÉS de que los “trabajos” para aprobar el Presupuesto 2020 duraron toooda la noche del jueves al viernes, nadie entendió para qué se desvelaron los diputados si todo quedó como lo habían dictado desde Palacio Nacional.
LA ENCERRONA en Santa Fe inició pareciéndose más a una convención de los Búfalos Mojados de “Los Picapiedra” que a una sesión legislativa y acabó convertida en un teatro -a ratos del absurdo, a ratos guiñol- con gritos e insultos para los oradores por “cortesía” de la anónima mayoría conformada por Morena y sus satélites.
Y, AL FINAL, como Gabino Barrera, los legisladores de la tetratransformación no entendieron razones, aplastaron a la oposición y aprobaron un paquete presupuestal a la medida del Ejecutivo, a destiempo y en lo oscurito.
ENTRE lo -poco- rescatable está el hecho de que agrupaciones como Antorcha Campesina que bloquearon San Lázaro se fueron con las manos vacías, dado que la 4T no les asignó recursos, por lo que, se supone, ya no podrán seguir exprimiendo la ubre presupuestal como lo hicieron durante décadas en los gobiernos del PRI y el PAN.
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UNA DE LAS revelaciones que dejó el Presupuesto 2020 es que el gobierno pretende revivir el Bandidal, perdón, el Banrural.
Ante los reclamos de productores agropecuarios por el recorte a los apoyos, la contrapropuesta fue darles créditos.
Y SEGÚN lo que se comenta en la Secretaría de Agricultura, la instrucción es crear un nuevo organismo financiero -¡más burocracia!- que se dedique a otorgar créditos al campo, especialmente en aquellos lugares donde haya necesidad de cultivar… ¡votos!
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QUIENES conocen desde hace años las oficinas de los ministros de la Suprema Corte están sorprendidos con la remodelación del espacio que antes ocupaba Margarita Luna Ramos y que ahora es usado por Yasmín Esquivel Mossa.
CUENTAN que cambiaron el piso, los acabados, los muebles, los espejos, las lámparas y hasta el aire acondicionado.
Y que, la cereza del pastel, es una camioneta nueva que el ministro presidente Arturo Zaldívar le aprobó a su compañera.
A VER SI ahora que Hacienda le dio otro fuerte tijeretazo al presupuesto del Poder Judicial no acaban extrañando esos recursos usados para procurar la comodidad de la ministra.
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UNA BUENA: esta semana se registró una fuerte inversión en la CDMX.
UNA MALA: fue una inversión térmica, no financiera.
UNA PEOR: en los próximos meses se anticipan muchas de las primeras y pocas -si no es que ninguna- de las segundas.