En un año más crearemos las bases de la nueva patria: AMLO
Asegura que jamás traicionará al pueblo, pues le debe todo y es su "ángel de la guarda"
Durante 2020 se consolidarán los cambios emprendidos por el nuevo gobierno, los cuales garantizarán la transformación del país al punto de que "cuando cumplamos dos años de acciones los conservadores ya no podrán revertirlos", sostuvo el presidente Andrés Manuel López Obrador. "Para no ser tan tajante, tendrían que esforzarse muchísimo y pasar mucha vergüenza para retroceder a los tiempos aciagos de la corrupción, de los contratos leoninos, de los fraudes electorales, del racismo, del desprecio a los pobres, del mátenlos en caliente".
En otro orden, López Obrador consideró que la cooperación en la relación bilateral con Estados Unidos se ha profundizado. Agradeció los gestos de apoyo que tuvo su homólogo Donald Trump en la crisis de violencia generada durante el operativo en Culiacán y tras los "lamentables y dolorosos" ataques a la familia LeBarón. "Ofreció ayuda y respetó nuestro derecho soberano a decidir con independencia y libertad. El gobierno de México cumplirá su responsabilidad de hacer justicia. No aceptamos ningún tipo de intervención, somos un país libre y soberano".
Ante miles de simpatizantes congregados para celebrar el primer aniversario del nuevo gobierno –250 mil, según cálculos de la policía–, con la presencia del ex presidente de Uruguay José Mujica –de quien refirió, no envejece con los años, sino madura–, reivindicó la posición mexicana frente al conflicto en Bolivia: "Que se escuche bien y que se escuche lejos, Evo no sólo es nuestro hermano que representa con dignidad al pueblo mayoritariamente indígena de Bolivia, Evo fue víctima de un golpe de Estado y desde México para el mundo sostenemos: democracia sí, militarismo no".
López Obrador pronunció un largo mensaje cuyo colofón fue el papel del "pueblo" en el impulso a las transformaciones que se realizan. "Durante mi larga vida pública y sobre todo en los momentos más difíciles, siempre he tenido un ángel de la guarda que se llama pueblo. Ustedes siempre me han apoyado y me han sacado a flote porque el pueblo es mucha pieza. Al pueblo le debo todo lo que soy, por eso los seguiré escuchando, atendiendo, sirviendo y nunca jamás lo traicionaré".
Prodigó elogios al respaldo popular que ha recibido su gobierno al punto de asumirse sólo como líder, pues "yo sólo soy un dirigente. El pueblo es el gran señor, el amo, el soberano, el gobernante, el que verdaderamente manda, gobierna y transforma". Y en esa reivindicación popular apeló nuevamente a Benito Juárez: "Con el pueblo todo, sin el pueblo nada".
Vaticinó que para el próximo primero de diciembre de 2020 "aquí nos volveremos a encontrar". Estarán sentadas las bases para la "construcción de una patria nueva". Para entonces, aseguró, será "prácticamente imposible regresar a la época de oprobio que significó el periodo neoliberal o neoporfirista".
Apeló a Juárez para enfatizar la irreversibilidad de los cambios impulsados: “¿Qué decía Juárez, entre otras cosas, en circunstancias como ésta, cuando se estaba llevando a cabo la segunda transformación, la época de la Reforma, momentos mucho más difíciles que los que estamos viviendo?
“Decía Juárez: ‘El triunfo de la reacción es moralmente imposible’.”
Sin embargo, López Obrador acotó: "lo que más deseo con toda mi alma es que para entonces, en un año más, vivamos en una sociedad mejor, más libre, justa, próspera, democrática, pacífica y, sobre todo, fraterna".
Fueron casi 90 minutos de discurso, en el que aseguró que ya se han cumplido 89 de los 100 compromisos de gobierno que asumió hace un año y en el que enumeró apretadamente las modificaciones que ha impulsado en este periodo, concentrándose en desmontar los esquemas que favorecían la corrupción: Ley de Extinción de Dominio, creación del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, prohibir la condonación de impuestos, Ley de Austeridad Republicana, clasificar la evasión fiscal y el fraude electoral como delitos graves y eliminación del fuero presidencial, entre otros.
Durante su intervención dedicó un amplio espacio a la política exterior. Enfatizó el carácter "ejemplar de la tradición de ofrecer refugio a perseguidos políticos del mundo", para el caso, el ex presidente boliviano Evo Morales y el vicepresidente Álvaro García Linera.
Casi de inmediato mencionó la nueva relación, dijo, que priva entre México y Estados Unidos, la cual ha sido históricamente marcada por "invasiones, despojo territorial e intervenciones, pero también por un intenso intercambio económico, cultural y demográfico".
Aseguró que su gobierno pugna por una relación basada en el respeto mutuo, la cooperación para el desarrollo y la solución negociada a la diversidad de problemas comunes como los fenómenos migratorios, la delincuencia trasnacional, el tráfico de personas, el trasiego de armas y el tráfico de drogas ilícitas.
Destacó sucesos como el ocurrido en El Paso, Texas (con mexicanos entre las víctimas) considerado un crimen de odio motivado por el racismo y la xenofobia, en el que México ha solicitado "se castigue
conforme a derecho al responsable de esta abominable agresión". Referencia que vinculó a la cooperación ofrecida por Trump en el caso LeBarón y el respeto que se ha tenido para la soberanía nacional.