POR LO VISTO a los morenistas ya les gustó enlodarse a la hora de decidir nombramientos importantes. Hace unas semanas fue en la CNDH y ahora podría ser en la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
PESE A QUE tienen dos candidatas que concilian y concitan todo tipo de apoyos, Margarita Ríos-Farjat y Ana Laura Magaloni, las tribus de Morena insisten en darse de patadas bajo la mesa acusándose de presiones y hasta de amenazas.
ALGUNOS morenistas aseguran que a los senadores de su partido los amenazaron desde oficinas en Palacio Nacional con dejarles caer todo el peso del SAT, si no apoyaban a Ríos-Farjat. Del otro lado Magaloni es vista con esperanza por grupos de la sociedad civil y hasta por buena parte de la oposición, dada su formación e independencia, pero ha enfrentado resistencias que van más dirigidas a Claudia Sheinbaum que a la propia académica.
ES DECIR, la designación en la SCJN se convirtió en un tira-tira entre colaboradores del presidente de la República, que quieren llevar agua a su respectivo molino. A ver si a los senadores de Morena no les vuelve a pasar como con Rosario Piedra, que se les enredaron las cuentas, se les desaparecieron los votos y les florecieron las imposiciones.
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POR CIERTO que para los colectivos feministas no pasó desapercibido el detalle de que Diana Álvarez Maury, también candidata a ministra, acudió a su comparecencia con una pañoleta en tonos verdes, que a nivel internacional se ha convertido en el símbolo de la lucha en favor del aborto.
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NO SE lo digan a nadie, pero en estos días se espera que surjan noticias sobre un supuesto desfalco para las finanzas de la Ciudad de México en el choque de trenes en el Metro Oceanía. Según esto, el pago que se recibió por parte de la aseguradora fue mucho más bajo de lo debido. Y quién sabe por qué, pero en todo este enjuague surge una y otra vez el nombre de Grupo Cidar. ¿Sabrá algo al respecto la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas? Es pregunta sin deducible.
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VAYA REGAÑADA le puso Beatriz Gutiérrez Müller a los senadores de oposición. Como si fuera su jefa, reclamó molesta su ausencia en la importantísima firma del acuerdo para intercambio de archivos históricos entre el Senado y la Secretaría de Cultura, del cual la historiadora fue testigo de honor. Curiosamente, al hablar de la pluralidad en México dijo que “el pensamiento único es una política propia de los déspotas”, a lo que todos los legisladores de Morena asintieron de inmediato.